"Quien
le pega a su familia se arruina", reza el dicho. Un dicho que a muchos de
los personajes del Gobierno les ha dado por interpretar a su conveniencia, como
todo lo que han hecho a lo largo de estos ¡eternos! años.
Es
obvio que ninguno de los que integran la nómina de este desgobierno quiere
dejar de saborear las mieles de la buena vida que gracias a esta Robolución
pueden degustar.
El
socialismo del siglo XXI los transformó. Y a sus bolsillos y cuentas bancarias
también. Ahora son ricos, muy ricos. Millonarios, "dólarburgueses", y
no de cuna. Nuevos ricos como esos que también había en
la cuarta República y que, como estos, se
enriquecieron de la noche a la mañana.
Los comunistas de otoño llevan quince años
seguidos en el poder, lo que les ha permitido ponerse más buchones. Y la
ambición pasa a ser una adicción: mientras más tienen, más quieren. Total, les
llega fácil.
Sin
que Adelina González, la contralora (E) de la República Bolivariana de
Venezuela, les pida una sola factura ni la declaración jurada de bienes. Sobre
ellos no está la lupa. Ni sobre las casas de playa, ni sobre los yates, ni las
motos de agua en Higuerote como las que disfrutan los
hijos de la Primera Combatiente o la familia del gobernador de Vargas. Ni sobre
las camionetotas último modelo que con el sueldito de funcionario público se
pueden permitir. Ni en los Rolex o Louis Vuitton que lucen sin miedo a ser
asaltados porque tienen un batallón que los escolta. Ni en ninguno de los lujos
que pretenden ocultar bajo las guayaberas rojas que ya no son de poliéster sino
de algodón egipcio. No señor, a la familia no se le puede dejar por fuera.
Pónganlos también en donde hay porque ¡quien le pega a su familia se arruina!
Los años de ganarse el pan con el sudor de la frente, quedaron atrás. La
familia está en el poder y eso hay que aprovecharlo. ¡A raspar la olla se ha
dicho!
Que
la hermana de Iris Varela, ahora sea la nueva directora del despacho
penitenciario, no es casual. Eso sí, tampoco es producto de competir para el
cargo entre un grupo de aspirantes calificados. Para Iris es la más apta y
punto. Es su hermana, su sangre, y solo el parentesco es suficiente credencial.
Designación
a dedo como tantas de las que hemos visto en estos años chavistas. Hermanos,
hijos, primos, sobrinos, cuñados, ahijados, compadres, yernos, nueras, nietos,
y pare usted de contar parentescos encierra la nómina gubernamental, en la que
abundan los árboles genealógicos de los Chávez, los Cabello, los Flores, los Maduro,
los Chacón, los Ramírez, los Carneiro, los Carreño, los Rangel, los Villegas...
los nuevos señores feudales de Venezuela.
Los
únicos que en estos años de hiperinflación y desabastecimiento, siguen gozando
de festines, viajes y condumios sin asomo de austeridad. Quien le pega a su
familia se arruina... y tener cuentas bancarias en dólares, con muchos ceros a
la derecha, es un lujo que no pueden perder. Esto no se llama socialismo del
siglo XXI, mucho menos revolución socialista: ¡esta neodictadura se alimenta
del nepotismo reinante! ¿Esto se llama nepotismo?
¿Por
qué será tan difícil mantenerse impoluto cuando se llega al poder? ¿Será algo
implícito en los cargos públicos? Manejar los recursos del Estado, sin
supervisión ni control como ocurre en nuestro país, los envuelve, los embelesa
y los atrapa.
El
poder envicia y por eso a estos comunistas les ha costado tanto soltarlo;
porque además les abrió unas puertas y
unas arcas- que antes, como no lo ostentaban, permanecían clausuradas.
Sin
embargo, en ese afán por encontrar a alguien, que aún en cargos de poder,
lograra mantenerse incólume ante las tentaciones del dinero fácil, encontré dos
anécdotas dignas de mencionar. El veracruzano Adolfo Ruiz Cortines, presidente
de México desde 1952 hasta 1958, al primer cumpleaños de su esposa ostentando
el cargo, le regalaron un Cadillac último modelo para agasajar a la Primera
Dama. Ruiz Cortines, para sorpresa de todos comentó: "hace muchos años que
mi esposa cumple años y nunca se acordaron de ella hasta ahora que soy
presidente; pueden llevárselo porque no puedo prometer nada a cambio de este
regalo". Dicen que Adolfo Ruiz fue austero durante su mandato y en su vida
posterior.
Al igual que Harry Truman quien, después de finalizar su presidencia
y dejar la Casa Blanca, regresó a la única propiedad que tenía, y donde vivió
hasta que falleció: la casa que su esposa había heredado de sus padres, ubicada
en Missouri. Cuando se retiró de la vida oficial en 1952, todos sus ingresos
consistían en una pensión del Ejército de $13.507 al año. Como Presidente se
pagó todos los gastos de viaje y la comida con su propio dinero. Una vez
escribió: "Mis vocaciones en la vida siempre fueron ser pianista de una
casa de p... o ser político. Y para decir la verdad, ¡no existe gran diferencia
entre las dos!".
José
Domingo Blanco (Mingo),
mingo.blanco@gmail.com
@mingo_1
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.