Una
de las cartas fuertes del socialismo es el tema ambiental.
Partiendo
de la idea de que los grandes problemas ambientales del mundo son causados por
el capitalismo, por su voracidad y su tendencia al crecimiento sin límites, lo
que obliga al uso intensivo de materias primas y a la explotación irracional de
los recursos naturales. La crítica socialista ataca el consumismo desenfrenado
que promueve la economía de mercado, aunado a un estilo de vida carente de todo
sentido ecológico.
Con estos argumentos grupos militantes de la
ecología como Green Peace y el movimiento político de los verdes, de tendencia
izquierdista, sobre todo en Europa han acaparado la atención de aquellos preocupados
por el ambiente y los cambios climáticos que están afectando el planeta.
Aunque básicamente comparto sus inquietudes sobre
los grandes problemas ambientales, no creo que el socialismo tenga la solución
a estos problemas, es más, creo agravarían y acelerarían la destrucción del
planeta, muchos de estos ecologistas comunistas o “verdes” no se dan cuenta de
la manipulación política que hay detrás de los postulados socialistas que lo
que pretende es un “hombre nuevo” y un Estado totalitario, como fórmula para
imponer “orden” en el mundo, veamos por qué.
El socialismo basa sus pretensiones colectivistas
en la nación estado, el nacionalismo es su carta de presentación, un colectivo
con conciencia y cultura propia que se diferencia del resto de los hombres
aunados por un estado centralista y fuerte, y con una ideología basada en la
tradición y la historia de un pueblo apegado a la tierra.
Esta conexión pueblo-tierra es fundamental para que
el estado se proclame dueño y administrador de la tierra, de sus recursos
naturales que serán usados según su entender, para el beneficio del colectivo o
pueblo, la propiedad al ser colectiva deja de existir y es el estado quien
decide como, que y a quien le toca sobrevivir en el reparto de los recursos, no
ya para vivir de su labor sino para explotar la naturaleza de acuerdo a las
necesidades del colectivo.
De esta manera tenemos que en los países
socialistas, la tierra, el agua y sus bosques, el aire, sus mares y los
animales son sujetos de una explotación sistemática y profunda, muchas veces
utilizando el sistema de cuotas o racionando sus cabidas, el resultado es
siempre una sobre explotación de los recursos y un acelerado agotamiento de la
naturaleza en aras de un proyecto político y de metas sociales.
Pero en el capitalismo con su sistema de libertades
individuales, con sus controles y revisión de las acciones del gobierno, con la
posibilidad de la autocrítica y la reversión inmediata de políticas que no
funcionan, con la continua vigilancia por parte de personas e instituciones de
las acciones del gobierno y sus ciudadanos organizados, pero sobre todo gracias
a la libertad de información y de opinión y del respeto a la propiedad privada,
el capitalismo vive en un estado de perpetua evaluación y evolución lo que
permite ajustes y hasta cambios de dirección en sus políticas.
En primer lugar ha sido gracias a las tecnologías y
el capital invertido en las ciencias de la tierra por parte de empresas e
instituciones públicas, que incluyen el desarrollo de los programas espaciales
y de los sensores remotos, como se ha podido detectar y dar a conocer al mundo
la radiografía de un planeta en apuros.
Herramientas como las supercomputadoras, que solo
han sido posibles gracias a la labor y la inversión intensiva del capitalismo
en áreas de punta como la informática, han permitido hacer los modelos y las
predicciones sobre el comportamiento tanto de la atmósfera como de la biósfera,
estas tecnologías han aminorado y prevenido los tremendos daños que los
fenómenos naturales, como tormentas, terremotos, erupciones volcánicas,
tsunamis y otras manifestaciones del cambiante entorno natural del planeta, que
hasta hace muy poco eran fatales.
Los problemas de desertificación, sequías,
deforestación, contaminación de los mares, incendios forestales, plagas, entre
otros, son hoy monitoreados, cuantificados, estudiados y controlados en tiempo
real, permitiendo que el impacto de los mismos en el planeta sean mucho
menores, algo impensable sin la participación necesaria del capitalismo en el
desarrollo no solo de las tecnologías y el conocimiento científico tan
criticado por los comunistas, sino de las soluciones viables que hoy se
discuten en los foros internacionales, que se divulgan por la prensa, en
internet y en otros medios de comunicación masivos, es gracias a esta libertad
de expresión y a la libre información disponibles en la academia que centros de
investigaciones del mundo pueden intercambiar información vital para poderle
seguir el paso a estas crisis y eventos; un imposible en socialismo.
