viernes, 4 de julio de 2014

GOLFREDO DÁVILA, ¿REVOLUCIÓN O INVOLUCIÓN?

Mucho se escrito y debatido en estos 15 años sobre el régimen chavista y si hay o no revolución. Para sus seguidores se ha quedado como eslogan o consigna, más no asocian el término con el concepto. Y de verdad es que es una palabra prostituida y devaluada. Es claro que algunos tienen la ilusión de que esto es revolución, otros se niegan a aceptar el fracaso del llamado proceso y la cúpula simplemente le saca provecho.

Varios historiadores han señalado que ninguna de las llamadas revoluciones desde el siglo XIX tuvieron que ver con su contenido, esta denominación fue usada para diversos propósitos; otros opinan que las revoluciones fracasaron y son malas per sé. 

Lo cierto es que una verdadera revolución supone la sustitución de un estado de cosas que marcha mal por otro mejor, es una especie de salto histórico que se inserta en la evolución humana para transformar la sociedad y avanzar a mayor velocidad hacia un estadio superior.

Muchas de las llamadas revoluciones socialistas en el mundo se convirtieron en grandes estafas históricas, incluida la de estos 15 años en nuestro país. En nuestro caso, tanto la cúpula conservadora en el poder como algunos opositores retrógrados, se empeñan en calificar esto como revolución, ambas posturas buscan desvanecer los anhelos de cambio que aún persisten en los venezolanos.  Los hechos indican que lo ocurrido hasta el presente es continuidad de la agonía de las viejas formas de ejercer el poder, hubo un cambio de actores que agravaron todos los males, el país dio un salto hacia atrás e involucionó a una velocidad sin precedentes.

Veamos: la mentira se convirtió en política de un Estado hipertrofiado y despótico que viola los principios constitucionales, que trata de controlar todo, pero paradójicamente está siendo devorado por la anarquía, la corrupción y el crimen; una política económica que destruyó el aparato productivo, que nos puso a depender como nunca de la renta petrolera y de las importaciones, que devaluó el bolívar, que causó alta inflación, desempleo, desabastecimiento y escasez, que ha endeudado al país en más de 250.000 millones de dólares. Educación y salud en mal estado, no hay medicinas, servicios públicos por el suelo; se transgreden los valores, se guarda culto al antivalor, se vilipendia al honesto, el delincuente actúa a sus anchas, prames dirigen cárceles, el que protesta o eleva su voz reclamando justicia es criminalizado y reprimido, todo esto es contra revolución.

En algún momento creímos extirpado el perverso culto a la personalidad, pues resurgió y a partir de este surge una nueva religión que están inoculando a través de los textos escolares. Los corruptos crean el mal y la sociedad paga los platos rotos. Estudios revelan que la generación del presente vive peor que la de los padres, algo que no ocurría en 100 años. Sin embargo todo proceso de involución puede ser revertido, toda crisis tiene solución, hay que unir a la Venezuela decente para brindar un futuro a los jóvenes. Hoy revolución es lograr democracia, justicia, progreso y soberanía.  

Golfredo Davila
golfredodavila@yahoo.es
@golfredodavila

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