domingo, 28 de septiembre de 2014

RAFAEL O. MARCANO A., LÓPEZ VERSUS LÓPEZ

En la reciente 69ª Asamblea de la ONU, el Presidente Barak Obama abogó por la libertad de Leopoldo López. Todos lo conocemos.
Poco después, ante una no muy numerosa concurrencia, Nicolás Maduro, en el mismo escenario solicitó la liberación de otro López: Oscar López Rivera; quien cumple condena de presidio en una cárcel de USA por haber sido encontrado culpable (convited) de una serie de delitos vinculados con el terrorismo, pero que ha sido calificado por sectores políticamente interesados, como “preso político” por el mero hecho de ser un nacionalista puertorriqueño.
Este “López” nació en 1943 y desde muy joven emigró a USA junto con su familia. Se alistó para ir a Vietnam y a su regreso, a comienzo de la década de los 70, se incorporó a las Fuerzas Armadas de Liberación (FALN) de Puerto Rico, un grupo guerrillero alzado en armas, con el cual pretendió instaurar en su isla natal un régimen marxista – estalinista inspirado en su reciente experiencia vietnamita y en su vecina Cuba.
En 1981 López Rivera fue condenado y sentenciado a 55 años de prisión por sedición (violencia contra el orden público), robo con violencia, transporte de armas de fuego, transporte de explosivos para destruir bienes de propiedad pública y portador de documentos de identidad falsos. En 1988 fue condenado a 15 años adicionales de cárcel por intento de fuga colectiva.
En 1999, el Presidente Clinton le otorgó la libertad bajo palabra (Parole) con la condición de que desistiera de las prácticas terroristas para independizar a Puerto Rico, lo cual rehusó.
Para quienes hemos tenido noticia del grado de eficiencia de la Administración de Justicia en USA, se nos hace cuesta arriba imaginar que este “López” esté privado de libertad por razones meramente político-ideológicas. También sabemos que en Puerto Rico existe desde hace mucho tiempo (1946), un partido independentista muy conocido por sus siglas “PIP” – Partido Independentista Puertorriqueño, cuyos militantes no están presos por ser separatistas ni por ningún otro motivo que tenga que ver con su propuesta ideológica.
Por lo que hemos visto brevemente es estas líneas, los casos del venezolano Leopoldo López Mendoza y del puertorriqueño Oscar López Rivera no son comparables.

Rafael O. Marcano A.
romarcanoa@gmail.com
@romarcanoa

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