miércoles, 15 de octubre de 2014

LUIS MANUEL CUEVAS QUINTERO, A LOS UNIVERSITARIOS, A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA AMPLIADA.

Estimados Universitarios.
Si es que existe un sentido de comunidad expresado en términos pertinentes al interior de la Universidad y al entorno social que la rodea y la hace posible en medio de esta crisis, las preguntas fundamentales girarían en torno a lo que nos hace comunidad: ¿comunidad científica? ¿Comunidad interpretativa? ¿Comunidad con sentido de país? ¿Comunidad universitaria? Estas interrogantes no son meras posturas retóricas, son realidades, forman parte del Nuevo realismo que se le exige a la autonomía distanciada del cliché y la frase vacía.
Veo las exigencias de FAPUV, y todas son de índole material, lo que está muy bien, es un derecho laboral, pues éste es una condición fundamental de la vida cotidiana y del proyecto a futuro. Sin embargo, todo no debe reducirse a ello, menos en un marco de dictadura sobre las necesidades como es el actual, cuestión que no se restringe a la condición material, sino que abarca el proceso de un imaginario Instituyente de dominación y sumisión al que hay que hacer frente con decisión atendiendo las afinidades electivas.
En medio de tanto ruido, pregunto en nombre de los becarios X, Y, Z, los nombres reales no importan, son pasajeros, también pregunto  por los que vendrán, ¿QUÉ VA A PASAR CON EL PROGRAMA DE FORMACIÓN UNIVERSITARIA?
¿Están conscientes las autoridades de lo que nos estamos jugando?, ¿estarán conscientes los gremios de profesores, obreros y empleados del capital simbólico que supone una Universidad Autónoma con un personal formado en las mejores universidades del mundo?, ¿estarán conscientes de la MISIÓN DE LA UNIVERSIDAD EN TIEMPO PRESENTE? ¿Entenderán las distintas agrupaciones y facciones estudiantiles lo que se están jugando al no pronunciarse sobre el naufragio institucional con espectador, al no entender que la única posibilidad de formarse bien, con un personal actualizado y de cara al progreso depende de los planes de formación?
El sentido de comunidad es contrario al atomismo sin sentido. No defender el proyecto de formación universitario es claudicar, es el cierre del sentido de lo universal, de lo diverso y para emplear una categoría de nuestro tiempo es: “clausurar la geometría del poder”.
La disolución del sentido de enseñar, aprender y producir conocimientos tiene sus puertas abiertas si se permite truncar el desarrollo intelectual de los profesores, es alterar la cadena de transmisión y de innovación de conocimientos, es pasar de la Universidad al parroquialismo intelectual sin exigencia y rigor, sin imaginación creadora que produce modernizaciones fallidas.
Comprenderá la sociedad y el gobierno que esto de la FORMACIÓN DE BECARIOS EN EL EXTERIOR no es un asunto de colores,-a menos que se requiera extirpar la piedra del juicio en el cerebro de los críticos-, que por el contrario, es un asunto de pensamiento diverso dentro de un plan de progreso para un país en crisis que requiere de una concepción correlativa de exigencia tanto para el profesor becario, como para el empleador, y más allá, para un gobierno que dice estar de frente con un giro que apunta al progreso, ¿cual progreso? Y ¿qué dice la sociedad?
Cuando veo que se convoca una marcha, me detengo a observar el discurso que transporta, y por ningún lado aparece defender el Proyecto Universitario cuya misión  en medio de una sociedad del conocimiento, es cada vez más competitiva y exigente; y requiere de un plan rector, ¿lo tenemos claro? TENEMOS CLARO EL VALOR AGREGADO QUE SUPONE FORMAR A LOS PROFESORES BECARIOS EN UN CONTEXTO DE INTERNACIONALIZACIÓN CON SENTIDO DE PAÍS.
Una universidad que no entiende que su condición de ser está en la Universalización y en la globalidad localizadas, es decir en la interacción y en los intercambios multiescalares, que no defiende su DERECHO A FORMAR su personal para garantizar la modernización, está condenada a disolverse, está condenada a no entender que la comunidad es autoreflexividad históricamente situada.
Obviamente en su pragmatismo que expresa lo inconciliable, tipo novela de Kafka, Damier o de Benedetti, el funcionario temporalmente de turno, en un cargo con licencia para opinar y votar, tratará de descalificar cualquier discurso que dibuje lo porvenir con frases de, “ya basta de filosofemas o filosofadas”, este funcionario, confunde principios con acciones sin pensar. También, cuando el funcionario señala que mandará a los becarios a cuenta y riesgo, la actitud deja sin sostén y expectativas a toda una estructura organizacional.
La crisis de confianza y extravío del sentido, es potenciada, y el desamparo queda, pero NO en nuestro nombre y todos esos X, Y, Z, “arrojados al mundo”, tendrán que resolver sus problemas no sin antes reclamar: POR QUÉ LA FAPUV NO ACTÚA EN NUESTRO FAVOR, UNA ACCIÓN QUE TAMBIÉN ES SU GARANTÍA DE SUPERVIVENCIA INTELECTUAL. La pregunta en la casa de Asterión nos ronda inquietantemente: ¿Lo creerás?, el Minotauro apenas se defendió.
Luis Manuel Cuevas Quintero
luimanc@yahoo.com

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