La
verdad es que resulta preocupante que Nicolás Maduro, en lugar de reparar en
todo lo que le dice Ricardo Hausmann, acerca del terrible problema que
confronta con el pago de la deuda, que no deja de ser cierto, haya decidido
demandarlo. Primero dijo que había que investigarlo; luego demandarlo ante los
tribunales competentes, por ofensas a la figura presidencial; que es por donde
se comprueba que la verdad duele.
El
propio Hausmann confiesa que en sus artículos está todo lo que él piensa; que
no necesita investigación; algo que, en efecto, desconoce Maduro; quien se
lanza por la calle de en medio, y entonces lo acusa de bandido y de sicario
financiero; en otras palabras, que ha escrito ese artículo, para tratar de
desajustar la economía venezolana con una clara intención de cálculo, para su
beneficio personal; lo cual es grave que salga del primer magistrado de un
país; que debe cuidarse mucho de decir estas truculencias; porque con ello, al
contrario de lo que espera que suceda con Hausmann, al someterlo al escarnio
público, el daño se lo está haciendo a él mismo, que por allí demuestra que
está situado en esa categoría de personas que algunos escritores
latinoamericanos califican de idiota, si partimos del hecho de que nadie se lo
va a creer..
Lo
cual, si fuera cierto, esto es, que el artículo de opinión de un profesor de la
Universidad de Harvard, desestabiliza una economía, entonces esa economía
estaba, justo, a punto de que le dieran un empujoncito para irse al barranco;
algo que es de la más absoluta responsabilidad de Maduro; que es el que no
quiere asumir la verdad de los hechos, y entonces artículos como este de
Hausmann le ofrecen leña, para avivar el fuego de la campaña esa que esgrime,
en una forma muy alevosa y alienante, de la famosa guerra económica; que,
supuestamente, tiene orquestada la derecha internacional contra el aparato
productivo venezolano, justo para tratar de sabotear un modelo exitoso de
revolución.
Por
supuesto, también es muy comprometedor para Maduro tener que admitir que esta
grave escasez, que estamos padeciendo los venezolanos, es producto de una
preferencia que él ha tenido, con respecto a los compromisos de deuda, y así,
según Hausmann, ha preferido a Wall Street y no a sus compatriotas, y en estos
términos éste habla de un default, que Maduro se lo ha endosado a los venezolanos;
en lugar de declararlo ante la banca acreedora internacional; pues a los
importadores de alimentos se les debe más de cuatro mil millones de dólares;
que son deudas que este sector ha contraído en el extranjero, y es por esto que
ahora tienen cerrada la línea de créditos; lo mismo sucede con los farmaceutas,
más de tres mil millones de dólares se le deben a droguerías internacionales, y
esa es la razón por la cual no se consiguen medicinas, y dicen que hay gente
que se está muriendo por la falta de las mismas; caso parecido también al de
las líneas áreas, a las que se les debe más 3 mil millones de dólares.
Es
preocupante que Maduro se haga el sordo, y tergiverse como un niño malcriado
las cuentas que se le sacan. Porque, de acuerdo a lo que se lee en el artículo
de Hausmann, esto es para renunciar y convocar a elecciones, y comenzar de
inmediato a emprender la tarea, para recuperar al país. Porque está visto que
Maduro no lo puede hacer; primero, porque él es víctima de las mafias, que
medran en todos los ámbitos de su gobierno; segundo, porque cualquier
rectificación de la política económica implica que el modelo de su maestro hizo
aguas, y que entonces ha tenido que traicionarlo, y así que prefiere mentir de
la forma más cínica, como lo hizo hace poco ante el Congreso del Psuv, cuando
entonces dijo que la política económica de su gobierno era todo un éxito; para
decirlo a la venezolana: no es más irreal, porque no es más grande. ¿Por qué no
se atreve a publicar la cifra del comportamiento del PIB de los dos primeros
trimestres del año? Se habla de una caída de más de 5 puntos. ¿Por qué no se
atreve a publicar la cifra de la escasez? Se habla de una desaparición de unos
treinta productos del mercado; que no se consiguen o como dice la ama de casa
que ha tenido que caminar bastante, para poderlo conseguir. Sin embargo, Nelson
Merentes, que no tiene vergüenza para revelar las cosas, asegura que él no
ofrece las cifras de la escasez, porque teme que la oposición las politice, y
le saque dividendos proselitistas; lo que demuestra que esta gente se acuesta
pensando en conservar su puesto y su posición, y se levanta pensando en lo
mismo, sin medir el detrimento que puede estar causando en otro punto.
¿Aún
se puede seguir rodando hacia el abismo? Le pregunta una periodista a Hausmann,
y éste le hace ver que esto es a lo que parece jugar el gobierno; quien lo
tiene todo a la mano, para la solución del pago de la deuda, sólo que los
atavismos morales se lo impiden; la vergüenza de tener que cambiar el modelo de
Chávez por el modelo del FMI.
Enrique
Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo
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