El
mariscal Sucre: “el que genera las "basuras" tiene una
responsabilidad con la República”…
Ubicando
algunas pistas…
La historia "testigo de los tiempos, luz
de la verdad, vida de la memoria maestra de la vida, mensajera de la
antigüedad", en la grácil retórica de Cicerón (De Oratore) debe ser
conocida, en especial, por quien aspira a desplegar su acción en los amplios
espacios públicos”.
Las antiguas sociedades humanas, desde la aparición de la raza
adámica el hombre trino: cuerpo, alma y espíritu y el aparecimiento del
lenguaje articulado, practicó desde ese momento dos inhumaciones esenciales: la
de los restos de los alimentos de los cuales se proveía para su supervivencia y
el culto a los muertos.
Un servicio de aseo urbano racional y
sensatamente establecido debe aprobar, intrínsecamente en su integralidad
conceptual, la descripción de todo el proceso, desde su génesis y origen hasta
su inhumación.
Estas inhumaciones son las que le han
permitido a los actuales expertos determinar con exactitud el largo proceso de
cerebración que ha recorrido el hombre. Así, entre los restos de alimentos
inhumados, estaban indistintamente tanto los que provenían los alimentos
recolectados y cazados, como los residuos que el proceso excretor desalojaba de
su organismo, lo que permitía discernir
que entre uno y otro cementerio habían dos cualidades diferentes, aunque con
iguales emanaciones lenitivas, que lo obligaban a distribuir en espacios
alejados uno del otro.
Estas conductas nómadas serán el antecedente
más importante de los elementos de organización cuando se haga hombre urbano, y
edifique las primeras ciudades-estado.
Así, como el hombre cachorro se gesta en el
claustro materno, también el producto elaborado que le servirá de sustento se
originará en los bosques, en sembradios y en las primeras fábricas, que a su
vez lo entrenarán en las destrezas manuales y estimularán el desarrollo de su
cerebro. Luego en una etapa posterior los excedentes serán cambiados con otros
grupos humanos con una incipiente organización a los que se les identificará
como tribus, apareciendo de esa manera los primeros vestigios de
comercialización como rudimentarias formas de valores de cambio, que darán
inicio a la larga marcha histórica, que con dificultades hoy intentamos
recorrer.
Además los desechos, sean de bienes
consumibles o de aguas servidas abrirán el camino de las ciencias aplicadas
mediante la construcción de obras de ingeniería. Pero el hecho que nos ocupa es
que luego que el alimento entraba a la esfera personal del consumo, le obligaba
a realizar una separación y a transportarlo al sitio dónde definitivamente lo
enclaustraría, cubriéndolo de capas de tierra y apisonándolo. De manera que no
es de esta época los primeros y rudimentarios manejos de disposición final de
residuos, ni fue inventado por una ingeniería de detalle proveniente de las
empresas del sector privado. Como tampoco es de este ciclo todo lo que en
materia de conservación ambiental es atinente al desarrollo sustentable.
Los Caraqueños, ahogados en pestilentes
desperdicios.
Un ejemplo son los decretos conservacionistas
de bosques, suelos y aguas del Libertador Simón Bolívar, como también la
organización del servicio de aseo y limpieza de los pueblos y ciudades lo que
es hoy materia municipal, fue organizada, normada y con sus respectivas
sanciones, por el Gran Mariscal de Ayacucho, el ilustre cumanés, Antonio José
de Sucre, tal como lo demuestran las Ordenanzas que sobre el particular dictara
en Perú y el Alto Perú. Lo que demuestra con claridad el conocimiento y la
voluntad de dos políticos, sin que para ello hubiese prevalecido el carácter
disolvente de los técnicos, que para la época nos los había. Y por esta
carencia, los esfuerzos apuntaban a la participación del ciudadano de manera decisiva,
sin que los intereses privados pudiesen quebrar, a estos dos colosos. Era
imposible que a ellos hombres de honor cuya conducta era innegable se acercasen
intereses comerciales y financieros
intentar captarlos, a fijarles con la vil moneda, con los "treinta
denarios de plata", el precio del valor de mercado de su persona natural.
