miércoles, 8 de octubre de 2014

RAÚL R. ZORZÓN, UN FINAL ADVERTIDO - ¿Y AHORA DE QUIÉN ES LA CULPA?, CASO ARGENTINA

Por estos días un entusiasta miembro de la Cámpora dijo sin sonrojarse: “mentir también es una forma de gobernar”. Si para ellos el engaño es un modo de conducir un país ¿decir la verdad es menoscabar las conductas de los honestos? Según ellos parece que sí.

En los libros sagrados del kirchnerismo están concebidos estos paradigmas en varios de sus  capítulos, cuyos versículos se dividen en períodos vigilantes de acuerdo a la estacionalidad de los hechos. Por eso, cuando la sinfonía empieza a desentonarse, los tenores adulones estimulan los acordes preestablecidos para que el coro de alcahuetes acomode nuevamente la armonía.
Esa construcción funcionó al compás de los desparpajos que complacían a los directores de la ópera. Pero como todo lo ordinario dura poco, esto también se terminó. 
Ahora que el camino empieza a desandarse y el llano es una sábana espinosa, aparece la amenaza de una caja de pandora que cuando se abra despedirá un olor nauseabundo que impactará en la médula del movimiento k. Nada bueno saldrá de esa estampida y vendrá la disolución de la banda.
El objetivo refractario que han perseguido no fue precisamente cuidar la institucionalidad, los derechos de todos y el patrimonio nacional como tanto bramaban; abiertamente fueron usados como trampolín para que crear los nuevos millonarios argentinos -es decir, ellos - optando para conseguirlo con una desvelada violencia verbal y un relato separativo de la realidad.
Nadie tiene dudas que es uno de los gobiernos más corrompido de la historia. Si se hace un sencillo balance de gestión nos encontramos con que la mayoría de funcionarios, burócratas, autoridades e infiltrados - fueron - están - y serán procesados judicialmente por hechos y presuntos actos delictivos. Es increíble, pero todos los días aparece un nuevo acusado.
Como el absolutismo del pensamiento único estrangula la libertad de los pueblos, no dudaron en ir por la reforma de la ley de medios y una comprometida metamorfosis judicial, sancionando leyes mal intencionadas e inconstitucionales para amedrentar a quienes se animaban a denunciar ilícitos. ¿Qué hubiese sido si finalmente silenciaban a Clarín, la Nación, Perfil, TN y algunos otros? ¿De qué nos hubiésemos enterados los argentinos con Canal 7, CN23, Canal 9 y tantos otros adictos?
Cristina Kirchner finalmente encontró lo que su ceguera y su propia incapacidad visionaria no le permitían ver, sus limitaciones en conducir un país en riesgo, abismo al que ella misma lo empujó. Lo terminó de demostrar con sus últimas apariciones en público, propio de una persona desequilibrada que explica y expresa un montón de pavadas, exhibiendo no estar preparada para dirigir un país.
Querer desafiar los grandes perfeccionamientos de la humanidad con empeños prehistóricos es estrellarse contra un peñasco rocoso, y resistir a las teorías de crecimiento que prosperaron en el mundo desarrollado es suicidarse con el dinero en la mano. Eso les pasó, en su momento sobraron recursos y el país ahora terminó en cesación de pagos, peor aún, en desacato.
Aunque el default argentino es irrelevante para las finanzas internacionales, estas contingencias se podían haber evitado; pero pudo más la estupidez de un gobierno que se incrustó en un callejón resbaladizo a tal punto que la Sra. presidenta salió a decir - sin que nadie se lo pregunte - primero que la gobernabilidad no corre riesgo, y segundo que ahora está en marcha un golpe de estado económico de grupos concentrados que quieren voltearla. Con estos dichos imprudentes deja al descubierto la vulnerabilidad de su administración. Solo faltó que el precio de la soja disminuyera en forma preocupante para que todo tambalee, esa es la verdad.
Ninguna fiesta es gratis. Ahora que llegó ese desplome faltan dólares y aparece el colapso. Todos, absolutamente todos los indicadores económicos hoy dan negativo, salvo el de la corrupción que ese sí goza de buena salud.
