domingo, 18 de mayo de 2014

AMÉRICO GOLLO CHÁVEZ, EN ESTOS TIEMPOS Y EN AQUELLOS.

Una tarde de estas, sin mayores preocupaciones, decidió Dios echar una mirada a las cosas por Él hechas.  Si hemos de creer a Moisés, y no tengo razón alguna para dudar,  todo cuanto Dios hizo  fue  de tal manera tan perfecto que no tuvo tiempo para pensar lo que iba a hacer y muy menos cómo lo iba a hacer. Hacía. 

A decir verdad, no hacía nada, creaba.  Y creaba según le daba su real saber y entender, lo cual no es manera adecuada para expresar las cosas que crea Dios porque, tanto el saber como entender son modos propios y exclusivos del hombre que, en ese duro modo de existir,  tiene que comparar, medir, tasar, evaluar desde el saber para poder juzgar, y mas, para conocerse a sí mismo, que es el mas duro, complejo problema que el hombre tiene que resolver y asumo, como corresponde,   que juzgar implica sopesar,  lo que a su vez es  una manera de analizar a través de diversidad de  mediaciones religiosas, culturales, psicológicas… y, probablemente hasta mutaciones, que no se quedan ahí, porque cuántas dificultades se tiene que vencer cuando usamos la palabra Dios y cuántas más si queremos asomarnos a sus decisiones y,  en este caso como en todos los otros, no se cómo, de modo pues que  no hallé la mejor manera de decir lo que no se puede expresar, sino recurriendo  al lugar común  para afirmar  las cosas de Dios como si se tratara de uno mas de entre nos y por eso no me apena participar de la torpeza, diría imbecilidad, idiotismo de llamar  santo a dios y así y ponerle  los demás atributos que el hombre a sí mismo se destina.

