Hace
unos días la bella editora de la pagina del Wall Street Journal en español,
Maria Anastasia O 'Grady, publicó un interesante artículo titulado;
"México da un mal giro brasileño", en el cual envía un importante
mensaje: Por mas reformas que se lleven a cabo en el país, México no abandonará
la mediocridad mientras no se promueva su libertad económica de forma más
amplia y agresiva.
Continúa
Maria Anastasia con su advertencia de no caer en el mismo esquema que hoy tiene
a Brasil de nuevo en el centro del huracán de los desinfles económicos. El país
carioca llevó a cabo una serie de reformas con medias aperturas a la comunidad
internacional, lo cual le produjo una avalancha de inversiones y, con ello, esa
bonanza transitoria que se siente como el primer trago para el crudo. Sin
embargo, las reformas no fueron acompañadas de esa libertad de su aparato
productivo que ha hecho grandes a otros países como Chile y, ello, provoca hoy
día el regreso a los horripilantes temblores de la cruda de nuevo en la
explanada.
La
historia nos enseña que el progreso emerge de la libertad y el esfuerzo del
individuo para alcanzar sus intereses. La sociedad no es un caos desorganizado
de elementos interactuando de forma accidental. Se basa en la lógica y
disciplina de instituciones. Cuando esas instituciones emergen como acciones
espontáneas de individuos libres, garantizan libertad y progreso. Cuando
emergen del poder del gobierno, nos acarrean opresión, corrupción y
descomposición en lugar de eficiencia.
Cada
vez que leo los encabezados de los diarios del país, me recorre un escalofrío
de pies a cabeza ante declaraciones de funcionarios cuando amenazan con sus
planes de estímulo para nuestra endémica economía. El Secretario de Comercio y
el presidente gritan cómo la construcción del nuevo aeropuerto del DF estimulará
la economía.” Por otro lado se anuncia
la reactivación de los aranceles a la importación de una infinidad de productos
originados en China, dibujando de nuevo el mapa proteccionista de las épocas
del nacionalismo revolucionario.
Ya
es hora de que nuestros líderes orienten su mirada hacia el ejemplo más
patético de lo que producen los siniestros estímulos gubernamentales en las
economías; Japón. Después de que los admiradores de ese lejano país anunciaban
el derrumbe de los EU ante su avalancha económica, pues según ellos, el
capitalismo estatal del oriente era superior a los mercados libres de EU; para
que les explotara una burbuja y lo ha postrado en una depresión por más de
veinte años.
En
este periodo se han activado no menos de 30 planes de estímulo a su moribunda
economía, pero siempre sobre la misma línea; gasto e inversión gubernamental.
Esto ha provocado en estos momentos cargue sobre sus espaldas una deuda de más
de un 200% de su PIB, sus mercados financieros hayan perdido el 70% de su valor,
y tengan ya operando un FOBAPROA de más de un trillón de dólares. Los planes
estatales de estímulo siguen fluyendo al tiempo que el país continúa en picada.
En
México nuestras mercantilistas organizaciones empresariales también han gritado
exigiendo los estímulos. Finalmente nuestro honorable Congreso los surte
con la remendada Reforma Fiscal al
tiempo que le grita; “el petróleo es nuestro", se activa esa reforma
energética a medias tintas, el precio de
la energía eléctrica aumenta, las conquistas laborales de la revolución son
intocables y estallan las avalanchas de corrupción ahora tan de moda, la de los
estados liderada ese nueva afrenta por sus reyecitos sexenales.
Desde
el nacimiento del mito de cómo el New Deal de Roosevelt “estimulando” la economía
rescató a los EU de la gran depresión, ha nacido la compulsión de la
“estimulitis.” Lo que omiten exponer nuestros estatistas amigos, es que con la
conscripción de 12,000,000 millones de soldados y la producción orientada a
surtir armamento en la segunda guerra mundial, fue lo que, ante las
“estadísticas”, sacó al país del horripilante bache. A eso se le llama destruir
para "construir."
Los
gobiernos tienen una capacidad infinita para provocar crisis pero ninguna para
resolverlas. Sin embargo, a partir del mito Roosveliano el gobierno se ha
convertido en el monstruo de mil cabezas dedicado a la estimulitis acompañada
del control draconiano de las actividades de la sociedad. Hernando de Soto
documentó en Perú la formación de un nuevo negocio. Dedicándole 6 horas
diarias, les tomó 289 días con un costo de $1,500 dólares—40 veces el salario
mínimo. México no es muy diferente y es por ello es que nace la economía
subterránea.
Hace
unos años fui invitado para dar una charla en el Tec. de Monterrey y el tema
fue; “México y el mercado de capitales.” ¿Que mensaje les podía dirigir a estos
jóvenes que se preparan para integrarse a la vida económica de un país que vive
para alimentar ese monstruo burocrático que representa el gobierno.? Un país
que, aun después de cientos de reformas, continua ubicado en el lugar #58 del
índice de libertad económica mundial. En el cual el numero de vendedores
ambulantes se estima en más de 800,000. En el que operan más de 7,000,000 de
micro negocios sin registro alguno.
Pensé
que más que llenarles la cabeza de fórmulas para abordar esos mercados en donde
existen, debía dejarles el mensaje de tomar la responsabilidad para establecer
las condiciones adecuadas y se dé esa formación de capital. Para que ese
capital que se ha formado al margen de la economía tradicional, en los
callejones obscuros de la informalidad tratando de evitar ese vía crucis
burocrático---pueda mediante el marco legal adecuado ser involucrado al
proceso.
“Los
marginados del mundo” han creado una economía paralela y controlan activos de
más de 10 Trillones de dólares. El valor total de las Bolsas más importantes
del mundo; Mas de 20 veces la inversión extranjera en todos ellos; Casi 50
veces los préstamos otorgados por el Banco Mundial durante los últimos 30 años;
95 veces la ayuda de los países desarrollados a los pobres. Ya es hora de que
los gobiernos dejen de estorbar con estimulitis, le abran las puertas a ese
capital “atorado,” y simplemente se hagan a un lado para que estos creativos
empresarios nos rescaten de las garras de esta recesión burocrática.
“Presidente Peña; Los changarros ya existen; ahora hay que dejar de
joderlos.”
Ya
es hora de que los gobiernos entiendan que el mejor estímulo para las economías
es rodear los países con ese mágico halo de la libertad. Las economías no se
estimulan emitiendo dinero y gobiernos gastándolo como los apaches que, durante
finales del siglo XIX atacaban Arizpe, embrutecidos con el Tezguin fruto de sus
entradas a Chihuahua. Las economías se estimulan estableciendo un campo
adecuado para que los emprendedores se lancen a llevar a cabo sus proyectos.
Luego con un estado de derecho que proteja sus actividades.
Ricardo
Valenzuela
chero13704@gmail.com
@elchero
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