Los recursos millonarios que no se sabe dónde fueron a parar, aunque se sepa cómo se gastaron, serán la espada de Damocles de un país ya en estanflación. No hay Dólares y el malestar aumenta; por ese motivo viene “la negación de todos los pecados” y no quieren hacerse cargo de su propia herencia, negándose a desactivar el cepo cambiario que empuja  a los ciudadanos a comprar esa moneda como resguardo de sus ahorros.
Como la maquinaria de fabricar esas divisas (que es el campo) está en caída, estalla la impotencia. Las perspectivas del sector agropecuario hacia el futuro son una incógnita, los precios de los commodities están en baja y no se sabe cuál es el piso. Lo que sí se conoce es que con el nuevo descubrimiento energético, el shale gas y el shale oíl, Estados Unidos ha solucionado el abastecimiento del primero y va en camino del segundo; una buena parte del cereal destinado a energía hoy lo está ofertando en el mercado internacional. Tienen en la actualidad más de trece mil pozos en producción, y en vías de expansión, calculándose las reservas para cien años (Argentina tiene perforados en vaca muerta solo ciento veinte). 
Si a esto le sumamos que China está adquiriendo grandes extensiones de tierra en África para cultivos, el panorama para el campo se torna incierto. Difícilmente los precios vuelvan a los niveles de años anteriores; si hoy no se eliminan retenciones la agricultura en Argentina paradójicamente resultaría inviable.
A este abismo aventurero nos llevaron por desidia he insensatez, pero sobre todo soberbia. Y como han perdido “la virginidad cambiaria” la encrucijada vuelve a ser, devaluar el peso o no devaluar; hoy el tipo de cambio es una orgía financiera que los encerró en una brutal emboscada. Devaluar sería querer apagar un incendio con solventes, y no devaluar es ahorcar con un torniquete el sector exportador que vio como la inflación devoró en poco tiempo la competitividad conseguida con la desvalorización del peso de principios de año. Finalmente una nueva devaluación asoma en el horizonte.
Un silencio disimulado hace ruido en la mudez de muchos oficialistas. Ante estos dilemas, siguen con el teatro de operaciones ingeniosas para que pase el tiempo ya que el 2015 se presenta lejano y la crisis avanza. Como los genios siguen frotando la lámpara y no consiguen nada alentador, optan por sancionar leyes preocupantes que darán el golpe de gracia a la institucionalidad con la aprobación en forma unilateral, primero de la reforma a la ley de abastecimiento, segundo la transformación arbitraria sin el respectivo debate del nuevo Código Civil y Comercial; y por si eso no alcanzara olfatean despenalizar las drogas. Argentina no necesita aprietes, ni reformar códigos, y menos un libertinaje de estupefacientes; lo que hace falta es parar la inflación y que haya inversiones para retomar el crecimiento.
Para colmar la interminable procesión de exabruptos, vuelve a aparecer la Sra desafiante en cadena oficial ante una militancia que hoy apenas alcanza para llenar el patio interno de la casa de gobierno, arremetiendo con duras acusaciones hacia quien podía haber logrado finalmente que los fondos buitres no tuvieran otro remedio que entrar al canje de deuda si se hubiese negociado con racionalidad y profesionalismo. Esa persona, aunque lo odien, es el juez Thomas Griesa, blanco de todas las acusaciones de una mujer furiosa que no repara en sus horrores; e imagina y anuncia que una colección de especuladores busca terminar con su gobierno. Hasta llegó a victimizarse de un posible atentado para terminar con su vida.
Como corolario a semejantes delirios, dijo que los argentinos deberán mirar, no a Oriente sino hacia el norte. Ese punto cardinal tal vez sea Venezuela, ¿próximo refugio? después que termine su mandato antes de tener que desfilar por los tribunales de justicia en nuestro país.
Raúl R. Zorzón
rzorzon@malabrigo.com

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