MAURO PARRA, MARCHAS Y CONTRAMARCHAS

Masivamente, la única manifestación importante en número  de los bárbaros maduristas es la militarista de hoy, una aglomeración de fuerzas y contrafuerzas con que amenazan a los  legionarios inermes del  Táchira, Mérida, Carabobo, algunas plazas de Caracas y otras regiones no menos valiosas de Venezuela.

El contraataque suena y se asoma como que el desgobierno de los castro en nuestro país se está jugando la última carta  ofensiva, algo como  la blizkrieg final nazi  de 1945 en el bosque de las Ardenas, antes de que se les acabara la gasolina.  Los castros enfrascados en un ataque frontal y definitivo, según creen, liderado por el ilegítimo, ya no les queda ánimo ni combustible para su “last stand”,  que podría terminar como el  de “Rizos de Oro” en la guerras indias del oeste norteamericano del siglo XIX. .Es lo que llaman los jugadores de póquer   el “trump card”,  el  recurso final, que en este caso puede confundirse con la  carta bajo  la manga, para demostrar poder y alta decisión militar, infundir miedo y acabar con un conflicto que los tiene locos. Pero ya no tienen gasolina, entiéndase  espíritu, ni soporte de una causa justa, porque bañados de crímenes, la Justicia reclamara sus cuerpos putrefactos

Se estrellaran en el Táchira porque su despiadada  campaña, atea e inmisericorde,  no tiene asidero legal ni está amparada por la verdad. Son ya demasiadas las violaciones, asesinatos prepotentes, vejaciones a  la integridad física de los ciudadanos, que al final  la balanza se inclinara en favor de los valientes patriotas venezolanos y no  de los traidores, sospechosamente incursos en narco-negocios.  Para apoyar,  según indican los líderes estudiantiles, todos en Caracas debemos movilizarnos con múltiples candelitas,  rápidas y espontáneas en los lugares que menos esperan y para rematar, se propone en cumbres de estudiantes  un “sit  down” masivo en las arterias más sensibles de la capital.

 Demuestran escualidez las manifestaciones mercenarias del desgobierno y solo se oyen  las imprecaciones soeces de los pocos que avalan  el régimen en base al odio proclamado entre otros por el difunto. Todo ahora se resume en los machetes,  los tóxicos gases, los rifles rusos, los avioncitos rusos  tripulados por  rusos y algunos vetustos helicópteros  contra la caca gocha y su intelecto para librar una lucha desigual. 

Honor a nuestros  caídos y a esos bravos de los Andes, que como los de 1899 incursionaron para poner orden  en el país de las mil revoluciones fratricidas. Lamentablemente,  entonces  se permitió  el surgimiento de un dictador ignaro pero inteligente y anticomunista, que nos gobernó o  mal-gobernó  cuando éramos una escuálida y derrapada nación  de poco menos de tres millones de habitantes. Hoy la cosa es distinta. Somos una sociedad consciente que ama su tierra y no va a permitir invasores, sean extraterrestres o cubanoides, amparados por traidores. “En La Haya los espero”, decía un gran embajador nuestro

Mauro Parra

jmpzc@yahoo.com

@parratiticastro

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