jueves, 24 de abril de 2014

ODOARDO LEÓN-PONTE EL PETRÓLEO: NUESTRA REALIDAD

Los precios internacionales de nuestros productos petroleros: crudo, gas y derivados, tienen una tendencia a la baja, producto de las fuerzas vigentes del mercado. Mientras más crudo y productos haya y mientras más lejanos nuestros clientes y menor el crecimiento del mundo consumidor, el resultado de nuestras ventas tendrá que ser menor. 

Nuestra realidad es que cada día le vendemos menos a quien nos paga de contado y le entregamos más a quien no nos paga y a quien nos presta. Además, nuestros mercados son cada día más distantes y conllevan mayor componente de flete y su composición es peor en calidad. Si cada día fiamos más y nuestras ventas son a clientes más lejanos y a muchos les estamos entregando para pagar préstamos o para intentar tener un poder que no utilizamos en beneficio de la gente, entonces no debe sorprendernos que nuestro ingreso por concepto de petróleo sea cada vez menor. Esto por concepto de los precios.

En la variable producción/refinación. Otro hueco. En este sentido nos distinguimos por nuestra habilidad para reducir la capacidad de producción y de refinación, mezclote de una ineptitud para manejar la operación petrolera y de la insuficiencia presupuestaria para nuestra producción directa y para la participación en las empresas mixtas, a las que además perjudicamos en razón de los esquemas cambiarios y administrativos. Ni hablar de eficiencia en refinación que se ha reducido como producto de la falta de mantenimiento y de ampliación, producto de la mala gerencia y de la incapacidad financiera del estado. Aunque Pdvsa "es de todos", mucha gasolina que consumimos no es de Pdvsa sino importada con una relación infernal de precio de compra versus precio de venta.

En la variable calidad, por la incapacidad operativa y financiera de Pdvsa y el freno impuesto a la ampliación de la producción de las empresas mixtas, no hemos desarrollado la producción de crudos liviano y medianos, ni tampoco la de crudos pesados, así que cada día tenemos menos producción de crudos y, en mayor proporción, crudos de peor calidad y más costosos. Esto afecta a la reducida refinación: importar crudo livianos/medianos.

El mercado interno, incluyendo el contrabando de extracción, crece por razones demográficas y de relación de precio con nuestros vecinos, y se suple a través de la combinación de generación hidráulica/térmica y de la relación de los precios interno/importación. Como el estado incapaz no ha podido combinar las variables en cuestión y "para hacerlo más eficiente" ha absorbido su manejo en su totalidad hasta el punto de que paga en vez de cobrar por vender, genera inmensas pérdidas, aún con la reducción de la planta industrial privada.

Sumando lo antes enunciado y debido a que cada día nos vamos distanciando más de un futuro petrolero promisor en razón de nuestros errores al usar el petróleo con el fin de tratar de mantener la preponderancia insostenible de una ideología "fuera de moda" e improductiva en cuanto a Desarrollo Humano y por desatender la dinámica del mercado (producción/consumo/mercados/competitividad), nos hemos rezagado irremisiblemente. Tenemos que entender y aceptar que nuestra realidad petrolera y, más aún, nuestro futuro petrolero requieren acciones de cambio urgentes si queremos desviarnos del camino de convertirnos definitivamente en un "expaís".

Odoardo León-Ponte
odoardolp@gmail.com 
@ooleopon

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