viernes, 11 de julio de 2014

NELSON CASTELLANO-HERNÁNDEZ, TODOS POBRES

Bien claro lo dijo Giordani: “…lo primero es mantenerse en el poder para hacer el cambio. El piso político nos lo da la gente pobre: ellos son los que votan por nosotros, por eso el discurso de la defensa de los pobres. Así que, “los pobres tendrán que seguir siendo pobres, los necesitamos así…” La afirmación fue hecha a Guaicaipuro Lameda, General de brigada del ejército venezolano e Ingeniero, fue presidente de la petrolera PDVSA entre los años 2000 y 2002.

La respuesta indigno al militar, quien respondió: “Usted me está diciendo que esta revolución deliberadamente condena a los pobres a que vivan en la pobreza sólo para que ustedes se mantengan en el poder mientras intentan que la gente piense como ustedes creen que deben pensar. Si es así, ustedes son unos hijos de put@ y yo con hijos de put@ no trabajo”.

De esta manera quedaba al descubierto las verdaderas intenciones del régimen, el cual traicionaba sobre todo, al pueblo humilde que confiaba en las promesas de la revolución bolivariana. La realidad ha confirmado la afirmación y se concretiza en la severa crisis económica que vive Venezuela.

Era el plan de Fidel, ya lo aplicaba en la isla, el propio Lameda recuerda que le dijo: “Para mantenernos, necesitamos unos 4.000 millones de dólares al año. Más de eso “estorba”, la gente empieza a vivir bien y se acaba el discurso de la pobreza”.

Tiempo han necesitado los seguidores de los rojos para abrir los ojos, debieron transcurrir 15 años de desgobierno, en los que se destruyó PDVSA, se endeudó al País por las futuras generaciones, se destruyó el sistema eléctrico nacional y dejamos de circular en la ciudad o en carreteras por miedo al hampa desatada, la que ha causado la muerte de 200.0000 venezolanos.

Años en los que se expropiaron los centros de producción, hasta generar la escasez que nos abruma. Para convertirnos en un país donde todo se importa, hasta que se acabaron las divisas.

Demasiado tiempo que permitió que chulos, traficantes, grupos extremistas, pedigüeños gubernamentales, dictadores, perros de la guerra y enchufados, se instalaran en nuestra tierra, establecieran sus bases y se llevaran una parte del pastel petrolero. Para lograr lo que planificaban, que los pobres siguieran siendo pobres.

Los mantenidos se volvían incondicionales y brindaban respaldo internacional, así la jerarquía bolivariana podía hacer de las suyas con el erario público, con las instituciones y las leyes de la República, sin ser inquietados.

Esta nueva realidad de “pobre país rico”, la pagamos todos, ahora todos sin trabajo, sin comida, sin repuestos, sin medicinas, sin luz, sin derechos y sin patria… Ya que se la entregaron a los Castro.
Este régimen muestra el más siniestro de los resultados, la destrucción económica de un país petrolero y el retroceso democrático de la República de Venezuela.

Este país que fue nuestro, que fue construido a pulso por patriotas, que se enfrentó al yugo extranjero para liberarse y liberar 5 naciones hermanas. Hoy en día traicionado y abandonado.

Estamos en manos de un títere que representa los intereses de la Habana, que no le tiembla la mano para utilizar la represión, a fin de aplastar a los jóvenes venezolanos que reclaman libertad y democracia.

El fin de un régimen autoritario, produce muchos temores, en primer lugar el de aquellos que abusando del poder han cometido hechos punibles. Segundo entre aquellos nacionales o extranjeros, que están beneficiándose de los recursos, que deberían utilizarse para el bienestar del pueblo.

Ese temor desencadena tragedias, persecuciones, crímenes, violaciones de derechos y abuso de poder. Para los de arriba todo es válido para salvar “el cambur”, los de abajo divididos entre ingenuos y pequeños corruptos, están los que siguen apoyando con la esperanza de que algún día se cumplirán las promesas o los que mientras puedan continúan con “el trajín”.

Los días finales de un gobierno que se desploma son escenarios de muchas historias, se inventan magnicidios y golpes de estado para distraer la opinión pública de los graves problemas que atraviesa la sociedad. Se es capaz de crear culpables de delitos inexistentes, para crear escándalos al meter en prisión, a los dirigentes de la oposición que le resulten incomodos.

Se reprime salvajemente o lo que es peor de manera selectiva para desmoralizar a los que resisten. Una violencia que en épocas modernas puede convenir a otras naciones, ya que representa cifras pequeñas. Como si fueran necesarios cantidades enormes de delitos para justificar un pronunciamiento en defensa de los derechos humanos.

Como si fuera necesario miles de muertos de la mano de agentes del gobierno, para acusar a un régimen de genocida o asesino.

Un país en el cual 4 de cada 5 de sus ciudadanos piensa que vamos mal, coloca en entredicho al gobierno. Las cifras están allí, tenemos una inflación que el gobierno reconoce en 60%, pero que se afirma llega al 120% y una escasez de productos básicos, que de los 100 más necesarios para el uso y la alimentación diaria, tan solo se encuentran 28.
Venezuela es un país sin medicinas ni tratamientos para enfermedades mortales, un país que nada produce porque expropiaron todo. Donde no hay inversión, porque se acabó la seguridad jurídica, ya que el sistema judicial lo maneja el partido de gobierno.

Vivimos una realidad en la cual las casas de habitación son como cárceles para impedir que los cacos te roben, te violen o te asesinen impunemente. Donde las cárceles pueden ser como infiernos o como centros de trabajo para los pranes, mafias y pandillas, quienes ejercen su profesión alojados y alimentados por el estado.

Una Nación golpeada, burlada cínicamente, traicionada y manipulada, con un record mundial, porque después de haber utilizado más de 1.000.000 millones de dólares, tenemos que el índice de pobreza aumentó del 21% al 27 % el último año.

Caímos en manos de un régimen mafioso, donde la corrupción se ejerce desde las alturas del poder. Un gobierno que ha reproducido a espaldas del pueblo, centenas de multimillonarios socialistas-bolivarianos, ya en el año 2008 la DEA reportó que la familia Chávez (madre y hermanos del ex Presidente) tenía cuentas en el exterior por más de ciento cuarenta millones de dólares.
Mientras tanto, todos pobres, recibiendo migajas, haciendo colas …uno por persona nos gritan en la cara, con mercados protegidos por guardias nacionales, conscientes que de un momento a otro se puede producir una mortandad por pollos, harina o papel higiénico. Con el riesgo de que ya tampoco se consiguen urnas.

Ese temor que produce abusos y atropellos, también genera estados de conciencia, reflexiones y toma de decisiones, de bando y bando.

Por eso se escuchan rumores, críticas y cartas, se esperan cambios… nuevos líderes que permitan que renazca la esperanza.

Que recuperen la soberanía y que de verdad gobiernen para nosotros.

Nelson Castellano-Hernandez
nelsoncastellano@hotmail.com

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