viernes, 12 de septiembre de 2014

SAÚL GODOY GÓMEZ, ¿QUE OFRECE LA DERECHA?,

Lo que Chávez llamaba la derecha venezolana, en su gran mayoría, era un grupo de partidos de la denominada izquierda democrática, la decimonónica oposición socialista, partera de esta calamitosa revolución; a la verdadera derecha nos tenía miedo y por ello encarcelaba a nuestros líderes, trataba de ignorarnos, no hablaba de nosotros, nos tenía vigilados.

Al día de hoy, la derecha venezolana está conformada por partidos y movimientos conservadores, liberales clásicos, organizaciones y personas que creen en el sistema capitalista (que no es una ideología) como la mejor manera de llevar nuestra economía, preservando nuestras libertades fundamentales, grupos de estudiantes y trabajadores que creen en la división del trabajo como la manera más eficiente de generar riqueza y conocimiento, un núcleo grande de inversionistas, educadores, empresarios que le han apostado a las universidades, fundaciones, colegios y asociaciones que tienen fines de generar cultura democrática, asociaciones de vecinos, gremios, tanques de pensamiento, consultores, dueños de medios de comunicación, entidades financieras, corporaciones.
No creemos en revoluciones, pero sí en consolidar y perfeccionar las instituciones que el pueblo ha construido en constante evolución; no creemos en experimentos ni inventos, cuando se trata de la sociedad, la respetamos demasiado para atrevernos a jugar con sus esperanzas y futuro, la mayoría de estas organizaciones no están dentro de la MUD, hacen vida en el mundo de la sociedad civil, entre otras razones, porque ven que la MUD está dominada por los partidos de izquierda moderada que tienen una actitud complaciente y le hacen la corte a la dictadura de Maduro.
No creemos en la prevalencia de sentimientos, en el imperio de la necesidad, en el culto a la personalidad, en líderes mesiánicos, en “puntadas” y premoniciones, en la buena voluntad, en libros oraculares ni en culpas históricas; nos mueve fundamentalmente la razón, el conocimiento, la experticia, creemos en la experiencia, en la ciencia, en el pueblo de Venezuela, en Dios.
Creemos que el Estado existe para que se ocupe de la administración de los servicios públicos, de la justicia, de la seguridad y la defensa del país, de la representación diplomática ante otros países y de ordenar las cuentas nacionales… un Estado funcional, no más grande de lo necesario. 
No creemos, como si lo hacen los socialistas, que el Estado debe ser un monstruo arrollador, gigantesco, en funciones de toda actividad conocida y que debe ocuparse, por sobre todo, de la redistribución de la renta nacional, de la beneficencia pública o de utilizar la fuerza del estado y sus instituciones para el logro de ciertas condiciones socioeconómicas para particulares sectores de la sociedad o para fines de engrandecimiento personal de los políticos de turno (usualmente utilizando el erario público para fines “humanitarios” y en nombre de un partido).
La propuesta de la derecha es por un estado de poder descentralizado, que ha resultado ser la fórmula histórica más exitosa como forma de gobierno en el mundo; la gran mayoría de la derecha venezolana propugnamos un sistema de gobierno federal, con una clara separación de poderes y con toda una serie de balances y controles para que quienes ejerzan el poder lo hagan con directrices y límites claros, con el deber incondicional de rendir cuentas y asumir responsabilidades por sus actos.
En la derecha venezolana creemos en la justicia, por lo que ninguna persona ni sus bienes pueden ser sacrificados en aras del bienestar de una supuesta mayoría; el respeto a la propiedad privada es condición necesaria en nuestra esencia, pues creemos que un hombre sin derecho a la propiedad jamás puede llegar a ser un verdadero hombre o mujer libre y dueño de sus actos.
Porque creemos en los enormes recursos humanos de nuestra sociedad, estamos seguros de que, si el Estado garantiza la paz social y la igualdad de oportunidades, la gente organizada le haría frente, con mucha mayor eficiencia y economía de recursos, a los problemas más ingentes de nuestro país, sin caer en colectivismos ideologizados y comunitarismos militantes.
La derecha venezolana reduciría y controlaría el problema de la pobreza con el único remedio real y perdurable que es la educación, que conjuntamente con una oferta amplia del empleo, trabajo digno y bien remunerado, multiplicaría el acceso a una mejor calidad de vida para las grandes mayorías. Para ello necesitamos empresas y empresarios productivos, competitivos y con imaginación, en un mercado estable, de reglas claras, para que puedan planificar y arriesgarse e invertir, conseguir financiamientos, asociaciones e ir generando empleo para producir los bienes y servicios y eso que llamamos la riqueza nacional, que no es otra cosa que la sumatoria de todas las riquezas individuales conseguidas por medio del trabajo honesto y productivo.
