viernes, 27 de junio de 2014

SAÚL GODOY GÓMEZ, EL NUEVO CAPITALISMO Y EL AMBIENTE,

Una de las cartas fuertes del socialismo es el tema ambiental.

Partiendo de la idea de que los grandes problemas ambientales del mundo son causados por el capitalismo, por su voracidad y su tendencia al crecimiento sin límites, lo que obliga al uso intensivo de materias primas y a la explotación irracional de los recursos naturales. La crítica socialista ataca el consumismo desenfrenado que promueve la economía de mercado, aunado a un estilo de vida carente de todo sentido ecológico.

Con estos argumentos grupos militantes de la ecología como Green Peace y el movimiento político de los verdes, de tendencia izquierdista, sobre todo en Europa han acaparado la atención de aquellos preocupados por el ambiente y los cambios climáticos que están afectando el planeta.
Aunque básicamente comparto sus inquietudes sobre los grandes problemas ambientales, no creo que el socialismo tenga la solución a estos problemas, es más, creo agravarían y acelerarían la destrucción del planeta, muchos de estos ecologistas comunistas o “verdes” no se dan cuenta de la manipulación política que hay detrás de los postulados socialistas que lo que pretende es un “hombre nuevo” y un Estado totalitario, como fórmula para imponer “orden” en el mundo, veamos por qué.
El socialismo basa sus pretensiones colectivistas en la nación estado, el nacionalismo es su carta de presentación, un colectivo con conciencia y cultura propia que se diferencia del resto de los hombres aunados por un estado centralista y fuerte, y con una ideología basada en la tradición y la historia de un pueblo apegado a la tierra.
Esta conexión pueblo-tierra es fundamental para que el estado se proclame dueño y administrador de la tierra, de sus recursos naturales que serán usados según su entender, para el beneficio del colectivo o pueblo, la propiedad al ser colectiva deja de existir y es el estado quien decide como, que y a quien le toca sobrevivir en el reparto de los recursos, no ya para vivir de su labor sino para explotar la naturaleza de acuerdo a las necesidades del colectivo.
De esta manera tenemos que en los países socialistas, la tierra, el agua y sus bosques, el aire, sus mares y los animales son sujetos de una explotación sistemática y profunda, muchas veces utilizando el sistema de cuotas o racionando sus cabidas, el resultado es siempre una sobre explotación de los recursos y un acelerado agotamiento de la naturaleza en aras de un proyecto político y de metas sociales.
Pero en el capitalismo con su sistema de libertades individuales, con sus controles y revisión de las acciones del gobierno, con la posibilidad de la autocrítica y la reversión inmediata de políticas que no funcionan, con la continua vigilancia por parte de personas e instituciones de las acciones del gobierno y sus ciudadanos organizados, pero sobre todo gracias a la libertad de información y de opinión y del respeto a la propiedad privada, el capitalismo vive en un estado de perpetua evaluación y evolución lo que permite ajustes y hasta cambios de dirección en sus políticas.
En primer lugar ha sido gracias a las tecnologías y el capital invertido en las ciencias de la tierra por parte de empresas e instituciones públicas, que incluyen el desarrollo de los programas espaciales y de los sensores remotos, como se ha podido detectar y dar a conocer al mundo la radiografía de un planeta en apuros.
Herramientas como las supercomputadoras, que solo han sido posibles gracias a la labor y la inversión intensiva del capitalismo en áreas de punta como la informática, han permitido hacer los modelos y las predicciones sobre el comportamiento tanto de la atmósfera como de la biósfera, estas tecnologías han aminorado y prevenido los tremendos daños que los fenómenos naturales, como tormentas, terremotos, erupciones volcánicas, tsunamis y otras manifestaciones del cambiante entorno natural del planeta, que hasta hace muy poco eran fatales.
Los problemas de desertificación, sequías, deforestación, contaminación de los mares, incendios forestales, plagas, entre otros, son hoy monitoreados, cuantificados, estudiados y controlados en tiempo real, permitiendo que el impacto de los mismos en el planeta sean mucho menores, algo impensable sin la participación necesaria del capitalismo en el desarrollo no solo de las tecnologías y el conocimiento científico tan criticado por los comunistas, sino de las soluciones viables que hoy se discuten en los foros internacionales, que se divulgan por la prensa, en internet y en otros medios de comunicación masivos, es gracias a esta libertad de expresión y a la libre información disponibles en la academia que centros de investigaciones del mundo pueden intercambiar información vital para poderle seguir el paso a estas crisis y eventos; un imposible en socialismo.
