EUGENIO MONTORO, GIORDANI Y LAS CUCARACHAS

         Un refrán dice que del árbol caído todos hacen leña pero en el Zulia tiene una singular variante “del árbol caído todos hacen estantillos”. Esto tiene que ver con las muchas fincas que existen en el estado y los estantillos son los palos que se usan para hacer las cercas de alambre de púa.

         A Giordani, como a todo cochino, le llegó su sábado y tanto el régimen como la oposición le han tirado duro por una cartica que escribió cuando supo que lo habían botado. Y para cooperar en hacerlo flecos van estas sentidas líneas.

        

Lo primero es un ligero análisis de la personalidad de Jorge. Durante años cuando algún indicador económico mejoraba, en los siguientes días salía el tipo dando una rueda de prensa con gráficos que mostraban que las cosas iban mejorando. Pero cuando los indicadores iban mal ni de vaina salía. Esta simpleza lo revela como un individuo que gusta del aplauso pero teme a la crítica.

         Su necesidad de ser “bien visto” lo muestra como de baja autoestima y eso explica su vengativa carta frente a sus agresores que tuvieron la osadía de mandarlo largo al carajo.

         Hasta su curiosa perfilada y delgada barba habla de su angustiosa necesidad de que lo vean. De tal forma que Giordani no es un tipo muy equilibrado y, por ello, su carta de despedida hay que leerla con especial cuidado.

         Se trata de la pataleta de muchacho malcriado al que no le hacen caso. Lo dice explícitamente al referirse a una empresa francesa que alguien contrató para revisar el trabajo que Giordani hacía. La carta está escrita en primera persona y, como es de suponer, si tú comes del aplauso tu baja autoestima te lleva a hablar de tus perfectas decisiones, de lo bien que lo hiciste y de lo mucho que te quería Chávez. Los malucos son los que ahora no te paran bolas como Maduro, Ramírez y otras cucarachas que se están acercando al odiado capitalismo.

         En su delirio Giordani confunde análisis con resultados. La palabra “documento” es mencionada muchas veces como para alabarse o defenderse. “Entonces se le pasó un documento titulado…” “eso se menciona en un documento que…”. Cuando te quedas  en papeletas documentales y te olvidas que un Ministro de Planificación solo tiene éxito cuando el País lo tiene, pues perdiste la brújula. Nada raro para un tipo sin preparación académica en economía (es ingeniero electricista) cuya carta lo muestra en su maxi enredo conceptual y fanático marxista.

         Unos detalles de la carta nos llamaron la atención, 1-el uso de la palabra “transustanciación” cuyo único significado según el RAE es convertir el pan y el vino en cuerpo y sangre de Cristo y 2-no mencionar, ni una vez, dentro del escrito al rey de la economía como lo es el trabajo. Dos veces que se le “ chisporroteó” como dice el Chavo.

         Bueno, un artificio venenoso que trata de ocultar que en este baile de cucarachas desde hace 15 años Jorge no se ha perdido ni una pieza.

         El baile termina. Kafka, por su experiencia en insectos, debería escribir el último capítulo.

Eugenio Montoro

montoroe@yahoo.es

@yugemoto67

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