viernes, 8 de agosto de 2014

LUIS FUENMAYOR TORO, DEMOCRATIZACIÓN ELECTORAL, PROPORCIONALIDAD ESTRICTA

Se acepta sin mayor discusión que Venezuela es una democracia representativa desde 1947, cuando se instauró el voto directo, universal y secreto.

Quienes hoy gobiernan creen o dicen que es la mejor democracia del mundo, simplemente porque realizan elecciones todos los años. 

Algunos muy fanatizados se llegan a creer el cuento de la democracia participativa y protagónica, sin percatarse de que esta es imposible mientras se le niegue a la población el principal instrumento de participación efectiva: la educación.

Cuando se profundiza en el estudio de nuestro sistema electoral nos encontramos con que se trata de un sistema mayoritario, en el que solo obtienen representación, y no proporcional, los partidos o grupos que obtienen las dos votaciones más elevadas. Sin ser idéntico, es un sistema en esencia similar al de las monarquías parlamentarias europeas y al de EEUU. Nuestra Constitución, en su artículo 63, ordena que el voto sea personalizado y que haya representación proporcional. La legislación electoral, sin embargo, garantiza lo primero pero no la proporcionalidad, que nunca ha existido en el país.

El Gobierno y la MUD se han desentendido de la inconstitucionalidad evidente de la Ley Orgánica de Procesos Electorales, al no garantizar la proporcionalidad; ambos, aunque aparecen en público como enemigos a muerte, se ponen de acuerdo en aquellas sinvergüenzuras y arbitrariedades que les sean beneficiosas en el mantenimiento del statu quo. La eliminación de la proporcionalidad electoral es una de ellas. En la última elección parlamentaria, 400 mil votantes que se pronunciaron por el PPT se quedaron sin representación en la Asamblea Nacional, lo que los convierte en marginados de la democracia venezolana.

No existe ninguna razón democrática ni de justicia para que no se rescate la proporcionalidad en el sistema electoral venezolano, lo que de paso eliminaría la inconstitucionalidad de la ley electoral vigente y se cumpliría con lo establecido en el artículo 63 de la Carta Magna, que ordena la representación proporcional.

Los diversos grupos y nuevos partidos, que se deriven del desgajamiento del Psuv y del Polo Patriótico, así como de la alianza de la MUD, tendrían entonces la posibilidad de obtener un número de diputados en las próximas elecciones de la Asamblea Nacional, que sería una bocanada de oxígeno que mantendría con vida sus posiciones políticas e ideológicas, dándole así al escenario político venezolano la pluralidad que nuestra Constitución también reconoce.

Rescatar la proporcionalidad constitucional perfeccionaría la democracia al terminar con el marginamiento de importantes contingentes de venezolanos, quienes se quedan sin representación ninguna en la Asamblea Nacional, como ocurrió con los 400 mil votantes del PPT en las elecciones de 2010, que se quedaron sin representación. Lo mismo ocurre en los otros cuerpos deliberantes. No se puede seguir diciendo que nuestra democracia es la mejor del mundo cuando excluye a una parte importante de sus electores.

Nos referimos a que si un partido, movimiento o grupo de electores obtiene una votación de 12 %, debería tener también un número de representantes de 12% en el organismo para el cual se hizo la elección. Si otro grupo político obtiene 28% de los votos, tendría 28% del total de integrantes de dicho organismo y así hasta completar la totalidad de los diputados nacionales, regionales o concejales.

Nadie en su sano juicio puede estar en desacuerdo con este planteamiento. En cambio, no parece justo que alguien saque 39% de los votos y obtenga 66% de los puestos totales de la Asamblea, pues estaría sobre representado; tampoco parece justo que a quien llegue de segundo y obtiene 37% de los votos, se le asigne 34% de los diputados, pues estaría sub representado.

Pero más injusto es que quienes en esa elección obtuvieron 24% de los votos restantes, no obtengan ninguna representación en la Asamblea. Hay que eliminar el sistema mayoritario electoral

Por esta vía, la exclusión electoral puede llegar a marginar, en momentos como el actual, a más de la tercera parte de los electores, cuya expresión electoral, no favorable al Gobierno ni a la MUD, estaría destinada a ser desechada por el sistema mayoritario existente. La aplicación de la proporcionalidad no está motivada solo en lograr que ciertos grupos o partidos logren representación en los cuerpos deliberantes, sino en rescatar el derecho de todos los votantes de estar representados en proporción directa a su clara decisión electoral.Hemos demostrado cómo la incorporación de la proporcionalidad estricta en el sistema electoral venezolano democratizaría las elecciones, las haría apegarse a la Constitución y acabaría con la exclusión hoy existente de electores y de elegidos.

En 2010, más de 400 mil votantes por el PPT no obtuvieron representación ninguna en la Asamblea debido a que nuestro sistema electoral es de carácter mayoritario y solo les otorga representación a los partidos o alianzas que lleguen en los dos primeros lugares. Este hecho también determina la polarización política existente, pues obliga a los electores a escoger entre el Gobierno y la MUD, o sea, entre Guatemala y Guatepeor. Obliga también a votar por “el menos malo” o contra el que se considere peor.

Los favorecidos por el sistema electoral mayoritario son el Gobierno y la MUD, pues cada uno se presenta como la alternativa al otro. No hay opción, manipulan de forma descarada, lo que les permite, como a AD y Copei en el pasado, ser siempre los protagonistas de la tragicomedia que sufren todos los venezolanos. El Gobierno elimina la proporcionalidad constitucional al aprobar la Ley Orgánica de Procesos Electorales en una Asamblea Nacional sin presencia de la MUD, pues esta, cuando estaba organizada como Coordinadora Democrática, no participó en las elecciones parlamentarias de 2005, para permitirle al gobierno de Chávez la aprobación de leyes sin su presencia, entre ellas, la ley electoral y la que le quitó su autonomía al Banco Central.

Al no existir proporcionalidad electoral, Voluntad Popular de Leopoldo López, Bravo Pueblo de Ledezma, Proyecto Venezuela de Salas Römer y María Corina Machado no tendrían fuera de la MUD ninguna posibilidad de obtener representación en la Asamblea Nacional. Lo mismo ocurre con los partidos del Polo Patriótico y con aquellos que se generen como resultado del desgajamiento del Psuv. El PPT, el PCV, Redes, Tupamaros y otros, sin proporcionalidad electoral no eligirán a la Asamblea en 2015 los diputados que deberían según sus votaciones; ni siquiera haciendo todos una alianza perfecta tendrían representación. Dependerían de la disposición del Psuv y del Gobierno de darles si acaso un representante a algunos de ellos. Un favor, una migaja, como ha sido siempre.

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro

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