El mundo actual pareciera una pradera
llena de conflictos de todo tipo. Es como si la viruela nos hubiese contagiado
o una gran borrachera fuese lo único que explica nuestro absurdo y loco
comportamiento. Veamos.
La mayoría de los países desarrollados se vieron afectados por un desastre económico causado por una vorágine de préstamos tramposos. Las consecuencias fueron inmensas, desempleo, cierre de empresas, recesión. Han pasado varios años y el problema persiste.
Los rusos vuelven a la escena buscando
recuperar su maltrecho poder. Se hacen presentes en Ucrania y muestran los
dientes con bases militares y tiros. Desafían a la OTAN y presionan con
restricciones de gas y petróleo a sus clientes europeos. Por otro lado protegen
a Siria de los alzados apoyados por occidente y realizan pactos secretos con
las naciones árabes.
Como película repetida Israel y
Palestina se agreden militarmente. Casi todos interceden buscando una paz que
ya luce como un sueño imposible.
Grupos terroristas como EI e ISIS
lideran la absurda guerra santa que muestra a todo el mundo árabe como salvajes
sin alma. La presencia de los árabes en casi todo el mundo comienza a tener un
creciente rechazo.
China, a la
calladita, genera una distorsión mundial concentrando gran parte de la
actividad productiva que daba empleo a millones de personas en otros países.
Sus ansias ilimitadas de poder, la llevan a hacer inversiones en todo el
planeta . Un imperio en desarrollo que, curiosamente, cuenta con la sonrisa
aprobatoria de los comunistas.
Decenas de países
mantienen conflictos internos, muchos de ellos armados con muertos a montón,
pero lo suficientemente largos y de poca influencia como para convertirlos en
“caliches” noticiosos, como dicen los periodistas.
Por estos lares
americanos pues también tenemos nuestros problemas. Colombia se ilusiona con su
proceso de paz por el que deberá pagar con la peligrosa presencia política de
unos grupos dispuestos a todo. La
región, bajo promoción cubana y pagada por Venezuela, ha reanimado la plaga
comunista creando inestabilidad en varios países.
En el nuestro se
reproducen los males a gran velocidad principalmente apoyados por militares
ninguneados por los Castro. La ilusa estabilidad se basa en empleo, pagos y
favores a millones de ciudadanos que protegen su piojoso presente antes que
buscar un futuro decente.
Lo cierto es que el
planeta se sigue enredando y los centenares de conflictos y posiciones aisladas
pueden moverse a uno enorme. El Papa, que no da puntada sin dedal y seguramente
apoyado por decenas de opiniones expertas en estos asuntos, ya declaró que
estamos en una tercera guerra mundial.
Venezuela tiene su
posición. Un país comunista aliado con otros enemigos de USA como los árabes,
rusos y muchos otros.
Parece que no nos irá
muy bien en un conflicto de ese tipo con tantos portaviones gringos cerca.
Mientras tanto hagamos la cola del aceite disfrutando nuestro capta huella.
Salud!!., hip.
Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67
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