Mucho menos si además del honor que filtraba sus personalidades, prestigiada
con sus procederes y actos de merecida gloria. Estas palabras no tienen hoy el
valor que en su período tenían. Como tampoco muy pocos, diríamos poquísimos,
hombres del presente, pueden contrastarse con esa generación libertadora.
Pues bien, si el hombre arcaico y más acá en
pleno proceso de independencia, poseyó claridad indiscutible del problema, hoy
rescatando esas enseñas de la herencia de Sucre, debemos señalar que
corresponde a "los vecinos" organizar la disposición de las basuras,
como señeramente lo dispuso el Mariscal cumanés en su acción de gobierno. En
tal sentido, siguiendo a Sucre, el que genera "las basuras" tiene una
responsabilidad con la República, así como también el que la recoge, acopia,
separa, transporta y entierra.
De allí que no resulta ocioso hablar hoy en
los términos en que habló el Gran Mariscal. Así las cosas, debemos precisar que
es en el hogar dónde se debe realizar el primer tratamiento general de la
basura, que hoy llamamos usuarios, pero que en aquella época se les llamaba
ciudadanos vecinos, por ser próximos de la ciudad. Es decir, el hombre urbano.
¿Qué debía ejecutar el vecino y ciudadano en
las Ordenanzas establecidas por el Mariscal Sucre? Disponía sus desechos en
fajas separadas, dónde y en cada una de ellas, bien los restos de alimentos,
los envases y envoltorios. Los de alimentos los ubicaba en trabillas cerradas
para evitar la acción de las alimañas y animales depredadores y las colocaba en
los toneles de de madera dispuestos para almacenarlos, que sacaba cuando
pasaban las carretas y pagaba su transporte al momento de la entrega.
Con las fajas de envases y de envoltorios,
debidamente limpios (lavados) los transportaba al mercado para su venta o los
acopiaban para que los comerciantes los recogieran en sus viviendas y le
pagaran el precio. Es decir, el vecino entregaba la basura que no podía
utilizar ni que tampoco tenía para él un valor económico a las carretas de
recolección, tiradas de mulas o asnos, y le pagaba al cochero para que se
llevaran la basura; con los restos aprovechables, hoy llamados desechos para el
reciclaje, los trasladaba al mercado o los vendía a los fabricantes de
guarapitas criollas, envasadores de aceites y especias, y demás., y con ello
obtenía un beneficio económico. Y las basuras conducidas en carretas eran
llevadas fuera de la ciudad para su deposición en solares lejos de cursos de aguas
y sembradíos, esmeradamente cubiertas de sales, arcillas y cenizas mezcladas
con aguas". Lo que reclamaba el profesor Tierno Galván en la España
postfranquista, el sentido común, ya cientos de años antes, lo impulsaba el
Mariscal de Ayacucho en sus Ordenanzas. Qué difícil es hoy que esta simpleza
puedan entenderla quienes enfatuados se adornan con lauros académicos, en
comparsa con los permisivos Burgomaestres de todo pelaje ideológico. Lo que se
llama reciclaje, ayer restos aprovechables, fue enseñada en esta parte del
mundo de habla española por uno de los más grandes de la generación
libertadora, en nuestra opinión. Claro se nos dirá, como nos los dijo un
participante campesino en una conferencia sobre la materia en Costa Rica en
1999, "es que aquellos eran grandes porque tenían una visión de conjunto,
nosotros hoy somos más cerrados porque con la especialización conocemos mucho
de una ínfima parte de lo que es necesario conocer". Por estas razones
después de este recorrido histórico, hemos elaborado como aporte un Proyecto de
Ordenanza, que está a la orden de quienes tengan interés en ella, entendiendo
que las ciudades de hoy son más complejas, tanto como serán mañana, hay que
rescatar el beneficio que se obtiene de este esfuerzo de separación, limpieza y
clasificación, que en otra época era realizada en la residencia habitual del
ciudadano, en esta América Morena. Pero también hay que pisar el suelo. Es
decir, aterrizar. Descenderse de esos nubarrones en los que muchos andan sin
tener título de navegación aérea, porque quién pretenda morar en algunos de los
círculos destinados a los seres angélicos, corre el riesgo de que esos
extraordinarios entes del Supremo Autor se expatríen por la contaminación que nosotros los humanos expelemos...
