jueves, 29 de mayo de 2014

CARLOS CANACHE MATA, JAIME LUSINCHI


 La gran condición humana de Jaime Lusinchi fue conocida y reconocida por los venezolanos, fuesen o no afines a su posición política. Se ganaba a la gente con la calidez de su trato, con su sencillez, con su cordialidad contagiosa, con su agraciada simpatía. Pudo decir, con toda propiedad, el 2 de febrero de 1984, al tomar posesión de la Presidencia de la República en el Congreso Nacional, que:

“llego en paz conmigo mismo, sin que en mi conciencia de ciudadano y de magistrado haya campo para la ruin tarea de convertir la más alta posición que da la patria en instrumento de retaliaciones”. En esa ocasión señaló  que “se instala el odio en el poder” cuando los políticos que triunfan quedan con huellas y resentimientos de conflictos vividos anteriormente que “los convierten en acreedores eternos de pequeñas cuentas”. 

Dijo una verdad que Venezuela bien (o mal) conoce.

   La textura temperamental que lo adornó lo hizo un ser humano siempre dispuesto a la conciliación y la concordia. Ese talante suyo no fue obstáculo para los ejercicios de la firmeza, cuando ésta era necesaria, especialmente si estaba al frente de una responsabilidad colectiva. Así ocurrió en los días de agosto de 1987 con motivo de la incursión de la corbeta colombiana Caldas en aguas del Golfo de Venezuela. Sin estridencias, sin alardes de oportunismo patriotero, supo combinar la vía diplomática con la posibilidad del uso de la fuerza para hacer respetar la soberanía nacional. Ratificó que se consideraría como “barco invasor” al que navegara en el Golfo al sur de la línea de prolongación de la frontera terrestre. No ordenó acciones alocadas, que a veces tampoco se cumplen, sino que se reunió con el Alto Mando Militar y consultó las acciones a tomar con los líderes de todos los partidos políticos, del sector empresarial, y del movimiento sindical. No desdeñó las ofertas de mediación de la OEA y del entonces presidente de Argentina, Raúl Alfonsín, sin perjuicio que  a la vez la Armada Venezolana y aviones de caza F-16 se desplazaran hacia el Golfo, en el marco de la mayor operación militar del país. Quedaron a salvo la dignidad nacional y la amistad con Colombia.
   De la  trayectoria política de Jaime y de su obra gubernamental  hablé en las palabras que pronuncié en la Iglesia del Cementerio del Este durante sus exequias. En este artículo quise referirme a su calidad humana.
   Como si presintiera lo que en este momento pasa en Venezuela, advirtió en su último Mensaje al Congreso Nacional: 
“La democracia no se conquista para siempre. La igualdad no se conquista para siempre, La libertad no se conquista para siempre. Democracia, igualdad, libertad son como el pan de cada día que tenemos que ganárnoslo con el sudor de nuestra frente, dicho sea con voz del común”. 
La advertencia ha cobrado actualidad y está siendo recogida por los estudiantes, a la vanguardia del pueblo.

Carlos Canache Mata
canachemata@gmail.com
@CarlosCanacheMa

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.