miércoles, 21 de mayo de 2014

JOSÉ RAFAEL AVENDAÑO TIMAURY, TIEMPO DE UN NUEVO PACTO POLÍTICO

Independientemente de las resultas definitivas del diálogo incipiente  entre la MUD y el gobierno nacional que hemos constatado, ha llegado la hora de establecer mecanismos participativos reales a los amplios sectores nacionales que se oponen al actual estado político, social y económico.

Para ello es necesario cerrar el capítulo concerniente a la MUD como factor de entendimiento pluripartidista con carácter electoral. Decirle al país con claridad que no existe un líder único revestido del carácter vitalicio de candidato presidencial. Así mismo reconocer que no hay tampoco preeminencia ni tutelaje alguno por parte de los partidos políticos que la componen.

Se requiere hacer viable y operativa la participación con carácter de codirección a los sectores estudiantiles, trabajadores, profesionales, empresariales y en general de las ONG como factores reales que padecen la crisis nacional que participan en actividades políticas de manera activa aunque inconexa. Para ello es necesario desplegar la capacidad creadora de esas dirigencias e individualidades concatenándolas con la experiencia política cierta de los partidos políticos dispuestos para hacerlo efectivo, impidiendo que el órgano a fundar se transforme en un pesado instrumento revestido de asamblea tumultuosa inoperativa.

Esta propuesta, que parece utópica y no lo es, permitiría crear un equipo de dirección política coherente y ágil hasta que la dificultad sea resuelta. Para la resolución de la crisis no es necesario crear o ratificar en laboratorio a un líder único porque las elecciones presidenciales se vislumbran muy lejos y en los años que faltan se pueden consagrar liderazgos existentes o establecer nuevos. 

Debo en este aspecto señalar de manera responsable que lo anterior no obedece a una agresión gratuita contra Henrique Capriles y cuestionarle ejecutorias pasadas. Pero él debe entender que su candidatura presidencial no está anclada en el tiempo y en el espacio de manera permanente. 

Si se dan las circunstancias de que se plantee de nuevo una eventual elección presidencial y él lo desea podría ser parte entre otras opciones pero sin derechos de preeminencia establecidos a priori porque es lo republicano y demócrata pertinente. 

Este comentario se debe extender a los diputados, alcaldes y concejales en ejercicio, porque los intereses de la nación están por encima de los propios por muy legítimos que sean. 

De igual manera alerto a individualidades, por más ínclitos que sean, que estén a punto de aceptar cargos en los poderes públicos a elegir en la AN a no prestarse a ser figuras meramente decorativas para hacerle comparsa a las intenciones continuistas del gobierno. No es la hora de futuros votos salvados en decisiones impúdicas de organismos colectivos. 

El nudo a desenrollar consiste en determinar objetivamente qué hacer ante las decisiones que el gobierno nacional debe implementar en pocos días y que se pueden resumir en la continuidad de las políticas establecidas con nuevos actores pero idénticas a lo acontecido en los últimos dos quinquenios o la disposición deseable pero incierta a rectificar. Todos sabemos que esta alternativa es definitoria para la concertación de las acciones que necesariamente ejerceremos más de la mitad de los venezolanos. Permanecer en estado de conformidad pasiva aunque con esporádicas manifestaciones de protesta no parece ser lo más recomendable.

Tener claro en la mente y en el espíritu que acogerse a la aplicación del artículo 350 de la Constitución conlleva a un riesgo existencial muy cierto. Ya hubo una cierta interpretación muy sui géneris que estableció el TSJ en el 2003. Pretender ahora que los novísimos magistrados de la Sala Constitucional no tengan en estudio, sino tienen ya establecida y redactada la sentencia definitiva al respecto, el criterio de su interpretación para su aplicación fáctica. 

No se necesita ejercer poderes de premonición para constatar que el régimen tiene un concepto clarísimo e inmodificable de aquello que ha denominado como un "golpe de Estado en pleno desarrollo" y que su capacidad de represión la tiene en operatividad plena. La admonición repetitiva y cansona al respecto por parte de José Vicente Rangel y del dúo dinámico milico de Diosdado Cabello y Rodríguez Torres es para tomarlas muy en serio. Por ello es menester entender que el gobierno milico-civil tiene perfectamente claro sus modos operativos en caso de presentarse la contingencia en ciernes.

No es la primera vez que los venezolanos hemos sabido comportarnos ante expectativas similares. En esas horas muchos han tenido la gozosa audacia de vencer el miedo y otros se han privado de hacerlo. El rememorar esas horas aciagas de nuestra historia en esta ocasión debe confortarnos y prepararnos para lo que el destino nos depare porque sabemos que la razón está de nuestra parte.

José Rafael Avendaño Timaury
cheye@cantv.net
@CheyeJR

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