martes, 7 de octubre de 2014

EJOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ, LOS CONDENADOS DE NUREMBERG

El 30 de septiembre de 1946 se produjo en la ciudad de Nuremberg uno de los acontecimientos más significativos de la historia moderna, el pronunciamiento del veredicto del Tribunal Militar Internacional en el juicio seguido a varios de los más representativos dirigentes nazis acusados de diversos delitos cometidos en el ejercicio del poder en Alemania, antes y durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.

En la sala de audiencias se encontraban aguardando la decisión las figuras principales del otrora invencible Tercer Reich: Hermann Göring, comandante en jefe de la Luftwaffe, presidente del Reichstag, primer ministro de Prusia, plenipotenciario en la implantación del plan económico y quien fue considerado el sucesor de Hitler; Hans Frank, gobernador general de Polonia, diputado en el Reichstag, ministro de justicia del Estado de Baviera, abogado quien expresó que la ideología nacional socialista era base de interpretación de las fuentes legales ; Wilhelm Frick, diputado en el Reichstag, jefe de policía de Munich, ministro del Interior del primer gabinete de Hitler, autor de las leyes raciales del régimen;  Julius Streicher, director del diario ideológico Der Stürmer; Walter Funk, presidente del Comité de Política Económica del Partido Nazi, secretario de Estado en el Ministerio de Propaganda, ministro de Economía y presidente del Reichsbank y Hjalmar Schacht, presidente del Reichsbank, plenipotenciario general para la Economía de Guerra, inicialmente absuelto en Nuremberg, pero posteriormente condenado por los tribunales alemanes.

De la misma manera otros acusados y condenados fueron: Erich Raeder, gran almirante de la Marina alemana ; Baldur von Schirach,  jefe de las juventudes hitlerianas ; Fritz Sauckel, comisario general de la Mano de Obra Esclava ; Alfred Jodl, jefe del Departamento de Mando y Operaciones y del Estado Mayor, firmante de la capitulación ; Franz von Papen, diplomático, político, embajador en Austria y en Turquía; Arthur Sey -Inquart, canciller en Austria y comisionado del Reich en los Países Bajos ; Albert Speer, ministro de Armamento y Guerra ; Konstantin von Neurath, ministro de Relaciones Exteriores et Hans Fritsche, jefe del Departamento de Prensa y luego alto comisionado del Ministerio de Propaganda.

Estos hombres en sus mayorías fueron responsables, entre otros, de diversos  delitos y crímenes en contra de la paz, de guerra y contra la humanidad los cuales se encontraban previstos en el estatuto del expresado tribunal. Tales hechos pueden submirse en distintos supuestos tales como actos de agresión ilegítima e injustificada hacia países; violación de leyes y costumbres admitidos en la guerra; asesinatos, torturas, malos tratos, deportaciones, apartheid y discriminación, imposición de trabajos forzados, detenciones, encarcelamientos, transgresión a los derechos de las poblaciones civiles y de los prisioneros; robo de bienes privados y públicos; la devastación de poblaciones y otros actos absolutamente inadmisibles aún en tiempos de guerra.

Otros hechos contrarios a los derechos irrenunciables de la humanidad fueron: la exterminación, la esclavitud, la deportación, la persecución por razones políticas, religiosas, raciales practicada contra la población civil, antes o en el transcurso de la guerra, actos estos ejercidos como política de Estado y de gobierno, como mandato de una ideología que se antepuso al derecho y que, en definitiva, destruyó vidas, instituciones, poblaciones, países, el orden que había construido la civilización durante siglos de cultura en una Europa forjadora del mundo occidental .

El poder ejercido para destruir, para erigir la falsa superioridad del orgullo nacional y personal, un liderazgo megalómano capaz de someter la sociedad y conducirla a las bajas pasiones: el odio, el fanatismo, la venganza, la ambición, el ejercicio del terror contra los otros, creencias y sentimientos que inspiraron injusticias, atrocidades y aberraciones inenarrables, cuanto es reprobable a la conciencia universal.

Por su ideología y su delicuencial comportamiento el Partido Nacional Socialista y otras organizaciones fueron declaradas criminales por el tribunal al haber propiciado y sostenido aquellos hechos.

Los daños y los delitos causados por los nazis fueron cometidos según lo establecido por los jueces: "a gran escala, como jamás había ocurrido en la historia", prueba de una: "inhumanidad sistemática", a través del más desnaturalizado modo de dirigir y gobernar, aquel quien transformó a su propio pueblo en cómplice y autor de innumerables males.

Entre Nuremberg y nuestro tiempo medían actos infamantes contra las libertades y los derechos, tan condenables como aquellos, que deben ser juzgados y sancionados con rigor universal sin excepciones de países, rangos, fueros, soberanías e ideologías, para que exista la justicia y la paz  en el mundo actual y porvenir.

Jose Felix Diaz Bermudez
jfd599@gmail.com
@jfd599

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.