En la hora veinticinco el escritor Constastin
Virgil Gheorghiu, (1916-1992), muestra con lucidez apasionada y repleta de desconsuelo, los nítidos trazos que
precisan el definido por el mismo como el derrumbe de la Sociedad Occidental.
Obra terrible y desoladora escrita hace bastante más de medio siglo. La hora
veinticinco documenta, con escalofriante actualidad, una crisis humana que
arrastra un planeta entero, no a la destrucción sino a la aniquilación, a la
reducción a sus más patéticos despojos.
Mal se puede hablar de inmolación o sacrificio, de
noble lucha o de fragoroso combate: se trata sólo de una sociedad completa
consignada al más vil de los destinos, abyecto y carente del mínimo rasgo de
heroísmo; sus personajes son solo objetos maldecidos con el don de la
conciencia, arrastrada a la desesperación, golpeados con manos desnudas los
muros de su prisión, que es el planeta entero. “La hora veinticinco, el momento
donde toda tentativa de salvación se hace inútil. Ni siquiera la venida del un
Mesías resolvería nada. No es la última hora, sino una hora después. El tiempo
preciso de la Sociedad Occidental. Es la hora actual. La hora exacta”. No nos
llamemos a engaño con respecto a la vigencia de esta obra literaria; esa
sociedad derrumbada no se levantó luego valientemente sobre sus propias
cenizas, reedificándose y redimiéndose, camina hoy junto a nosotros como un
zombi, en su calidad actual de muerto viviente”.
Antecedentes históricos…
Para la inadvertida clase política venezolana,
bueno es recordarle que lo que está en liza en el plano de las disputas de los
mercados especialmente de la región son los intereses geoestratégicos de la
misma que no puede seguir abordándose con ese discurso voluntarista de cuello
corto, ni dejar que sean solo los jóvenes universitarios y sus padres los que
pongan la carne en el asador.
Sin intención de estimular ejercicios de torticolis
histórica, bueno es recordar que entre 1.976 y el 2.000, solo con la alteración
de la victoria del Sandinismo en Nicaragua en 1.979, la derecha tuvo un
vertiginoso ascenso, su largo mandato se ejecuto al calor del influjo de la
peor oleada de represión que registre la historia de la región, con estelar
participación de las oligarquías criollas y partidos especialmente de la
derecha en casi todo el continente. Consumándose así en la América Latina uno
de los más grandes despojos, ya que los gobiernos militares y los civiles de
talante autoritario, desmantelaron todas las barreras arancelarias y los
controles de capitales en una sumergida salvaje en el mercado más extremista y
nocivo de las políticas económicas imperantes. En ese lapso, 1.976 y 2.000, mas
de cinco mil empresas públicas fueron privatizadas y adquiridas a precio de
gallina flaca la mayoría por transnacionales extranjeras; asimismo, en cálculos
conservadores de diferentes agencias, especialmente los suministrados por el
FMI, concluyen que cerca de dos billones de dólares fueron transferidos al
exterior por concepto de beneficios de regalías, pagos de intereses,
sustracción de fondos públicos, evasión fiscal y lavado de dinero. (Mostrándose
así que la corrupción no tiene sesgos ideológicos, esta instalada con especial
énfasis en el imaginario Latinoamericano, aquí tiene abultadas sus derivaciones
nacionales). Sin embargo esta edad de oro del capital, durante la década de
1.990, fue para nosotros un periodo de retroceso económico, polarización
social, exclusión y creciente fragilidad frente a las crisis. Gestándose así el
escenario para los conflictos y revueltas populares del nuevo milenio y la conquista
del poder de una oleada de gobiernos de inspiración populistas. “En el caso de
Venezuela es complejo y tiene raíces históricas profundas. El fenómeno
Chávez fue resultado de décadas de
ineficiencia, corrupción y arrogancia de parte de las elites venezolanas.
Durante años de años las clases dirigentes de Venezuela vivieron en la burbuja
de la complacencia, convencidas que Venezuela era una especie de paraíso
terrenal. Se autoconvencieron de que estaban en un país excepcional, inclusivo
y democrático. Cito al economista chileno Sebastián Edgards, quien señala,
“brindaban con whisky Premium, celebrando que eran diferentes al resto de la
región, y felicitándose los unos a los otros por el sistema creado en el pacto
de Punto Fijo. Mientras eso pasaba, la economía no crecía, la inflación se
disparaba, los salarios se derrumbaban la corrupción engordaba.
(Desafortunadamente es lo que le ha dado continuidad el Civismo ahora por la
vía de sus dos mas compiscuos representantes, El Presidente Nicolás Maduro y El
Capitán del Furial), a través de un neopopulismo, mesiánico, corrompido en grado superlativo, autocrático
con sus variantes de represión creciente, que no ha solucionado los problemas
ni económicos, ni políticos ni sociales. “Las crisis de energía, de violencia
creciente y económica en general que hoy vive Venezuela indica, con claridad,
que su gobierno terminará en una gran frustración. Lo más probable es que el
desenlace final tome algún tiempo, pero que sucederá, y habrá un colapso
económico no me cabe duda”. (Economista Sebastián Edwards, Populismos o
Mercados, El dilema de América Latina, Editorial Norma).
