Creo que el principal problema de la oposición es
que ha sido tomada, desde el punto de vista de la organización y la imagen, por
un grupo de partidos políticos y dirigentes que son “amigos” del gobierno
chavista, y pongo entre comillas la palabra amigos, porque los chavistas no
tienen amigos, sólo socios, y eso, hasta que puedan prescindir de ellos, pues
su naturaleza es totalitaria y, si comparten algo, es únicamente por un interés
momentáneo.
Pero el problema va mucho más allá, el éxito de
este conglomerado de partidos opositores se debe primordialmente a que los
países desarrollados del orbe, los EEUU y la Comunidad Económica Europea,
pareciera que les conviene, para sus intereses nacionales y de bloques, que el
chavismo continúe mandando en Venezuela.
Hay una serie de razones para esta posición de los
países capitalistas, todas ellas de carácter pragmático: el mundo tiene
demasiados problemas graves, para que ellos se ocupen de un país como
Venezuela; no somos una amenaza nuclear, ni de ningún tipo, que pueda afectar
el poderío militar del “status quo”; tampoco tenemos una influencia de carácter
mundial para la desestabilización, no exportamos terrorismo, tampoco somos un
problema serio de drogas, a pesar de que nos hemos convertido en un importante
centro de distribución, estamos supervigilados y los negocios son todos
monitorizados y seguidos.
Frente a una Ucrania en efervescencia, que sí
afecta los intereses de Europa, frente a un Al Qaeda agresivo contra occidente,
con un problema Palestino en conflicto con Israel, con una China respondona
tratando de ejercer su liderazgo en Asia, con un Pakistán que tiene un arsenal
atómico en su poder, con un África en problemas por su sustentabilidad y
epidemias mortales, Venezuela es apenas una desagradable picadura de mosquito
en el brazo del orden mundial.
Occidente puede vivir sin nosotros, nuestros
problemas son locales, exóticos y primitivos; el país está controlado por una
facción de matones comunistas al servicio de Cuba, y mientras tengan el control
de la situación, que no se desborden las pasiones, que no nos convirtamos en un
foco de inestabilidad regional, qué importa que mueran una centena de
estudiantes, o que algunos políticos estén presos por sus ideas, que no se
consiga papel toilette o que la población este a oscuras la mayor parte del
tiempo… son males menores que se pueden dejar para después. Los chavistas han
demostrado, durante catorce años, que pueden “controlar” al país, “pues que
sigan, si lo tienen que hacer a palos, mala suerte para quienes se oponen al
régimen”.
Para mantener esta situación, muy conveniente para
unos países que no quieren más problemas, financian entonces a una oposición
amiga del régimen, le dan foro y cobertura de prensa en los medios, les atribuyen
su papel de voceros de la otra mitad, y como se trata de los partidos
tradicionales, que ellos conocen, los que han gobernado por todo este tiempo de
“modernidad”, pero que lamentablemente se descuidaron y se dejaron montar a los
comunistas, con estos partidos opositores se sienten cómodos, “ya habrá tiempo
para enderezar los entuertos, mientras tanto, que conversen, se reúnan, que
vayan a elecciones…”.
Los chavistas son fuerzas pertenecientes al bloque
de la izquierda latinoamericana, están “protegidos” por los gobiernos
socialistas del área, que son un montón; el “proceso chavista” se ha ocupado de
mantener estable el área del Caribe y buena parte del continente, con su
generoso manejos petrolero, su loca política económica los ha convertido en un
país importador nato, lo que ha significado excelentes negocios para el mercado
regional, que trabaja y produce para alimentar y mantener a Venezuela, y
mientras ésta siga produciendo petróleo y se lo venda, sin ningún problema, a
los gringos y al resto del mundo “¿Qué mal puede haber en seguir apoyando a los
militares corruptos y a los gobiernos ilegítimos que surjan de sus elecciones
trampeadas?’.
El gobierno del presidente Obama y el partido
demócrata, aparentemente, se sienten cómodos con los chavistas en el gobierno;
es verdad que estos rojitos son groseros, engreídos y poco tratables pero, de
acuerdo a los informes de seguridad para el hemisferio, no pasan de ser unos
bocones, especie de hooligans de la izquierda más retardataria, sus amenazas de
incendiar la pradera si los EEUU intervienen de manera abierta en el
debilitamiento y extinción del chavismo, aunque tienen mucho de “bluff”,
tampoco los anima a arriesgarse. Para ellos es una bendición que existan
opositores como la MUD, dóciles, pacifistas, negociantes y de buen carácter,
que asumen calladitos los costos de una oposición democrática, pacífica y
constitucional, cuando lo que tienen al frente es el monstruo embrutecido del
chavismo, dirigido por Maduro.
