Allí
estaba el Prof. Eleazar Díaz Rangel en pleno discurso el día del periodista,
hablando de la censura en el siglo 20. Fue demoledor contra la democracia
representativa. Entonces, pensé que me gustaría escuchar y ver de nuevo toda la
transmisión del evento para hacer una buena crónica, porque sinceramente tiene
elementos interesantes que merecen ser rescatados.
El
premio Nacional Simón Bolívar de Periodismo fue filtrado, revisado y decidido
por cuatro connotados periodistas que siguen el proceso revolucionario. Y como
podrán observar, aquel periodista que no esté con el proceso, así haya escrito
un excelente reportaje; ejecute un buen programa radial, tenga una columna
crítica al gobierno en estos 15 años, pues sencillamente no fue considerado, no
existe.
Ni
siquiera en el selecto grupo de asistentes al evento sobresalía un Nelson
Bocaranda como espectador; un Miguel Otero como Editor, un duro periodista de
RCR con su visión combativa y altanera, o un Teodoro Petkcoff como intenso
opinador sobre la cotidianidad, nada de eso. Entonces, gente como uno piensa en
ese instante, que el premio Nacional de periodismo se ha venido a menos con
tanto prejuicio: se desinfló a medio premio.
Si,
queridos amigos, el jocoso profesor Eleazar Díaz Rangel estaba alegre, lleno de
humor en sus coloridas palabras manifestando que la libertad de expresión en
Venezuela es amplia, casi perfecta, tal como lo recoge la vida diaria y la
Constitución Bolivariana-le faltó decir, “…gracias a mi presidente Chávez”-.
Luego,
me puse a pensar, que al Prof. Díaz Rangel se le fueron varios roletazos entre
las piernas, que un adolescente de secundaria los hubiese agarrado con una mano
limpia a lo Omar Vizquel; hubiese hablado del cierre de RCTV, de articulistas
como José Guerra que han perdido su columna en el mismo diario Ultimas Noticias
que él dirige, de programas cerrados en la radio, del cierre completo de
emisoras, de lo difícil que se viene haciendo opinar en Venezuela cuando el
gobierno controla casi todos los espacios y de las dificultades que tienen los
diarios para obtener las divisas y adquirir el papel.
Total
que el Profesor Díaz Rangel se fumó su lumpia gorda y grandota, diciendo medias
verdades y medias mentiras, pronunciando un discurso al mejor estilo de “Alicia
en el país de las maravillas”.
Naturalmente,
debemos decir que censuramos esta forma unidimensional de ver y entender la
significación del periodismo, si entendemos que la libertad de expresión es un
factor fundamental para la consolidación de la democracia; que una sociedad que
no está bien informada no es plenamente libre y que el Estado debe garantizar
la libertad de expresión; no promover la censura previa, fomentar el derecho a
replica y evitar las amenazas a los periodistas.
En
estos 15 años se ha visto que el papel aguanta todo, pero la realidad es que el
gobierno revolucionario ha colocado barreras a la libertad de expresión, así el
Prof. Díaz Rangel se haga el chino.
Luis
Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
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