sábado, 7 de junio de 2014

PEDRO BENÍTEZ, HACIA EL COLAPSO TOTAL

Sabemos del ingenio de los seres humanos en situaciones límite, y los cubanos que sobrevivieron al periodo especial son un buen ejemplo de ello. Pero la sociedad venezolana de hoy es la antípoda de la cubana en 1991.

La hegemonía chavista se edificó acostumbrando a su base social a consumir sin producir. Llegó la hora de pagar la cuenta. Mientras más lo pospongan será peor.

Una recesión es una desaceleración de la actividad económica, normalmente acompañada de incremento del desempleo. No es el caso actual de Venezuela. Lo que estamos padeciendo es el colapso de la vida cotidiana del país. Un proceso de parálisis de las distintas actividades nacionales como consecuencia de la falta de dólares, que hasta ahora han sostenido este curioso modelo petro-socialista, importador y consumista.

Hay un área que es clave y puede precipitar ciertos acontecimientos: el sistema de transporte público nacional.

Lo choferes y mecánicos venezolanos pueden “inventarse” muchas cosas para “resolver” y salirle al paso a distintos problemas, pero lo que no pueden hacer es que los vehículos funcionen sin cauchos, aceites lubricantes, baterías, frenos, bujías, filtros, correas, rolineras, inyectores, bombas de gasolina, pistones, bases para motor, alternadores, empacadoras, radiadores, piezas eléctricas, etc.

En su inagotable irresponsabilidad el “gobierno” de Nicolás Maduro se hace el loco con la escasez de insumos que requieren los pacientes renales o que reciben tratamientos contra algún tipo de cáncer; total alguien con mucho cinismo dentro del alto mando político dirá que eso no afecta a la mayoría de la población. Si las líneas aéreas internacionales reducen sus operaciones o se van del país, no importa, la mayoría no viaja.

Si faltan alimentos, los hermanos rusos o chinos siempre pueden prestar unos cuantos millones de billetes verdes del odiado imperio para parapetear el abastecimiento de bienes básicos. Y así sucesivamente.

Pero donde no hay escapatoria, donde no pueden meter la cabeza en la tierra es con la paralización total o parcial del parque nacional automotriz de carga y de personas. No hay Guardia Nacional, Ejército o Milicia que valga a la hora de controlar un problema de orden público consecuencia de la movilización a pie de millones de personas. Piensen en eso.

Estamos llegando a una situación que sólo tiene precedentes en el colapso económico chileno del último año del gobierno de la Unidad Popular con Salvador Allende.

Sabemos del ingenio de los seres humanos en situaciones límite, y los cubanos que sobrevivieron al periodo especial son un buen ejemplo de ello. Pero la sociedad venezolana de hoy es la antípoda de la cubana en 1991.

La hegemonía chavista se edificó acostumbrando a su base social a consumir sin producir. Llegó la hora de pagar la cuenta. Mientras más lo pospongan será peor.

Pedro Benitez
pedropablofernando@gmail.com
@PedroBenitezF

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