Asomémonos a la creación de Dios y veremos que  Él  hacia las cosas sin son ni ton, sin orden, tal vez un poco  ajustándose a un cronograma,  quizá sería mejor decir a un cierto orden cósmico, el primer día, el segundo hasta llegar al séptimo, no para descansar ni para dormir,  Dios no se cansa ni siente sueño,  si se duerme lo aprisionan los demonios  y lo inducirían a hacer cosas satánicas en los sueños, porno eróticas las mas eficientes, si  se cansa lo acosarían  los hombres y lo harían cautivo, sino para, probablemente,  contemplar y repetir a Moisés, que Dios  veía que era bueno lo que creaba en tan poco tiempo, lo cual, presumo, que no sería tan  cierto exactamente  porque a Dios  no  le sobra ni falta el tiempo. Él  no sabe qué es eso, Él es anterior al tiempo, al espacio y al ser.   
Fue así como, pues, hizo de la nada todo y  hará del todo nada. El primer día creó lo que se le ocurrió y así, según le iba saliendo seguía haciendo. Y, al final, se  miraba a sí mismo, se  sobaba alguna parte de las que nadie tiene, pues como  es Dios que es ser y no ser, es y no es, no tiene forma, ni nada de que se pueda asir…pero,  tampoco hace falta tanto detalle.  Se sobaba alguna parte de la que no tenemos y se reía,  veía que todo era bueno.  Tendrá, lector, que perdonar este gazapo, tampoco Dios se ríe, pero quede la imagen como complacencia. Felicidad.  La felicidad empieza a saborearse y disfrutarse por boca.
Si hemos de nuevo creer a Moisés, y no tengo duda alguna en ello, Dios creó e  hizo al hombre a su imagen y semejanza, por tanto le dio la posibilidad de ser perfecto. Lo vio solo y extrajo de él  a Eva y les dio tal poder que serían los dueños de la tierra por ellos poblada mediante actos aún no descubiertos, porque Moisés se cuidó de ocultar  detalles del proceso. 
Les dio tanto de todo que  incluía en el paquete no hacer nada y, entonces, en su afán de crecer quisieron ser como dioses, sorpresa para Dios, no previó que quien lo tiene  todo  algo  distinto necesita hacer, y ellos lo hicieron con ayuda de Satán, quien en eso de traicionar la confianza era maestro, patrón del adulterio;  como ven en cuanto a las ayudas de Satán son como las que se reciben de los consejeros,  la gente  les hace caso, se refugia en ellos, le rinde obediencia, lo convierte en su dios íntimo, su ídolo de cabecera para, en definitiva, hacer lo que ellos quieren y ya en sus manos dejan de ser ellos, el  único beneficiado es el consejero,  los aconsejados obedecen y se sienten felices en ello, lo cual prueba que la propia esclavitud puede ser un placer para quien ejecuta la decisión  del  consejero y este, en su dilecto espacio, el emboscao, vive la felicidad de su juego.  
Pues bien, por esas cosas de imposible comprensión, Dios no previó que Eva caería en Manos de Satán al obedecer su consejo y esto logrado, Adán caería en manos y piernas de Eva… ambos convirtieron el amor en pleno acoplamiento de sus cuerpos y nació Caín,  mas tarde, meses después,  Abel. Dios dio la muerte como castigo  no por aquellos hechos, sino porque todos mintieron, en esfuerzo de esconder, de ocultar  su propia responsabilidad,  cada otro tenía la culpa de lo que  cada uno de ellos hizo.  El consejero, Satán, marcaría la historia del hombre para siempre, el aconsejado peca, recibe su castigo, paga por ello y el consejero recibe los beneficios todos de carne, alma,  huesos, besos.
Me gustaría decir que  esto lo sabía Dios de antemano, pero no. Porque si hemos de creer a Moisés, y no tengo por qué dudar de ello, Dios se arrepintió de lo que había hecho, y decidió destruir todo lo  de su  Ser nacido, promovido, creado, construido.  Y tal fue la rabia de Dios y tal su propia decepción, otra vez son enfermedades del espíritu humano, propias quizá exclusividad del hombre, pero no existe aun sustantivos, adjetivos, verbos,  que puedan en la palabra asir de Dios, virtudes, cualidades…que no sean hechas por los filtros del hombre, y así, que  bajo esa rabia, furia, fue como Dios decidió optar por la destrucción de lo por Él creado.  Dios entró en ira, ardió de rabia, se sintió vilmente traicionado y padeció  en el peor de los sufrimientos del ser bueno, el arrepentimiento de lo hecho.  Entonces recurrió a las catástrofes, incendios, en los cuales tampoco tuvo éxito.  Sabemos,  de creerle a Moisés, y no tengo razón para dudar de él, que Dios fracasó con el Diluvio, allí  se acabó todo, menos la maldad, la perversidad, lo sinuoso humano. Pobre Noé, las cosas que sufrió al término del diluvio fueron mayores que los miedos por los riesgos de capitanear la nave donde todo se había  seleccionado para  reconstruir a partir de lo bueno.   La destrucción de Sodoma y Gomorra  tampoco resolvió el problema… el hombre es incorregible, como quien dice, leámoslo en voz baja, puede mas el consejero Satán colmado de éxitos que el hombre recto, bueno, que solo lleva la ética de avío para recorrer los mas duros trayectos. Mi confesor, siempre es bueno tener un confesor, no un consejero, con aquel se dialoga, a este se obedece, aquel no cobra, este tiene en la paga, preferida en especie, todo su gran empeño; pero, en fin,  Dios dejó una lección no en la condena a muerte a Adán y Eva,   no  en el diluvio para lavar las aberraciones del hombre y otros bichos, no en la destrucción de Sodoma y Gomorra, para acabar con inmundicia humana, la mentira entre ella,  no, en eso no,  allí está  su  fracaso inmenso, como prueban los acontecimientos posteriores, pues, todo es peor de cuanto  estaba antes de esos terribles hechos, porque no se sabe cómo ni por qué el hombre en estos suelos siempre ha vivido la dicha de pecar por encima del  bien,  sino en haber  convertido  en estatua de sal a la mujer de Lot.