Estamos absolutamente convencidos de que la derecha cuidará más y mejor nuestros recursos naturales, somos conservacionistas a ultranza, no creemos en arruinarnos ni en destruir nuestra casa para generar riqueza; al contrario, preservar nuestro patrimonio natural por el mayor tiempo posible y para uso de las generaciones por venir, es mucho más lógico, productivo y brinda una mejor calidad de vida para todos; no deseamos repetir lo que hemos visto bajo el socialismo, el gasto sin media\das de nuestras reservas naturales para financiar a un electorado clientelar muerto de hambre y destructor.
Y porque creemos en la dignidad del hombre, en el respeto a los DDHH, en la libertad como la condición más preciada, tenemos un respeto enorme por las diferentes opiniones y visiones del mundo, siempre que éstas no atenten contra la dignidad y la libertad de los demás, ni traten de imponer pensamientos únicos como sí lo han hecho el castro-chavismo en nuestro país.  
No vamos a permitir el desorden y la violencia social, la delincuencia será contenida y reducida en la capacidad de nuestras posibilidades, ya que creemos que sin paz social es imposible el desarrollo humano. Estamos comprometidos en reducir la miseria humana hasta el límite de nuestras posibilidades, desarrollaremos el campo y la agricultura de manera eficiente, sostenible y racional, para que produzca y se pueda tener con qué alimentar a la población entera, con altos estándares nutritivos, porque vamos a producir nuestros alimentos, y porque en eso términos el negocio del campo será un buen negocio y hará rica a mucha gente en el sector agrícola
La corrupción, la mentira, la impunidad, la injusticia son inaceptables en nuestro ideario; creemos en rendir cuentas, en la responsabilidad individual, en el respeto a los compromisos contraídos y en el valor del dinero como representación del esfuerzo y el trabajo: el que tiene algo es porque se lo ha ganado y sólo esa persona decide qué hacer con su dinero o propiedades.
En cuanto al derecho a un techo propio, se trata de un proyecto de vida que se construye con el trabajo, no se regala; queremos que todos los venezolanos tengan vivienda propia, pero que ésta signifique algo importante en sus vidas, que trabajen por ello, que las cuiden y las mejoren, que sea parte de su patrimonio, que lo puedan capitalizar para ayudarlos a prosperar.
Ofrecemos más y mejor democracia, la representativa y no la tumultuaria, la de los intereses de los diferentes sectores sociales en permanente dialogo, con plena libertad de expresión, con posibilidad de crítica, de revisiones, siempre buscando la perfectibilidad de las instituciones.
Por último, el Estado no será dueño de los recursos naturales, estos pertenecen a la nación toda y se buscará la fórmula para que sus beneficios lleguen de manera directa a la familia venezolana, presente y futura, en especial la riqueza energética, que por tanto tiempo ha financiado a un Estado cada vez más grande, corrupto e ineficiente.
Creemos en la actividad petrolera como clave para nuestro desarrollo como país, y sin complejos estamos comprometidos a convertir a esta industria en una de las mejores del mundo, brindando oportunidades a los venezolanos para que participen como verdaderos dueños del negocio.
Como ya mencionamos, la derecha venezolana tiene su expresión en una serie de partidos, algunos en formación, otros establecidos, existen movimientos y asociaciones, unos inclinados hacia al centro y con pactos de convivencia con la izquierda, otros más alejados y con  posiciones más radicales y duras; muchas de estas organizaciones son regionales y están manejadas por empresarios, líderes políticos y estudiantes, algunas dirigidas por académicos, estamos trabajando en este momento por la unidad en la derecha, dentro y fuera de la MUD, con la dificultad que implica trabajar bajo un ambiente de persecuciones y amedrentamiento, pero aun así se respira un clima de optimismo; por primera vez en Venezuela, desde los tiempos del General Páez, la derecha venezolana siente los vientos a su favor, ya el país está harto de los experimentos sociales y políticos de una izquierda irresponsable y ladrona, que gracias a un discurso falso y edulcorado han captado la atención de muchas mentes y voluntades, pero la tarea de unión no es fácil, hay demasiadas “personalidades” compitiendo entre ellos, en algunos persisten en no negociar ni convivir con fuerzas distintas, otros tienen afianzadas sus pequeñas parcelas de influencia y temen perderlas, pero hemos llegado a un punto crítico donde la apertura y la unión a otras visiones democráticas es no solo posible, sino necesario.
Lo que ha demostrado la historia reciente de Venezuela es que la izquierda se ha convertido en un reducto de ideologías atrasadas y salvajes, los venezolanos más perversos, brutos y criminales se han agavillado en torno a estos partidos de la ultra izquierda, partidos disque democráticos, para llegar al poder y lucrarse de la política; y no hablo solamente de militares, comunistas, revolucionarios, reformistas, progresistas… sino de toda una caterva de nuevos dirigentes que se llaman a sí mismos “gerentes” o líderes comunitarios y pretenden vendernos gobiernos eficientes, pero siempre desde la perspectiva un estado autoritario y paternalista, un estado de bienestar donde jamás se han reconocido las libertades ciudadanas en pleno y el ciudadano queda siempre en posición de servidumbre.
