Leopoldo
López ya no necesita defensores ni propaganda para liderar a la disidencia
venezolana que lucha contra la dictadura chavista. Poco a poco, en forma
sostenida, primero por órdenes del paracaidista comandante  Hugo Chávez quien lo despojó de sus derechos
políticos hasta el momento  actual cuando
es preso de Miraflores ya condenado por el presidente ilegítimo y sin derecho a
un verdadero  juicio como ordena la
Constitución Nacional.
Cada
paso que durante quince años ha dado este desgobierno para neutralizar  y ahora 
destruir  a la emergente
dirigencia de Leopoldo López ha sido la radiografía más clara de los métodos
estalinistas caribeños. 
Desconocer  y
reactivar  procesos judiciales anteriores
que nunca pudieron determinar culpabilidad alguna en las forjadas acusaciones,
la constante descalificación a su persona por su origen familiar  tan burgués como el de Jose Vicente Rangel
por cierto quizás menos transparente que el de Leopoldo López, el seguimiento
paranoico a cada una de sus gestiones en la Alcaldía de Chacao y a cada palabra
pronunciada en cualquier sitio, ese programa persecutorio tan natural en la
Rusia zarista, bolchevique y neo-soviética de Putin sembrado en la Cuba
castrocomunista, en fin, el fascismo rojo en sus detalles mas relevantes,
siniestros y ocultos, se han manifestado 
a lo largo de este tropical proceso kafkiano.  
El
resultado está a la vista. Mientras la oposición partidista busca cerrar etapas
electoralistas y crear una nueva estrategia 
que exprese cabalmente y sin temor el rechazo del país a una tiranía
vendepatria motorizada  desde Cuba, el
PSUV se retuerce en un interno combate estrictamente  boliburgués. Por una parte están los  militares 
enriquecidos del cogollo, rojos por fuera pero prácticos en viejas taras
de la derechista corrupta barbarie 
uniformada y por la otra, con la antigua izquierda fracasada y resentida,
hoy  lacayos  voluntarios de la isla imperial. 
Si
no resultara tan dramático este momento por la tragedia del país casi
totalmente destruido en su productividad, sería un buen tema para comedia
seria. Pero la masa no está para bollos y como siempre ha ocurrido en la
historia política venezolana desde el siglo pasado, la procesión  va por fuera y la reencarnación crece desde
adentro. Incluso los nini, los indiferentes o quienes nunca han sido
simpatizantes ni seguidores de Leopoldo López, ahora convertido en mártir por
el PSUV, lo acompañan en todas las formas de solidaridad aún posibles dentro de
esta gran prisión que es Menezuela. Porque la esclavitud forja reacciones
adversas grupales finalmente  representadas  en una imagen 
de la víctima total, esa que por paradoja, es sacralizada  desde el poder por  su 
brutal torturador.
Resulta
pues que por ahora, el único punto coincidente en el partido pseudo socialista,
pseudounido de la pseudo Venezuela, es la figura de un Leopoldo López
victimizado y crecido, en franela, blue jean y micrófono de mano  llamando a ejercer el derecho constitucional
a la protesta ciudadana y  solo por eso
sus carceleros  le tienen tanto miedo.
Cuando
los salvajes sienten pánico son más bestiales y los supuestos débiles se
vuelven criaturas más atentas, 
resistentes y unidas. Es ley en la selva.
Alicia   Freilich
alifrei@hotmail.com
@aliciafreilich
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