Justamente creemos, que el cambio cultural,
debe comenzar por los menos contaminados, los niños, que tienen los mismos
sentimientos de los adultos, pero que los expresan de diferente manera conforme
a su grado de desarrollo y de lenguaje. Sucre nos recordaba que los "persas
dice Jenofonte en su Historia de Ciro el Mayor enseñaban a sus hijos a tirar el
arco y a decir la verdad. Era la manera de indicar la necesidad de la defensa
contra los adversarios naturales y de formar una sociedad unida y fuerte para
el ejercicio de la virtud"
La naturaleza de las cosas desde entonces
hasta el presente ha cambiado en su forma, pero no en su esencia. Multitudes
excluidas envuelven la mayor parte de la tierra, y los países civilizados
abrigan en su seno la barbarie próxima a estallar al menor desequilibrio del
conjunto. Esto ha sido estudiado profusamente y producto de esas reflexiones,
es que se ha incorporado el negocio de la comida rápida llamada chatarra, aún
en sus países de origen por sus mismos especialistas lo que conocemos como "Cajita
Feliz", que contiene tanto la comida como el beneficio de un regalo para
el niño, que es un juguete propiamente como tal. Es por eso que en nuestra
propuesta sugerimos que se normalice en las Ordenanzas sobre Residuos Sólidos,
el beneficio que adquirirán los niños si entregan al camión especial así como lo hacía a las antiguas carretas
tiradas por animales los desechos
clasificados y limpios para el rehúso, reciclaje y recirculación, cuando
recorra la ruta de su domicilio, o en su defecto, si sus padres no disponen de
tiempo, durante los fines de semana en el. Colegio, Consejo Comunal, Centro
Deportivo o Centro Comercial más cercano a su residencia, dónde habrá un módulo
móvil que se los recibirá. A cambio, se le hará de un bono numerado y a su nombre
y código de usuario del servicio, que participará entre los que hayan acumulado
mayor peso entregado en el programa. Los materiales reciclables serán
trasladados a un centro de acopio, desde dónde se les insertará en la
recirculación económica y a precios razonables, como diría el Mariscal Sucre.
La otra concepción es la de que se disponga
en una bolsa, contentiva de todos los desechos para el reciclaje, que será
recogida por un camión, que lo llevará teóricamente a un centro de acopio dónde
se clasificará, almacenará y venderá. La debilidad que tiene esta segunda
concepción y sus variantes es que no llegará nada, o casi nada a ese centro de
acopio, porque si, no impedimos que los "recogelatas" pasen antes que
el camión recolector de basura, y que en la primera etapa, que los obreros,
incluyendo chofer y ayudantes, se lleven como ayer estas bolsas y las vendan en
los distintos negocios que se abrirán en el trayecto de sus rutas. Se requiere
allí el diseño de una estrategia para abatir este antiguo vicio, es decir su
recirculación. Pero a esta debilidad hay que agregarle que nuestro pueblo,
mestizo, históricamente siguió a José Tomás Rodríguez, Boves; luego detrás de
José Antonio Páez, pero en fin a la zaga de un beneficio. Por eso el
Libertador, cuando comprendió esta realidad, revirtió su concepción de la
guerra y consecuencialmente dictó numerosos decretos y los reiteró en
profusión, comprometiéndose a entregarles tierras a cambio de sus servicios a
la Patria.