El desarrollo de nuevos procesos y materiales han
permitido el incremento del rendimiento de muchas máquinas y procesos
necesarios para la vida moderna, se logró un eficiente uso de los combustibles,
la sustitución de materiales naturales por partes sintéticas preservan de
manera importante agua, árboles y otros productos orgánicos y minerales, se ha
multiplicado la productividad de las semillas en la actividad agropecuaria,
jamás la humanidad había dispuesto de tantos alimentos y tan saludables para tanta
gente (el problema del hambre persiste en los países pobres más por políticas
erradas, corrupción y el comunismo, que por disponibilidad de alimentos).
El socialismo tiene un problema fundamental, no
tiene respuestas para sostener un mundo tan vasto, con tantas bocas que
alimentar, gente que vestir y comunidades que proteger de las enfermedades y
las inclemencias del clima, las soluciones que proponen son sencillamente
enviar a la humanidad 500 años en el pasado, a tiempos superados cuando se
vivía del trueque, de la caza, la siembra y la recolección.
La tendencia del socialismo a reunir a la gente en
comunidades pequeñas, autosuficientes, planificadas, jerarquizadas y
“eficientes” como si fueran hormigas u abejas, desnaturalizando la esencia
humana y creando tensiones solo resolubles por la violencia; la centralización
de la administración de los recursos, la injerencia del estado en la sociedad,
al punto, de hacerla inoperante como factor de desarrollo, su atrasado modelo
económico lleno de peajes, controles, penalidades y normas restrictivas hacen
inviable la evolución del libre mercado, de las empresas y de los aportes
individuales.
El capitalismo es el único sistema probado que
puede sostener la vida en el planeta tierra en las condiciones actuales, hay
unos cambios importantes que efectuar, principalmente a nivel de valores y
principios, cambios institucionales y de la relación del gobierno con el
mercado, cambios estratégicos de cómo operarían los negocios, algunos de estos
cambios ya lo estamos viendo con un capitalismo mucho más consciente de su
papel en la ecología.
En una eco-economía capitalista la nueva dirección
es hacia el desarrollo de energías renovables y alternas, de la educación para
un nuevo consumidor más enterado de la vida útil de los productos y de su ciclo
de reciclaje, de parques industriales para el aprovechamiento en cascada de
materiales y deshechos, con el nuevo diseño de ciudades y de sistemas de
ciudades, de transporte rápido y masivo, con gobiernos más conscientes del uso
de los impuestos y subsidios, con un mayor respeto por los ciclos naturales.
La única manera de detener y hasta revertir la
desaparición de las especies vivas en nuestro planeta es con un uso intensivo y
extensivo de tecnologías como la ingeniería genética, terraformación, siembra
de los océanos y otras iniciativas.
El capitalismo es el único sistema lo
suficientemente ágil y proclive al cambio que, permitiría nuevas
prioridades y valores dentro del esquema
de libre mercado, se maneja con mayor eficiencia la escases y los recursos no
renovables en capitalismo que en socialismo, esto está más que probado, no hay
peor enemigo de la sustentabilidad que la pobreza y el socialismo es un sistema
que produce pobreza.
La retórica socialista sobre el ambiente es una
manera que tienen para introducir en la sociedad normas y cortapisas a la
libertad, controles para la economía pero no son eficientes para mantener a
raya la destrucción que provocan los desplazados, refugiados, sus políticas de
desestabilización social y promoción del terrorismo, fundamentalismos y
subversión en los sistemas políticos occidentales lo que han hecho es fomentar
el desorden social y la entropía, el socialismo permite la destrucción de las
áreas naturales en nombre del humanismo, el voraz consumo de bienes como el
agua, la madera y la vida salvaje para mantener a pobladores que carecen de
otros medios de vida.
Estoy convencido que el socialismo es un error y una plaga que afecta la mente de muchos hombres y mujeres en el mundo, creo por el contrario, que el capitalismo, que es un sistema económico y de libertades en plena evolución, es la respuesta a muchos de nuestros problemas incluyendo la causa de la principal crisis ambiental en el planeta tierra, la sobrepoblación, y por ende, la pobreza. –
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul
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