miércoles, 11 de junio de 2014

IVÁN OLAIZOLA D’ALESSANDRO, UNA VERGÜENZA DE GOBIERNO Y NADA PASA, PARANINFO DE LA SEMANA

Se busca magnicida de buena presencia y con moto propia.

Hurgando en la historia patria desde que somos república es difícil sino imposible, encontrar un gobierno como el actual. No hay comparación. Su ineficiencia, su incapacidad, su capacidad de mentir y engañar, su capacidad de destruir y de propagar el odio, de dividir, no tienen parangón. Jamás gobierno alguno ha sido tan corrupto y tan violador de los derechos humanos y de la institucionalidad como este. 
Ninguno había podido acabar con la institucionalidad de las Fuerzas Armadas. Destruyó el aparato productivo, tiene a punto de quiebra a la industria bandera del país, PDVSA. Trampea las estadísticas. Acabó con la meritocracia como forma de gerenciar los recursos humanos. Convirtió al BCV en su caja chica. Pulverizó la divida nacional. En fin que está logrando lo que parecía imposible, volver pobres y miserables a los habitantes de esta súper-rica parte del mundo. Misión imposible hecha realidad gracias al socialismo.
Pero más allá de esto aspectos, este régimen ha conseguido destruir la capacidad de reacción de la población, o al menos así parece. 
Lo decimos porque no entendemos cómo es posible que un pueblo, otrora bravo pueblo, que era contestatario, rebelde, amante de su libertad, reclamador de sus derechos, se haya convertido en un sumiso pueblo. 
Se dejó engañar por un encantador de serpientes que les prometió un paraíso y les dio un calvario. Y no solo en vida, sino que ya desparecido físicamente de la faz de la tierra todavía su imagen es adorada y venerada y sus promesas se mantienen pendiente. Quizás el proyecto to mediático más exitoso conocido hasta ahora. Se le engaña, se le burla, se le incumple, se le somete a vejatorias colas para adquirir alimentos, medicinas o cualquier bien. Se le reparten migajas. Se le incumplen contratos laborales, se le niega educación y salud. Se le miente. Se le engaña. Pero Maduro es pueblo y seguimos en la ruta de Chávez. Actitud incomprensible de un pueblo. No creemos que hay ocurrido algo similar en algún lugar del planeta.
Se ha condenado a inocentes, se ha dejado morir venezolanos en huelga de hambre. Se han botado de sus empleos a trabajadores de un solo pitazo. Se han expropiado y confiscado bienes. Se han cerrado medios de comunicación. Se han asesinado personas ante la mirada complaciente del gobierno. Se han ensalzado supuestas virtudes de criminales, estafadores, corruptos, convictos y confesos. Se ha ordenado a jueces dictar sentencias amañadas. Se destituyen funcionarios electos. Se regalan recursos al exterior aun cuando hacen falta internamente. Se otorgan medias humanitarias a corruptos y bandidos pero se niegan a ciudadanos honestos. En pocas palabras se ha hecho desde el gobierno todo lo que se les ha ocurrido y les ha dado en ganas. Y el pueblo, en una buena proporción, sigue fiel al comandante supremo y eterno.
Lo último, encarcelan a un joven luchador político y a unos muchachos estudiantes por el solo hecho de pedir liberad y respeto. Persiguen y amenazan a todo aquel que osa disentir o criticar. Y todavía hay quienes dudan de la calaña de este gobierno. Comunistas. Los comunistas son así y nada ni nadie los hará cambiar. Continúa el negocio de la venta de  urnas blancas.        

Iván Olaizola D’Alessandro
Iolaizola@hotmail.com
@iolaizola1

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