miércoles, 13 de agosto de 2014

PEDRO PAÚL BELLO, ¿SE ENVILECEN PUEBLOS DE LA TIERRA?

El Creador, que nos hizo a imagen y semejanza suya, después de haber creado al hombre y a la mujer, les legó el Paraíso como medio para vivir en tranquila y feliz paz junto a sus descendencias. No obstante, esa felicidad la frustraron esas, sus primera creaturas, al desobedecer y violar la única prohibición que Dios les impuso.

Después de ello, Caín, el primero de sus hijos asesinó al otro, su hermano Abel, por celos, pues El Señor había preferido la ofrenda de las crías del rebaño que este le presentó y no los frutos del campo Caín le había obsequiado. Cuando Dios le dijo a Caín ¿dónde está tu hermano? y éste le respondió ¿soy acaso el guardián de mi hermano? El Señor le respondió: “La voz de la sangre de tu hermano clama a mi desde la Tierra” y le dijo que andaría errante, vagando por todo el mundo.

No hay referencia cierta sobre el momento o fecha cuando El Creador hizo este mundo que aún los seres humanos ocupamos, como tampoco sabemos las criaturas humanas hasta cuándo será la permanencia de la humanidad sobre la Tierra. Ello, sin embargo, no ha modificado a lo largo, tal vez, de miles de millones de siglos que el ser humano ha estado ocupando este globo satélite del sol, que la desobediencia iniciada por los primeros padres y el crimen de su primer hijo, no hayan permanecido como bandera de identificación de una muy alta proporción de quienes estamos llamados a ser hermanos por obras de nuestro Creador y de nuestro Redentor.

Ravensbrück
Hace algún tiempo escribí sobre  Ravensbrück, el campo para concentrar mujeres en Alemania en la Segunda Guerra Mundial, instalado a fines de 1938, cuando aún muchos en el mundo pensaban que la Guerra no sería posible. Ese campo fue puesto en servicio en mayo de 1939 y no era sólo para mujeres adultas, jóvenes o niñas,  pues existía allí un campamento más pequeño para hombres,  por lo que durante la guerra se alojaron en Ravensbrük  a más de 132 mil mujeres y unos 20 mil hombres.

En junio de 1942 se añadió un "Campo preventivo de menores de Uckermark" para mujeres jóvenes y niñas. Hasta 1945 hubo varias ampliaciones más, de modo  que él campo estaba repleto, ocupado por muchas más personas de las que realmente cabían, dando lugar a un hacinamiento mortal y absoluto. Decenas de miles fueron asesinados, muertos por  hambre, enfermedades y hasta utilizados para experimentos médicos, entre ellos la esterilización.  En 1944,  se instalaron cámaras de gas, calculándose que, al menos, murieron asfixiados con gas o de otra forma, más de 92 mil personas.   El 30 de abril de 1945, las fuerzas rusas  liberaron  a los prisioneros sobrevivientes.

Esta introducción que repito hoy para quienes no vivieron aquél tiempo ni conocieron tales experiencias y para quienes sí las conocieron pero a la distancia o, infortunadamente de cerca, a fin de que reflexionemos de manera personal y luego con otras personas, para tratar de entender la realidad de un mundo que, después de todos los avances, todas las ciencias,  toda la infinidad de máquinas de trabajos y de juegos realizados por medio de las técnicas, podamos preguntar, no al Señor Redentor sino, como Él preguntó a Pedro, pero nosotros a nosotros mismos y al Mundo: ¿Quo vadis domine?

El francés Gabriel Marcel definió el término “técnicas de envilecimiento” así:  “entiendo por técnicas de envilecimiento al conjunto de procedimientos deliberadamente puestos en ejecución para atacar y destruir, en individuos pertenecientes a una categoría determinada, el respeto que puedan tener de ellos mismos para transformarlos, poco a poco, en un despojo que se tiene a sí mismo como tal.”(1)

La primera página del libro trae la siguiente reflexión: “Si el amor entre los hombres no fuera una vana retórica, si el cristianismo se practicase hoy sinceramente, puede asegurarse que la faz del mundo cambiaría de la noche a la mañana, y la mayor parte de los males que afligen y degradan a la humanidad desaparecerían. La responsabilidad del cristiano es enorme en este momento crucial del mundo. Del cristiano depende, en gran parte, que nuestro mundo se incline hacia el materialismo o que sea verdaderamente cristiano. El cristiano debe pesar a tiempo su responsabilidad.”

Los humanos, casi desde nuestra Creación por las manos de Dios, hemos comenzado nuestras relaciones con los hermanos con recurso al crimen mortal ¿Por qué será así? Marcel expresó que la crisis de su tiempo cercano al fin de la II Guerra Mundial era una crisis metafísica. Péguy acotó que “la historia consiste, esencialmente, en pasar de largo ante los acontecimientos.”  ¿Será, se pregunta Marcel, que es al filósofo digno de su misión a quien corresponde combatir fuerzas que neutralizan el pasado y suscitan el aislamiento personal del hombre contemporáneo?

Ante la trágica realidad que se vive en el medio oriente, de manera particular en Irak, Palestina, Israel, Rusia, Ucrania y otros territorios, se requiere que la humanidad toda, nos pongamos no sólo a reflexionar y al indispensable orar al Creador, sino también para actuar en lo que cada Nación pueda y le corresponda, para abrir puertas de reconciliación y de reflexión a todos los niveles humanos que están involucrados en esta terrible y espantosa situación.

Pedro Paúl Bello
ppaulbello@gmail.com
@PedroPaulBello

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.