Y tal mas  importancia  alcanza la lección, mucho más que haber dispuesto que muriéramos los que ninguna culpa tenemos del pecado que cometieron ellos, el abúlico Adán y la audaz Eva, sino que Dios nos deja su lección cuando dispuso que la mujer de Lot se convirtiese en estatua de sal, como veremos y  según como  Moisés reveló sus grandes decisiones, y si algún error hubo se debe al transcriptor no a defecto alguno de la Revelación, así habló para demostrarlo  el padre Aceros:
“Dios no convirtió a la mujer de Lot en estatua de sal porque desobedeciera, sino para que no se llevase el pasado con ella.  Para que no obedeciera al consejero  que, sean quienes fueren, montan su vida en la tragedia ajena, en el poseso, el médium donde su voluntad  se hace obediencia según su consejo”. 
Permítame un ejemplo modelo, Séneca fue consejero de Nerón, Fidel-Raúl de Chávez y Maduro, en el caso romano, ambos terminaron suicidándose, por estos lados confiamos en Dios… En esa  revisión andaba Dios, como si quisiera, no se si es posible decir eso, una reconciliación  de sí consigo mismo. Esto  creo que sí es una cualidad de Dios.  Pasar de un estadio de su vida de ver que todo lo que hizo bueno se dañó, y maldecir por ello, a ese de placidez que da el amor, de encontrarse consigo en la bondad del hijo, lo cual sin ser de Dios ningún  testigo, se evidencia en la actitud y acción de Jesucristo, en este ensamble mágico que ha hecho el cristianismo sustantivo armonía perfecta entre la sentencia del “cogito, ergo sum” hasta la de tener el corazón razones que la razón no comprende. Jugar al diálogo e inferir el consenso  entre Descartes y Pascal. Y esto es lo bueno del ser bueno y encontrarse con ello es  responder que  es bella la vida y que es útil porque la muerte existe y que enfrentarla con la ciencia el arte, en la bondad, la verdad, la fe, el amor es el camino.
         Yo pensaba que después de semejantes fracasos, Dios se había retirado  previa disposición de que el hombre es el único responsable de sus propios hechos. Qué falso es creer que dios nos llama a su presencia mediante la muerte ora por causas “naturales”  ora por guerras, epidemias, celos,  o que las cosas suceden según su voluntad… qué monstruo sería tal dios al permitir que se asesine, viole a niños o que la corrupción sea inherente al poder, o que el  emboscao haga de su espacio sede  de sus macabros crímenes. Que lo que hace un Hitler o un Chávez es la voluntad del Señor o que éste celebre con los adúlteros sus juegos abominables es satánica aberración, una blasfemia.  Dios fue sabio, deja al hombre libre para que opte y de su decisión sea responsable. Dios “sentencia” post morten, post factum.  Quien bien hizo queda cerca de Él, alcanza su reino,  quien mal hizo se aleja de Él, se va al centro mismo del infierno. 
         Pues bien,  era una tarde de estas, Dios decidió echar una mirada tal quedó escrito. Descorrió una nube, de las muy tupidas que se extienden desde Mosquey, San Rafael  y Árbol Redondo y al mirar sin mayor atención al comienzo, observó a una joven que se empeñaba en tomar del sol su luminosidad, mas que emulando a Prometeo violando las leyes de la gravedad que impone el medio y de la ternura  de la luna  alcanzar su eterna poesía, no la vio mas, ya habría tiempo, se dijo, su destino será el bien si permanece buscando la verdad lejos de los refugios que otorga Satanás. Montado sobre la cima de los cerros vio a dos seres, abajo, al parecer varones que disputaban  como repartirse el Paraíso, que se extiende en el valle que había labrado en siglos el rio Mocoy a los pies del Miranday, donde se escucha a Laudelino Mejía en diálogos intensos con Mario Briceño,  reunión del Conticinio con  Cartas sin destino. Contaban,  calculaban, medían.  Llegaron a un acuerdo que impedía los disensos, pongámosle precio, la mitad es tuya y la otra es mía, así  hablaban y sorbían un escocés añejo.  Ah, se interrogaron. Pero ¿quien pagará esto? Yo, respondió uno de ellos, a la sazón gobernador de la región por decisión del césar. Buscaré  los modos, declarar la utilidad pública para crear un plan de viviendas confortables para el pueblo, es mejor que la compra para coronar el negocio. Sonrieron, asintieron.  El  otro, que de  lejos vino tantas veces  para probar ser el  único heredero saludó solazado la propuesta. Tres mil millones para cada uno. Sonrieron, asintieron. “Además,  los otros herederos es gente pobre y  los pobres nada saben hacer con la riqueza, se envanecen, la despilfarran y nada mas, dad dinero al pobre y se empobrecerá mas”. Así hablo el venido de lejos para luego imponer su consejo,   declararás las tierras  del valle del Edén  de utilidad pública para la construcción de  casas modelos, serán obra de nuestra misericordia,  reiteraba el sabio venido de lejos.  La gratitud que se muda del rancho al buen hogar es inagotable.  Bienaventurados  seremos.
         Dios se indignó como otras veces ha ocurrido  y envió  una vaguada que descendía de los altos cerros y convirtió  el valle del negocio en precipicio, perpendicular despeñadero.  Dios se sonrió, la primera vez que su castigo tuvo éxito, los mercaderes perdieron su inversión y su tiempo. Por ahí andan sin la dignidad del ahorcamiento con el que Judas se inmoló  en su intento por probar su arrepentimiento del crimen cometido.  
Dicen que andan buscando como engañar a  los muertos. Dios cerró su ventana con orgullo de lo bueno hecho. Eran las primeras horas del segundo día de la primavera. 
En Mosquey una mariposa juega con el azul que sustrajo a los ojos del cielo. Y Dios vio que era bueno.     

Americo Dario Gollo Chávez
americod@gmail.com

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1 comentario:

  1. Teologia, poesia, politica, ironia,,,, no es poca cosa

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