miércoles, 23 de abril de 2014

RICARDO VALENZUELA, EL QUE VENGA ATRÁS QUE ARREE, REFLEXIONES LIBERTARIAS, DESDE MEXICO

El gran pensador Henry Hazlitt, sabiamente afirmaba que las políticas económicas había que evaluarlas en los resultados logrados en el largo plazo. Sin embargo, Keynes, ante el acoso de Hayek en un debate sobre ese tema, cantinflescamente respondía; “en el largo plazo todos estaremos muertos”, o como afirmaba mi abuelo; “el que venga atrás que arree.” En la historia económica reciente tenemos dos ejemplos muy similares de lo que algunos pensadores llaman “la economía del engaño”.

¿En manos de quien están no solo los destinos de nuestro país, pero sobre todo, los del mundo entero? Sé que muchos de mis amigos se van a sorprender con este escrito, pues siempre según ellos he defendido a Salinas. Sin embargo, es la primera vez que voy hacer un juicio moral.   

En las últimas décadas de historia política, tanto en México como en los EU, jamás habíamos tenido dos presidentes que levantaran más controversia y que tuvieran tantas similitudes como Bill Clinton y Carlos Salinas de Gortari. Ambos iniciaron sus periodos presidenciales con la etiqueta de jóvenes prodigios, nacidos inclusive el mismo año, educados en las mejores Universidades del mundo, ambas llegaron a sus mandatos procedentes de partidos con ideologías estatistas, y podríamos decir con cierta simpatía por las ideas socialistas. Sin embargo, ambos en su momento abrazaron los beneficios de las economías de mercado y el libre comercio. Ambos llegaron a sus mandatos con algunas sombras de su legitimidad provocadas por sus respectivos “cocos;” Ross Perot y Cuauhtémoc Cárdenas.

Ambos ya ungidos con la presidencia, iniciaron periodos en los que se les acusa de haber plagiado los planes liberales de sus enemigos políticos; Clinton las ideas de Reagan. Salinas las del Maquio Clouthier. Creo que nadie puede cuestionar la inteligencia y, sobre todo, el carisma de ambos, tanto que lo utilizaron para subyugar a sus más mortales enemigos. Ambos se les acusa de juventudes borrascosas en lo que inclusive a Clinton se le ha etiquetado de violador, simpatizante comunista, y durante sus gubernaturas en Arkansas, protector de narcotraficantes. Las anécdotas de la juventud de Salinas las conocemos hasta la saciedad.

Unos días antes del retiro de Clinton, el prestigiado diario Wall Street Journal produjo un informe en el que le da una serie de condecoraciones que nadie las envidiaría: “El primer presidente que durante su mandato ha sido acusado de violación. El primero en enfrentar su expulsión de la barra de abogados de su estado natal. El primer presidente que ha pagado una suma importante de dinero a una mujer agraviada por él. El primer presidente en ser sospechoso de ordenar un bombardeo y ataque de misiles para distraer la atención de sus problemas personales. El primero en haber convertido la recamara de Lincoln en la Casa Blanca, en una franquicia para recabar dinero para sus causas. El primer presidente en haber definido la oficina oval como su propiedad privada. El primero en haber hecho esperar a otro jefe de Estado mientras el recibía servicios sexuales en dicha oficina. El primero que fue obligado a ofrecer una disculpa por algo que nunca tuvo la fortaleza de aceptar. El primero que no observó los procedimientos de su propio impeachmente.”

El diario El Economista, en un reportaje en 2001, desenmascaraba no solo a Salinas, sino al establishment priista, identificaba al ex presidente como el primero en haber tenido una sociedad con el narcotráfico internacional. Sabemos que fue el primero en tener un hermano en la cárcel acusado de asesinato. El primero que un miembro de su propia familia lo identifica como el verdadero dueño de los millones robados al pueblo mexicano. El primero en la historia moderna del país, que tuvo que enfrentar grandes posibilidades de que se le juzgara y condenara por sus crímenes en la presidencia. 

Los ocho años de Clinton fueron un caso único de abuso de poder. El presidente americano recibió dinero en los corredores de la Casa Blanca de individuos considerados delincuentes, y aun siente que a nadie le debe una explicación. Le mintió de la forma mas descarada a su gabinete, al Congreso, a jueces y jurados. Politizó y utilizó la Procuraduría de Justicia de la forma más burda para cubrir sus pecados muy personales. El y su Hillary, al ser confrontados, siempre acusaron a sus enemigos imaginarios de “la conspiración de la derecha,” como los verdaderos causantes de sus problemas. Clinton tuvo el descaro de exigir una disculpa de los republicanos que trataron de echarlo de la presidencia---eso es lo que en psicología se le llama negación de la realidad.

Los seis años de Salinas fueron una avenida constante hacia los corredores del abuso de poder. Recibió dinero en todos los rincones de México no solo de individuos catalogados como delincuentes: Cabal Peniche, el Divino, y todos los premiados con las loterías de las privatizaciones, pero además del narcotráfico mundial. Durante su administración se identificaron más de 300 asesinatos políticos de miembros de otros partidos. Durante su mandato se fraguó la muerte de dos iconos de la política mexicana: Manuel Clouthier y Luis Donaldo Colosio. Se puede decir también que ha sido el primer presidente en permitir la Colombianización de nuestro país, en donde se construyeron santuarios de violencia e impunidad como Tijuana, Juarez, Sinaloa etc. Al igual que Clinton, hace unos años, a través de su libro exigió su absolución.

El conocido columnista Christopher Hitchens define los años de Clinton como la peor degradación del concepto de república democrática. Nos mostró, continúa, “que tan lejos un presidente puede llegar cuando seduce a los medios, y no hay quejas de parte de Wall Street.” Por otra parte, los mexicanos ya probamos el fruto de la realidad desde Diciembre de 1994 en que se inició la explosión de la burbuja. En el caso de los EU bien lo afirmaba el economista, Peter Schiff, al abandonar Clinton la Casa Blanca; ¿cuando se inicia la explosión de la de los EU? Pues muchos economistas pensaban Clinton manejó la economía con la misma frivolidad y engaños que sus vida personal, y no estaba equivocado pues ahora el país sufre las consecuencias. No cabe duda que la historia de la última parte del Siglo XX, ha sido moldeada por estos dos magos de la transformación camaleónica.

Ricardo Valenzuela
chero13704@gmail.com
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