lunes, 15 de septiembre de 2014

JOSE ERNESTO PONS B., VENEZUELA SE NIEGA A CAMBIAR: IMPOSICIONES A TROCHA Y MOCHA

La fuerza del liderazgo cuando existe en nuestra gente no es tangible ni mensurable, pero la sociedad sentirá sin duda su empuje. Lo cual, sin duda alguna no puede provenir en base a las imposiciones o señalar con el “dedo del poder” para que este o aquel sean líderes. 

Casos sobran en nuestras sociedades y son parte del deterioro político tanto de los Partidos políticos, como de las empresas. Esto determina un desarrollo pobre y a veces toca en lo mediocridad en cuanto a sus logros.

Afirma Peña Baztán, “el poder otorga capacidad de mandar, ordenar, disponer, señalar lo que debe hacerse, donde, cuando, cómo y por quien “(1.991.p.242), pero no garantiza que a quien se le ordena pueda lograr con eficiencia lo dispuesto por el jefe. En la política por sus exigencias propias, este fenómeno llamado poder no logra los objetivos deseados. Ya que, por su propia naturaleza requiere de elementos que adornan esta ejecución, más hoy en día, en un mundo tan exigente.

Una persona podría asumir un papel de liderazgo simplemente a causa del puesto que él o ella tiene en la organización, por el margen de influencia que pueda tener sobre quienes deciden quien va o quien no va, o simplemente porque logra vender una imagen que en la realidad no responde realmente a sus atributos personales. Esto nos sugiere que la vía a determinar su propio “peso específico” es su capacidad personal de influencia sobre otros, su capacidad de aglutinar que deberá atraer de forma natural y por demás, hoy en día el discernimiento al servicio de grandes “empresas”.

Por otro lado, sabemos que no todo los líderes son gerentes ni, para el caso todos los gerentes son líderes. ¿Sera un asunto de semántica? La Teoría de los Rasgos, hunde sus raíces en la antigüedad, intenta demostrar que ciertas personas nacen predispuestas para el mando y otras, la mayoría, para el seguimiento. Cabe destacar de estas aseveraciones que el líder, para aquellos que pensamos que nace, su presencia es incuestionable para el medio social donde se desarrolla.

En Venezuela, este debate tiene años en el tapete. Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez, Renny Ottolina, Hugo Chávez Frías; unos políticos de Nación, otros políticos de convicción o sátrapas de esta, han hecho presencia en el escenario político del País. Incuestionable su obra, sea por lo excelente o sea por lo nefasto; su peso hizo mella social. De lo grande al micro social, esta medida deberá marcar la diferencia entre lo que es  y lo absurdo de la imposiciones en el tema del liderazgo.

En el tema real del liderazgo, los “disconformes” piensan como deben, dice como sienten, obran como quieren. No persiguen recompensas ni le desalientan las desventuras. Hoy la gran necesidad de cara diferentes sean jóvenes o no, se desprenden de este sentido de respeto al pasado pero sin complicidad con el; busca desentrañar las estrategias que juegan a las viejas formas del pasado y a la muy exigentes formas de presentarse hoy por hoy. La formación profesional es un logro meritorio, pero, por si solo no tiene peso alguno, sin estos atributos mencionados que se exigen de forma natural.

Jose Ernesto Pons B
joseponschene@hotmail.com
@joseponsb

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