Es aquí donde quienes controlan hoy la MUD resultan
los mejores aliados del mundo libre; sus partidos seguirán recibiendo ayudas y
financiamiento, porque simplemente no hacen nada contra el régimen… perdón, eso
fue muy ligero de mi parte, sí hacen un montón de cosas a favor de que Maduro y
sus pirañas continúen en el poder: sabotean a los venezolanos, que estamos
hartos de tanta impudicia y destrucción, se hacen los locos al momento de tomar
posición, critican a los que sí estamos en la lucha por un mejor país,
descalifican cualquier esfuerzo del país nacional por una acción diferente a la
de esperar por un milagro de las mayorías, le dan la espalda a los estudiantes
y a quienes toman caminos expeditos para salir de este desastre, se hacen los
chinos cuando líderes auténticos, como Leopoldo López y María Corina Machado
arriesgan sus vidas por reclamar derechos y justicia… nos quieren mansos y en
silencio.
El gran problema de la oposición es que su
liderazgo está comprometido, viven de ello, se mantienen de ese apoyo… para
ellos, si la situación se eterniza, mejor. En lo que surge con fuerza la
disidencia, van con sus baldes de agua y apagan la candelita con discursos de
justicia social, de apego a la Constitución, con promesas electorales de
construir una gran mayoría que hará imposible el fraude y la trampa; todo se
vale para mantenerse en ese juego de apariencias, mediático y negador de la
realidad.
En estas circunstancias, con estos adeptos al “real
politik” dirigiendo nuestra oposición ¿Qué podemos hacer?
No nos consultan, nos ignoran olímpicamente, deciden por nosotros y actúan de acuerdo a su pequeño plan, con el cual no arriesgan nada y reciben prebendas de todos lados, para que todo continúe igual, lo peor, pontifican como si fueran los únicos demócratas auténticos por aquello de que son cultores del pacifismo a ultranza y del electoralismo fundamentalista, para ellos democracia son campañas y encuestas pero al momento de defender las libertades se hacen un ovillo y miran para el otro lado chupándose el dedo.
La unidad es imposible mientras tengamos a estos
caballeros atornillados en la MUD, justificando lo injustificable o, peor aún,
en un silencio cómplice con lo que nos sucede.
Lo primero que tendríamos que hacer es desconocer
esa dirección podrida que pretende erigirse en nuestros líderes, todos esos
jóvenes que hacen vida en esos partidos y que conforman el poder dentro de la
MUD tendrían que renunciar públicamente a sus militancias, quemar sus carnets
en plazas públicas si no logran cambiar sus directores democraticamente, no
acudir a sus llamados, dejarlos en evidencia… iniciemos nuestra propia
revolución y salgamos de esos gallináceos
que pretenden hablar en nuestro nombre, vamos a radicalizarnos en el
sentido heidegueriano.
Nuestro bautizo de fuego comienza por casa: a los
colaboracionistas, ni un vaso de agua… para acabar con la infección tenemos que
reconocerla, y tomar las medidas para erradicarla.
El siguiente paso es demostrarle al gobierno que
hablamos en serio, no más recesos por un evento como el mundial de futbol, ni
ninguna otra excusa pueril, el país se nos va de las manos, tenemos que
ocuparnos de lo importante.
Una de las tareas fundamentales será demostrarle al
mundo occidental lo equivocado que está al posponer su atención sobre lo que
ocurre en nuestro país, no quieren darse cuenta del peligro que representa este
mal gobierno que, como una enfermedad contagiosa, se esparce sin control, ya
contaminó a Latinoamérica y ahora Europa experimenta sus primeros brotes.
¿Qué hacer en el país? Mi idea es trancarle la
llave petrolera al gobierno, para ver si nos van a prestar atención; mientras
el chavismo continúe disponiendo a su antojo de la chequera petrolera, esto
puede continuar hasta que el infierno se congele.
Propongo de inmediato se haga en el país un
referéndum popular sobre la manera de quitarle el petróleo de las manos al
chavismo ladrón, quizás por medio de una iniciativa popular, que se conforme
una institución de segundo piso receptora de los fondos petroleros, sin
participación gubernamental e independiente de los partidos políticos; ya
estamos en una profunda crisis y va a empeorar, y no es con asesores cubanos,
ni con Ramírez, uno de los artífices de nuestra calamitosa situación, como
vamos a salir de ella; pero, esta vez, que sea por un acto de voluntad de todos
los venezolanos, que volvamos a ser de nuevo soberanos. Ya basta, éste es el
momento de sacudir al mundo, para que caigan en cuenta de que hablamos en
serio. –
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul
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