Dice el refranero popular: “más culpa tiene
el que se deja hacer, que quien le hace”.
Sin temor a equivocarme este ha sido
el drama de Venezuela, en casi dos siglos de existencia republicana,
encogiéndonos como una “piel de zapa”.
Son miles de kms2 entregados, sin
disparar siquiera un tiro de trabuco
naranjero, por esa flatulenta geopolítica de buen vecino, pacífico, solidario y
generoso, a pesar de las afrentas y agresiones sufridas a traición y con toda
la intención expansionistas, de
nuestros obligados vecinos.
La
sentencia del Dr. Laureano Gómez (Pol-Col. 1889-1965) sobre el Estado que
observe esa actitud tan débil y entreguista, es dramática: ¡¡ Desaparecer a
espaldas del Derecho Internacional !! Nuestra Historia así lo señala, en los
difíciles momentos políticos, económicos y militares de Venezuela, nuestra soberanía nacional fue
vulnerada por la fuerza ó por el engaño, sin dejar de admitir nuestra desidia,
nuestra ignorancia y hasta nuestra falta de “criadillas”.
El caso de nuestro
Territorio Esequibo, nos viene como “anillo al dedo”, un espacio geográfico
histórico y jurídico, legítimamente venezolano, hoy ocupado ilegalmente por
Guyana en virtud de una componenda
política entre dos potencias (Inglaterra y Rusia), con la anuencia de un
“jarrón chino” (USA) en el írrito, ilegal y ladrón Laudo Arbitral de París de 1899; coincidente
este hecho con la persecución que, en esos días, hacía el Gral. Cipriano Castro
al Gral. Andrade por el solio de Miraflores…
Después de conocerse (1948) la
farsa del Laudo, Venezuela denunció ante
la O.N.U las irregularidades del mismo y por vez primera Inglaterra
aceptó la contención venezolana y pudo firmarse el Acuerdo de Ginebra de 1966.
A los pocos meses nace la
República Cooperativa de Guyana y queda
sujeta a ese Acuerdo, siendo en lo práctico el reemplazo de Inglaterra
en la controversia (grave error de Venezuela al aceptarlo).
El Acuerdo de 1966,
es indefinido en su Art. V, no precisa ni exige tiempo ni limitaciones a las
partes en litigio, por eso Guyana aprovechó esa inconsistencia para hacer de
las suyas y disfrutar de un territorio ajeno a diestra y siniestra, con la
complacencia internacional y la medrosa y traicionera actitud de los gobiernos
criollos de los últimos 45 años, en particular en los últimos 15 años.
Con
todas las dádivas, ayudas, regalos y consideraciones de Venezuela, la agresiva
Guyana como buena representante del colonialismo británico, violando acuerdos
internacionales, jurisprudencias vigentes de Tribunales Internacionales, trata
de sacar el mayor provecho posible del marasmo venezolano, de su aquiescencia,
del estoppel continuado de la Cancillería vernácula.
De todas estas
acciones inamistosas e ilegales, en franca
violación al espíritu del Acuerdo de Ginebra, señalo: Explotaciones en
tierra firme del Esequibo venezolano con empresas internacionales, otorgándoles
concesiones para la explotación de minerales; de maderas , como es el caso de la concesión a
la China Bai San Li de 960.000 htas de selva virgen, que representará 120
millones de m3 de valiosa madera; concesión a capitales de USA y del Brasil
para construir una gran represa hidroeléctrica en el Alto Mazaruni, inundando
2.400 kms2 de selva, hábitat de etnias indígenas ancestrales; contaminación y
depredación del ambiente en concesiones ilegales sin control alguno;
concesiones a transnacionales del petróleo para la prospección y explotación de
hidrocarburos en la fachada atlántica venezolana, no solo en la que genera el
Territorio Esequibo, sino en frente al Delta del Orinoco.
La violación de esas
aguas (ancestralmente no sujeta a discusión) debe considerarse como CASUS BELLI
por Venezuela y su Fuerza Armada
Nacional.
No debemos olvidar sus acuerdos de apoyo político con los integrantes
del CARICOM, con otros países del área y los acuerdos de cooperación militar
con Francia, con Brasil y con China. Tal vez por esto último Guyana se muestra
tan osada y agresiva que, adrede viola acuerdos de delimitación marítima
firmada por Venezuela, Trinidad y Tobago en 1990, asimismo trata de cerrar nuestra libre salida al Atlántico y presiona
para delimitar áreas marinas sin resolverse el asunto en tierra, como exige la
jurisprudencia internacional.
Compatriotas civiles y militares, sin distingo ni
excepciones, es la hora de tomar decisiones y salvar nuestro Esequibo, pasemos
por encima de los obstáculos y recuperemos lo que siempre ha sido nuestro, esa
parte de esta Venezuela tuya, mía y nuestra. Fuera los castrocomunistas, los
chulos y vividores. La Patria es primero. Hasta luego !!
Oswaldo Suju
idefvsoberania@gmail.com
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