viernes, 26 de septiembre de 2014

ALBERTO JIMÉNEZ URE, PARA EL SECTOR NO CÓMPLICE DE TIRANÍAS EN ONU

«[…] Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;

Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias;
Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión […]» (DUDDHH, 1948)
«Los países mejor cultivados no son los más fértiles sino los más libres» (Barón De MONTESQUIEU)
Nada más canallesco que sean los [in] dignatarios latinoamericanos que más han violado la Declaración Universal de los Derechos Humanos (firmada por quienes representaban a los países miembros de la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas en Costa Rica/1948), ilegitimadas gobernantas y mandatarios explícita y soberbiamente proclives al Totalitarismo, violadoras y desconocedores de las constituciones y leyes regionales e internacionales, quienes propugnen «reformar» a una institución tan desprestigiada que debería ser abolida. En tan lamentable panorama internacional en materia de «Seguridad y Defensa de las Libertadas en el MundoC, he redactado una misiva dirigida a los pocos personajes esclarecidos que conforman al mencionado grupo.
La universalmente tenida como Institucionalidad de Estado, basada en las constituciones nacionales que dan forma jurídica a los «contratos sociales» regidores de los comportamientos de quienes conceden mandatos y de los investidos para cumplirlos, advierte cuanto a continuación inferiré: Primero.- En más de una década, en Venezuela no hemos tenido mandatarios sino a una casta de impunes forajidos al mando. Segundo.- Ningún organismo que convoque repúblicas está autorizado por nosotros, ciudadanos venezolanos, para que la legitime recibiéndola. Tercero.- Conforme a la Declaración Universal de Los Derechos Humanos, esos usurpadores transgreden sus postulados. Su «preámbulo» y el Art. 02 que enuncia: «Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra». Por «Omisión de Justicia», la Organización de Naciones Unidas sería sujeta de un gravísimo e irreparable delito.
La Casta Forajida que se apropió indebidamente de los enormes recursos financieros por exportaciones petroleras y del Poder Judicial crimina, mediante el abuso de autoridad e interpretación u obstrucción perversa de las leyes, a millones de personas que nos oponemos al Totalitarismo tras gobernar sin respeto por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Persigue, hostiga, segrega, discrimina y mantiene encarcelados a personalidades del sector político nacional: entre los cuales a estudiantes universitarios sólo por participar en legítimos actos de protesta.
 Alberto Jimenez Ure
jimenezure@hotmail.com
@jurescritor

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