miércoles, 2 de julio de 2014

FERNANDO OCHOA ANTICH, EN PLENA DICTADURA


            Hay que quitarse la careta. La reciente decisión de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, mediante la cual se autoriza a los miembros activos de la Fuerza Armada Nacional a participar en actos políticos, muestra claramente la decisión de Nicolás Maduro de establecer una dictadura en Venezuela. Hugo Chávez,  limitó gravemente el ejercicio de la democracia al violar principios fundamentales de la Constitución de 1999, pero no se atrevió a vincular a la Fuerza Armada Nacional con el Partido Socialista Unido de Venezuela, a través una decisión del Tribunal Supremo de Justicia, al entender que se irrespetaban valores tradicionales de la Institución Armada que podrían generar un importante malestar interno. Sólo en dictaduras reconocidas como Cuba, Corea del Norte o China, los miembros de sus Fuerzas Armadas pertenecen al partido gobernante.
           
La decisión del  Tribunal Supremo de Justicia, al violar el contenido del artículo 328 que define a  la Fuerza Armada Nacional como “una institución esencialmente profesional, sin militancia política, al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”, rompe la unidad interna de la organización militar y compromete totalmente su eficiencia. Es de suponer, que la presencia de alguno de sus miembros en un acto político se limitará exclusivamente a los organizados por el partido gobernante, ya que de asistir a una reunión de la oposición le traería graves consecuencias disciplinarias y limitaría su destino profesional. Estoy seguro, que esta decisión producirá una gran preocupación en los cuadros militares activos, al darse cuenta que, a partir de este momento, influirán aún más las vinculaciones de orden político que la hoja de servicio a la hora de la selección para ascensos y cargos.
            No es una exageración de mi parte señalar que ya nos encontramos en plena dictadura. Al decidir la Corte Suprema de Justicia que “la participación de los integrantes de la Fuerza Armada Nacional en actos con fines políticos del PSUV no constituye un menoscabo de su profesionalidad sino un baluarte de participación democrática y protagónica” se reconoce que los miembros activos de la Fuerza Armada Nacional pueden pertenecer a ese partido. Al aceptarse esta realidad se violan flagrantemente los artículos 2 y 6 de la Constitución Nacional al desconocerse el principio del pluralismo democrático como esencia de nuestro sistema político. Las consecuencias son sumamente graves: al controlar un partido las armas de la República es imposible que se puedan realizar elecciones justas y equitativas y mucho menos esperar que exista  la posibilidad de una verdadera alternancia política.
            En la misma sentencia, el Tribunal Supremo de Justicia acepta que los miembros de la Fuerza Armada utilicen distintas consignas políticas vinculadas a la ideología del PSUV mediante un razonamiento realmente curioso: “en todos los Ejércitos del mundo existe el saludo militar, cuya manifestación responde a la idiosincrasia o cultura del país o al momento histórico, social y político, toda vez que el saludo militar indica una muestra simbólica profesional e institucional, de respeto, disciplina, obediencia  y subordinación ante la superioridad jerárquica  y a la comandancia en jefe” sin entender que consignas  como “¡independencia y patria socialista!” o “¡Chávez vive!” son rechazados por muchos miembros activos de la Fuerza Armada. Distinto fuera que dicho saludo militar estuviera vinculado a hechos históricos reconocidos por todos los venezolanos como por ejemplo era: “El Ejército de Venezuela, forjador de libertades”.
Esta decisión vino a complicar aún más el enrarecido ambiente político. Las cartas, las denuncias de corrupción  y las protestas dentro del PSUV muestran una realidad que está a la vista: la debilidad del liderazgo de Nicolás Maduro. Si a esta compleja situación interna del chavismo se agrega la creciente crisis nacional es necesario reconocer que se requiere construir un importante acuerdo entre todas las fuerzas de  oposición con el fin de presentar ante la opinión pública una real alternativa de poder. Es verdad, que un frente de oposición en el cual convive una diversidad de ideologías  es muy difícil de establecer un programa mínimo de acción que permita a los venezolanos tener la convicción de que existen reales alternativas para poder enfrentar la crisis. Hay que demostrar con hechos que eso es posible. Eso sí, se requiere entender que cualquier solución exige una profunda rectificación de los graves errores políticos y económicos cometidos por el chavismo…

Fernando Ochoa Antich
fochoaantich@gmail.com
@FOcchoaAntich


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