Nadie en este país, salvo algunos cándidos
utopistas acompañará un programa sin beneficios. Si revisamos los múltiples
intentos que se han venido realizando en el país durante ya casi cuarenta años,
y analizamos sus derivaciones veremos que lo único que se ha obtenido son
desengaños tras desengaños. El proyecto Araguaney que se intentó en la parroquia Caricuao,
propiciado por dirigentes políticos de esta localidad, estimulado por los
parroquianos y con apoyo de la Alcaldía. A pesar que la empresa instaló
contenedores de colores dónde se disponían los materiales para el reciclaje a
cambio de que se les cancelaría a los condominios el precio de esos productos,
los recogelatas se trasladaron a esa parroquia y desde la medianoche hasta el
amanecer vaciaban lo que habían depositado, no encontrando la empresa
materiales que cancelar, pero si toda una invasión de borrachitos procedentes
de toda Caracas. Hasta que la comunidad se dio cuenta del disparate,
investigaron y se enteraron que era una trama urdida por: (léase empresas
recolectoras) Ahora bien, finalmente si nos arrogamos alguno de los dos
criterios sobre esta fase inicial, en la misma medida estaremos optando por un
modelo de gestión, que determinará subsiguientes fases del proceso. El
propuesto por un grupo de preocupados caraqueños es de transparencia y
eficacia, comportaría un intento racional de Gestión Pública, el otro permite
la aspiración de gestión de las empresas privadas, dedicadas a la prestación
del servicio. El que fue adoptado por la mayoría de los municipios en Venezuela
luego que recibieran de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza y el
Ambiente, ADAN (fundada en 1990) en 1996 el libro Basura Municipal: Manuel de
Gestión Integrada, cuyos formulantés eran la empresa PROCTER & GAMBLE e
Inversiones Sabempe. Sus resultados más elocuentes lo podemos observar en la
Isla de Margarita y el Municipio Caroní del estado Bolívar, dónde colapsó, la
extensión de esta política ha resultado lesivo para los municipios, pero
altamente rentable para las empresas recolectoras. Este es el dilema: resolver
o profundizar la crisis. En última instancia las políticas públicas se miden
por sus resultados. Por ello es necesario definirlas para poder avanzar en las
subsiguientes fases.
Sobre la recolección y transporte…
El mejor sistema de recolección implementado
hasta el presente ha sido el que se paga por volumen recolectado y no el de la
tarifa. Pero las realidades han impuesto este último es desmedro de la
recolección eficiente, porque su rigidez no permite controlar la prestación. Es
decir, si a las empresas recolectoras de basura se les paga por los volúmenes
recolectados, es lógico, que incrementarán la basura recogida porque les
resultará más beneficioso para ellos. Mientras más basura recolecte más
ingresos a sus cuentas. Pero si existen autoridades laxas que permitan que se
empape la basura para aumentar el peso y el precio, esta desviación, esta
perversión, rompe el equilibrio. Es lógico, que los usuarios del servicio
paguen según el prestación que demandan, es decir, hay que llegar a un
equilibrio mediante el cual, tal como sucede con los servicios de agua,
electricidad, telefonía, tradicional y celular, demás., el consumidor-usuario
sólo paga por su consumo. Esa debe ser la meta.
¿Que ha estado pasando?, ¿el servicio de aseo
urbano ha desmejorado? En el pasado. Las tarifas fueron calculadas en su
integralidad, pero las empresas recolectoras cada día recogen menos basura,
disminución del barrido manual, del barrido mecánico, ausencia del lavado de
calles y aceras, porque el populismo permisivo, (rojo, amarillo, y vinotinto)
les resulta más beneficioso políticamente hablando, crear cooperativas o
cuadrillas empleadas por el mandatario de turno, dentro de esa concepción
maniquea y manierista que a la larga resulta todo clientelismo improductivo.
Si en este país, tal como se investigan los
gastos gubernamentales en cualquier materia, se investigaran los recursos que
disponen las empresas basureras para los lobbys y el pago de infiltrados
"operativos, especialistas y formadores de opinión" en los cuerpos
gubernamentales, y en la estructura mediática, para hacer prevalecer sus
intereses mediante la aplicación de esa dialéctica gatopardiana, nos
llevaríamos desagradables sorpresas.
Pero hoy, creemos que es el tiempo, de dejar
expresamente establecido, un método y operacionalmente, la normalización de
este crucial e importante servicio. Creemos que al menos, los próximos cuatro
años, hay que dedicarlos a todas las etapas previas a la disposición final.
Pero ello no contradice que se deje plasmado para el futuro la normalización de
lo que debe concebirse y como debe fraguarse el componente de disposición
final.
“Pasa
el tiempo y el segundero avanza decapitando esperanzas”
Pedro
R. Garcia M.
pgpgarcia5@gmail.com
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