El desarrollo de nuevos procesos y materiales han permitido el incremento del rendimiento de muchas máquinas y procesos necesarios para la vida moderna, se logró un eficiente uso de los combustibles, la sustitución de materiales naturales por partes sintéticas preservan de manera importante agua, árboles y otros productos orgánicos y minerales, se ha multiplicado la productividad de las semillas en la actividad agropecuaria, jamás la humanidad había dispuesto de tantos alimentos y tan saludables para tanta gente (el problema del hambre persiste en los países pobres más por políticas erradas, corrupción y el comunismo, que por disponibilidad de alimentos).
El socialismo tiene un problema fundamental, no tiene respuestas para sostener un mundo tan vasto, con tantas bocas que alimentar, gente que vestir y comunidades que proteger de las enfermedades y las inclemencias del clima, las soluciones que proponen son sencillamente enviar a la humanidad 500 años en el pasado, a tiempos superados cuando se vivía del trueque, de la caza, la siembra y la recolección.
La tendencia del socialismo a reunir a la gente en comunidades pequeñas, autosuficientes, planificadas, jerarquizadas y “eficientes” como si fueran hormigas u abejas, desnaturalizando la esencia humana y creando tensiones solo resolubles por la violencia; la centralización de la administración de los recursos, la injerencia del estado en la sociedad, al punto, de hacerla inoperante como factor de desarrollo, su atrasado modelo económico lleno de peajes, controles, penalidades y normas restrictivas hacen inviable la evolución del libre mercado, de las empresas y de los aportes individuales.
El capitalismo es el único sistema probado que puede sostener la vida en el planeta tierra en las condiciones actuales, hay unos cambios importantes que efectuar, principalmente a nivel de valores y principios, cambios institucionales y de la relación del gobierno con el mercado, cambios estratégicos de cómo operarían los negocios, algunos de estos cambios ya lo estamos viendo con un capitalismo mucho más consciente de su papel en la ecología.
En una eco-economía capitalista la nueva dirección es hacia el desarrollo de energías renovables y alternas, de la educación para un nuevo consumidor más enterado de la vida útil de los productos y de su ciclo de reciclaje, de parques industriales para el aprovechamiento en cascada de materiales y deshechos, con el nuevo diseño de ciudades y de sistemas de ciudades, de transporte rápido y masivo, con gobiernos más conscientes del uso de los impuestos y subsidios, con un mayor respeto por los ciclos naturales.
La única manera de detener y hasta revertir la desaparición de las especies vivas en nuestro planeta es con un uso intensivo y extensivo de tecnologías como la ingeniería genética, terraformación, siembra de los océanos y otras iniciativas. 
El capitalismo es el único sistema lo suficientemente ágil y proclive al cambio que, permitiría nuevas prioridades  y valores dentro del esquema de libre mercado, se maneja con mayor eficiencia la escases y los recursos no renovables en capitalismo que en socialismo, esto está más que probado, no hay peor enemigo de la sustentabilidad que la pobreza y el socialismo es un sistema que produce pobreza.
La retórica socialista sobre el ambiente es una manera que tienen para introducir en la sociedad normas y cortapisas a la libertad, controles para la economía pero no son eficientes para mantener a raya la destrucción que provocan los desplazados, refugiados, sus políticas de desestabilización social y promoción del terrorismo, fundamentalismos y subversión en los sistemas políticos occidentales lo que han hecho es fomentar el desorden social y la entropía, el socialismo permite la destrucción de las áreas naturales en nombre del humanismo, el voraz consumo de bienes como el agua, la madera y la vida salvaje para mantener a pobladores que carecen de otros medios de vida.
Estoy convencido que el socialismo es un error y una plaga que afecta la mente de muchos hombres y mujeres en el mundo, creo por el contrario, que el capitalismo, que es un sistema económico y de libertades en plena evolución, es la respuesta a muchos de nuestros problemas incluyendo la causa de la principal crisis ambiental en el planeta tierra, la sobrepoblación, y por ende, la pobreza. –
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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