De toda la Mesa de la Unidad, la única que se ha definido como de derecha, sin ningún complejo, ha sido la diputada María Corina Machado (antes lo habían hecho los Salas Römer con su partido Proyecto Venezuela); estamos a la espera de que Ledezma y Leopoldo lo hagan en cualquier momento.
El partido COPEY debe hacer una revisión muy seria de su ideario, volver a sus orígenes de derecha y olvidarse de la confusa doctrina social de la Iglesia que los ha extraviado por las sendas del socialismo; ya es tiempo de que toda Venezuela se dé cuenta que no existe una izquierda inocente o una cepa benigna del socialismo, todos los partidos que tienen alguna carga socialista son propensos a desarrollar la virulencia del totalitarismo de izquierda, que está en la base del chavismo. Acción Democrática y Copey tardaron cerca de 50 años en mutar en chavismo ¿O de dónde creen ustedes salieron los rojos rojitos?
Los nuevos partidos que han derivado de AD y COPEY, como son Primero Justicia, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo, y otros, tienen todos un fuerte contenido ideológico de izquierda, que debe ser expurgado cuanto antes; muchos de ellos tratan de posicionarse como de centro derecha, pero sus inclinaciones los llevan más hacia la izquierda, a estas alturas deberían haberse dado cuenta que ese jueguito populista y estatista en sus propuestas es cuchillo para sus gargantas, que tratar de parecerse al PSUV es un ejercicio vano y criminal, tienen que comprender que, no van a atraer militancia descontenta del chavismo haciéndose pasar por socialistas.
Hay algunos partidos declarados como de izquierda, que no se sienten cómodos en la forma como el chavismo ha acaparado la totalidad del espectro socialista, han visto en lo que pueden degenerar cuando esa ideología inhumana se hace gobierno, a ellos, les invito a que den el salto a la derecha.
Venezuela sólo estará protegida y libre con la derecha, hasta este momento cada uno ha actuado desde su trinchera, pero el momento que vive el país y la oportunidad de hacer una coalición ha llegado, perder esta oportunidad sería un error y una falta de amor por el país, que requiere de nuestros servicios. No se dejen influenciar por los socialistas postmodernistas (los “posmos”), quienes predican que las ideologías murieron, que eso de derecha e izquierda es pasado, que estamos en un mundo trans-ideológico, donde las cosas se hacen según las necesidades, donde todo vale… son argumentos que sólo benefician a la izquierda más fundamentalista y retrograda.
Izquierda y derecha son importantes guías de conocimiento político, son referencias que nos indican, nos acercan a las visiones del mundo de cada quien; esas visiones del mundo implican conceptos fundamentales, como qué es sociedad, qué es estado, qué es poder, qué es democracia, qué es más importante la libertad o la igualdad… todos esos conceptos, desde hace ya mucho tiempo, se ubican en la derecha o la izquierda para poder establecer no solo comparaciones, sino un piso moral, de valores que son muy distintos unos de otros.
Quienes no quieren ser catalogados en un campo u otro, aquellos dirigentes que son verdaderos “ni-ni” de la política, terminan absorbidos por la izquierda, disfrazados de derecha; la gente que cree vivir equitativamente en el centro no tiene preferencia, por lo general son personas desinteresadas en el tema político y fáciles víctimas de los cantos de sirena de la izquierda; sólo en la derecha el individuo, la persona humana, tiene relevancia fundamental ante el colectivismo y las masas anónimas proletarias, en la derecha se encuentran los argumentos que han hecho posible que la humanidad sobreviva hasta nuestros días, en los valores del mundo occidental al cual pertenecemos.
Para bien o para mal estamos en una Venezuela fuertemente polarizada, es un tablero donde solo hay dos lados, o el comunismo o el capitalismo, y el comunismo está perdiendo, está podrido y cayéndose a pedazos.
Con la derecha en el poder, la izquierda no desaparecerá; al contrario, tendrá una oportunidad de evolucionar, de criticarnos, de debatir, porque las contribuciones de la izquierda son necesarias para perfeccionar nuestras políticas; malo es cuando la izquierda se hace gobierno y deriva al totalitarismo, y eso es lo que queremos corregir.
Venezolanos, despierten, quítense las telarañas de la izquierda de los ojos, vean lo que esta terrible experiencia nos ha dejado y digan con nosotros: Nunca más.
La derecha es garantía de democracia, de libre emprendimiento, la única que asegura la libertad individual y el predominio de un estado de derecho; sólo con la derecha es posible la prosperidad de la sociedad y el ingreso de nuestro país en la comunidad de naciones productoras del conocimiento y tecnologías; la derecha es sinónimo de independencia y apertura al mundo de las naciones libres; sólo con la derecha podremos dejar atrás a los fantasmas del hambre y la miseria.
Dile no a la esclavitud, dile no a la izquierda extremista y militarista, dile no a la muerte, dile no a la cubanización de tu patria. –
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul 

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