Ubicando algunas pistas…
A pesar de haber asumido en compañía de Bolivia,
Ecuador, y Nicaragua, las banderas de lo que han dado en señalar como el nuevo
“socialismo del siglo XXI”. en comparación con el siglo XX, el socialismo del
siglo XXI, es en general más conservador, opera más estrechamente articulado
con las transnacionales, especialmente las vinculadas a todo lo que tiene que
ver con energía y minería. (En el caso venezolano léase, entrega de los
contratos a las empresas Chevron y Repsol
para la explotación de la Faja Petrolífera del Orinoco. En el acto de
firma de los contratos, el jefe de Estado afirmó “estamos escribiendo una
página de la nueva historia, en Venezuela se garantiza la seguridad jurídica
para las empresas internacionales. Los capitales extranjeros tienen todas las
garantías de inversión y de repatriación de sus capitales. Como el entreguista
Convenio de venta de petróleo a futuro a China, por 20.000 millones de dólares,
ampliado después a 5.000, millones mas y de 10.000 a Rusia), Su
antiimperialismo es metafórico. Y en algunos casos se fundamenta en coaliciones
interclasistas que abrazan todo el
espectro, vinculando como en Bolivia y
Ecuador a los sectores pobres y de clase media con las poderosas elites
agroexportadoras y mineras. Si bien en algunos pasajes el socialismo del siglo
XXI, se invoca la referencia de la lucha de clases, lo hacen mediante un uso
impreciso de la retórica populista. También la otra cara es la de una nostalgia
por un pasado de sumisión política sin obstáculos, (léase saqueo económico),
fuerte exclusión y represión a los movimientos populares emergentes, en lugar
de un análisis empírico de sus políticas socioeconómicas.
Cara a este incierto escenario, el coloso del norte
(EEUU), asediado por la severa crisis financiera, con dos frentes de guerra
real, Irak y Afganistán e inmovilizado en Siria y Ucrania donde luce atascado,
la disputa de mercados por economías emergentes, que forcejean por consolidarse
en especial China, e Irán en Sudamérica, los ha forzado a un reacomodo en
gestos y discursos que parecían superados, desempolvan viejos y nuevos
manuales, y viejos y nuevos fantasmas, y como descendidos alternativas, alertan
sobre el peligro que se extinga la libertad, la igualdad el disfrute de el
confort que nos brinda la sociedad de consumo.
Ya en abril del 2.002, Washington justifico el
garrotazo militar en Venezuela, similar actitud oscilante asumió en el caso de
Honduras, quedando una ves más desnudo el frágil equilibrio que luchan por
conservar, entre democracia e intereses geopolíticos hemisféricos, al revelar
que sus formuladores de política externa siguen atrapados por viejos duendes,
que les permitió cubiertos por los suaves y flexibles guantes de Obama dar un
golpe preventivo en ese pobre país centroamericano, con la coartada de frenar
una revolución continental de izquierda
encabezada por ese nuevo Avatar rojo venezolano, todos sabemos que esto no es
sino la reedición de viejos populismos redentoristas con vistosos camuflajes
retóricos, y en el caso nuestro con la adición de una abultada chequera del
mana petrolero, hijos de las descaminadas políticas de las anacrónicas elites
latinoamericanos que con cerril y mezquina actitud sostuvieron esquemas de
desigual distribución de nuestras riquezas en sus muy pocas manos. Necesario es
que busquemos causes que nos
encuentren o le terminaremos
dejando a nuestros hijos y nietos como
heredad una confrontación que será inevitable si nos empeñamos en abordar las
posibles vías con una simplificación
extrema como de hecho ocurre.
Efecto económico: En los eventos del pasado año e inicios de este señalaremos
algunos, la emboscada tendida a los venezolanos, enterados y no enterados con
la devaluación SICAD II, el vergonzoso
plan de regularización de el uso de la energía, el apocalíptico cuadro de
pérdidas de cantidades de alimentos importados por negligencia, descompuestos a
lo largo y ancho del país, con el infame agregado de corrupcion alrededor que
ha producido un colosal enriquecimiento que no puede esconderse, donde nadie
asume su responsabilidad, estos eventos han dejado descalza la “Revolución”, y
la admisión cómplice de uno de sus Ministros emblemáticos que gracias al
trafico con empresas de maletín timaron al organismo suministrador de las
divisas y evaporado 25.000 millones de dólares, sin que aparezca a esta fecha
un solo señalado, podríamos llenar con disímiles ejemplos un disco duro con mil
Megabytes, frente a este dantesco cuadro es obligatorio llamar a la reflexión
serena y exponer al país, un plan mínimo que nos vertebre en el corto plazo,
que sea verosímil, que fragüe en todos una expectativa optimista, podríamos hacer un largo inventario de omisiones gravosas, de
lo que ocurre a diario en diferentes protestas que se escenifican con la
participación de una masiva multitud de diversos sectores, frente a la mirada
atónita de nuestro exiguo liderazgo. La gestora (MUD”, nula exaltación
histórica, mucho discurso trastornado, no se le ven trazas de un proyecto
político alternativo, (aún repiten sus actos de ingravidez, que los mantiene
entrampados, si quieren una reflotación honrosa tendrán en estos próximos meses
que poner los testículos en el yunque), para desconsuelo de todos primando el
“mediopelismo”, lo de pedir intervención extrajera tiene ribetes tragicómicos,
no salen del inmediatismo de piernas cortas, obstruyendo la evolución de las
potencialidades de nuestra Republica. La aptitud de un numeroso sector en entre
quienes destacan los jóvenes universitarios, y los “Chávez veta ya” ahora
trocados en “Maduro renuncia” nos coloca de nuevo frente al falso dilema del
agonístico cotejo. “En el espacio de la confrontación el rojo grita, expone,
integra, impreca, y llena de ardor los espacios que dejo incendiados la
retórica de Presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Que en sus arengas, desmenuzo
definió y nombro todo, según las
exigencias que el señalo, en las paredes, en las vallas, en los paquetes de
comida repartidos en Mercal, (para él los alimentos que se dañaron fue
estadísticamente incipiente) las cadenas de propaganda oficial en Internet y
los recibos de todos los servicios que ingresan a nuestros hogares.
