domingo, 6 de julio de 2014

CARLOS JULIO PEÑALOZA, LA INDEPENDENCIA DEL SIGLO XXI

            Este 5 de julio de julio se conmemora otro aniversario de la declaración de independencia. Ese día glorioso se reunieron los patriotas para dar un paso decisivo en la tarea iniciada el 19 de abril de 1810. En esa oportunidad se forzó la salida del Capitán General español Vicente Emparan en defensa de los derechos de Fernando VII, pero técnicamente seguíamos siendo colonia. El 19 de abril fue un acto de fidelidad a la monarquía pero el 5 de julio se declararon en rebelión para independizarnos de España. En ese momento Venezuela fue la primera provincia ibérica en América en anunciar ser libre del yugo español. Ese reto tenía que ser respondido a sangre y fuego por la metrópoli. de no hacerlo las demás colonias podrían seguir este ejemplo colapsando al imperio.
           
La declaración de independencia fue seguida por una espantosa guerra en la cual Venezuela salió triunfadora gracias al genio estratégico de Bolívar, las brillantes tácticas de Páez y el espíritu guerrero de nuestros soldados. La victoria fue costosa porque quedamos en ruinas. Esa conflagración dio origen a la Gran Colombia, el embrión de la Gran Union Hispanoamericana propuesta por el precursor Miranda. Los errores políticos cometidos al  poner en práctica esta idea hicieron que el intento colapsara, llevando a la disolución de la unión. Este proyecto de alto contenido estratégico y geopolítico fracasó en 1830 y ahora estamos en el proceso de perder la libertad ganada con ríos de sangre.
            Por desgracia para nuestra patria, en este 5 de julio no tenemos nada que celebrar pero mucho que lamentar. El régimen renegado iniciado por Chávez hace 15 años está regalando ilegalmente, no solo nuestros activos, sino nuestra independencia. Venezuela se hunde en un tremedal de ignominia por el traidor empeño de una secta que ha decidido entregarnos como colonia a un anacrónico imperio comunista. Ese despropósito promovido por desertores debe ser rechazado con el mismo tesón con que los patriotas ganaron la independencia. Ante esa blasfemia debemos levantarnos prestos a la lucha y a cualquier sacrificio.
            Para añadir insulto a injuria los perjuros criollos llaman a su patibulario movimiento “Bolivariano” y se jactan de construir el sueño del libertador de unir las antiguas colonias españolas de América. Los engaños son parte del arsenal comunista. Chávez accedió al poder jurando no ser comunista y ofreciendo cuentos de camino que nunca ejecutó. Esas falsas promesas fueron un elaborado espejismo para engañar a nuestro ingenuo pueblo. Tras ellas se ocultaba la insidiosa intención de entregar a Venezuela inerme en brazos de la pareja de ancianos criminales cubanos que pretenden crear un imperio comunista en Hispanoamérica. Para controlar su feudo cuentan con muchas armas. El tenebroso G2 nos vigila, las FAN fueron narcotizadas con la droga de los sobornos, convirtiendo a algunos jefes en traidores. Simultáneamente han destruido el Estado de Derecho, desacreditado a la justicia, prostituido la Asamblea Nacional y montado un árbitro electoral fraudulento para mantenerse eternamente en el poder.  Este pérfido designio de los Castro debe ser combatido con todas nuestras fuerzas y para ello llamó al pueblo para hacer frente a tamaño deshonor.
            La entrega de la patria iba viento en popa hasta que los tiranos antillanos acabaron con la existencia del perjuro mayor. A la muerte del galáctico, la quinta columna traidora enquistada en el régimen armó un triste sainete para imponernos a un extranjero como presidente. El falsario usurpador confiando en la estupidez de sus secuaces, ni siquiera se tomó la molestia de forjar una partida de nacimiento y despacha orondo en Miraflores para escarnio nuestro.  La farsa fue cohonestada por nuestros jefes políticos y militares quienes decidieron vender su alma al diablo.
            El indocumentado intenta culminar la obra destructora que nos ha llevado a la ruina durante la época de mayores ingresos de nuestra historia. Esta situación es insostenible. Para acelerar este proceso debemos reclamar nuestra independencia. La próxima batalla será decisiva y debemos luchar para recuperar la patria expulsando a los cubanos castro comunistas  La independencia del siglo XXI es inevitable. La libertad y la democracia son irrenunciables. Todos a su puesto de combate!

Carlos Julio Peñaloza
genpenaloza@gmail.com
@GenPenaloza

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