La (MUD) ha decidido mantener el trazado de sus
objetivos, siguen con sus mascaras de la mano como barrera de los partidos
acostumbrados en los últimos años a moverse en las tinieblas.
En el cálculo de “Salida ya” la relación de
confrontación esta, muy marcada por el absoluto y, sitiada en una dialéctica
donde todo está al descubierto, en el que los mensajes están formulados en voz
alta para las masas y en el cual es desplegada una iconografía que se duplica
en el antagonismo que mantienen ambos bandos en conflicto, unos y otros empuñan
el mismo guión, unos señalan al Presidente Nicolás Maduro utilizando la
esvástica para marcarlo de fascista, apelan al símbolo militar, muestran
reiteradas y con voces estentóreas pruebas audiovisuales que los victimizan.
(Por supuesto sin negar las brutalidades del régimen) frente a las actividades del otro, no hay
erótica ni seducción en el acto comunicativo. (Barthes, 1987: Pág. 100)
Sin embargo el grueso de venezolanos, el hombre de
a pie no desertaremos, la Republica tiene reservas, históricas, y morales a las
que hay que apelar, hombres y mujeres que tiene tradición de vida, empresarios
que soportado agravios se han mantenido firmes y han invertido en el país,
avanzado en su relación con los trabajadores en general, académicos,
emprendedores, hombres del campo laboriosos, dirigentes de los obreros
decentes, jóvenes profesionales graduados en el país y otras en universidades
de excelencia, la vanguardia de jóvenes
universitarios, sin dudas la mayoría está dando una sincera acometida ofensiva
contra las descaminadas políticas del régimen, en ellos está el equipo y con
toda seguridad sabrán señalar el capitán que los guiara a rescatar la Republica
del foso en que tenemos más de tres décadas
sepultándola.
En los periodos de grandes crisis institucionales y
de lucha por el poder, a los ciudadanos, al pueblo más allá de la retórica vigente, ineludible es
transmitirles un discurso de profundo contenido cultural, ellos claman relatos
de mayor alcance, que conecte sus angustias, que le refresque su esperanza, y
que les de algunas respuestas a sus
necesidades cotidianas.
Deberiamos poner en el tablero algunos temas, para
su discusión: ejemplo no tenemos un pacto societario, lo que arrastramos es una
alianza nacional, que es un pacto de las elites, libertad-igualdad-derechos y
deberes, cada epoca tiene una teoría
1- Un nuevo esquema de representación.
2- Un modelo de distribución político-territorial
del poder.
3- Un ágil diseño funcional.
4- Una nueva relación capital-trabajo y
5- Un modelo distributivo y eficiente de la asignación
de la renta petrolera.
Y como piedra miliar, la necesidad de innovar y
apostar a una sincera integración sudamericana (y como dijera Pepe Mujica no
este mercado fenicio que es el MERCOSUR), y será a partir de una Unidad
Superior que nos permita el rescate de sus Instituciones (Léase Estado) y de
crear en el país y en la región instituciones educativas que nos saquen del
rezago en el que se eterniza América Latina, la calidad de la educación en la
zona es deplorable. Nuestras escuelas primarias son malas, las secundarias son
lamentables y nuestras universidades, pésimas dejan mucho que desear. Esto es
cierto en todos los países sin ninguna excepción. En la última prueba Pisa de
la OECD, Venezuela se ubico en el puesto 54 entre 57 países, Brasil en el 52,
Argentina en el 51, y Colombia en el puesto 53. El país latinoamericano mejor
ubicado fue Chile, en un tristísimo puesto 40.
Lamentablente, en el en el liderazgo nacional en
liza no se expresan voluntades políticas requeridas para producir esta necesaria
revolución.
“El tiempo
pasa y el segundero avanza inexorablemente decapitando esperanzas”
Pedro
R. Garcia M.
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