miércoles, 23 de abril de 2014

MARÍA A. ANGARITA S., ESCALOFRIO DE PATRIA

El cuerpo tiene su propio lenguaje para interpretar el entorno y enviar mensajes clarividentes. En el año 2008 fui sometida a una intervención quirúrgica, recuerdo y retomo hoy en el 2014, las lecciones aprendidas:

Era benigno el intruso de 15 cm. que habitó dentro de mí por encima de mi útero, trompas y vísceras. Me pregunto desde cuándo mi cuerpo había decidido ceder ese espacio celular sin que me percatara de ello. A cuenta de no ser maligno y además ser producto de mi propio cuerpo, ¿Tenía derecho de invadir parte de mi espacio vital?, ¿Hasta donde entra en juego mi voluntad en todo esto?, ¿Hasta dónde mis vísceras, útero, trompas y ovarios tienen la potestad de decidir en mi nombre, o la orden vino directa de mi cerebro?, ¿Hasta dónde la invasión se produjo sutilmente, hasta llegar a convencerme de otorgar 15 cm. de mi cuerpo con su  diámetro  incluido y además, convencerme de que mi funcionamiento orgánico gozaba de estabilidad?

¿Qué disfraz se habría colocado el espécimen durante mi teatro de vida para consolidar la ocupación?, ¿De restos energéticos producto de matrimonios mal acabados, de presión natural producto de 4 procesos de embarazo y parto, de irresponsabilidad y malos cuidados?, o de impotencia, intolerancia, miedos, opresión, tristezas, dolores del alma o furias ocultas y más,  todo esto sin capacidad de salida?

Imagino mis vísceras oprimidas por tanto tiempo como en un gueto nazi, agradeciendo  infinitamente cuando por fuerza extrema y obligada lograban expulsar los residuos corporales. ¡Dios santo, acabo de aprender a amar a mis restos corporales tanto como a mi cerebro por el solo hecho de gozar de libertad de movimiento y acción, de libertad, sin miedo ni retención!

Entonces imagino el horrendo intruso que pueden estar cargando durante tantos años y sin saberlo muchos venezolanos, en forma de invasión visceral de cuerpo y alma, producto de auto sugestión, imposición,  coacción, violencia, injusticia, ultraje o miedo.

La figura que intenta invadir nuestro espacio moral y social ha tratado de adueñarse de nuestra identidad, utilizando el engaño, la burla, el descaro, la mala intención, la agresión, la opresión, la inmoralidad, el robo, la corrupción, la mentira. Vivimos entonces como en un gueto nazi, con reseñas criminológicas semanales que superan los porcentajes oficiales de muchos países en el mundo, por citar solamente este aspecto de salud social.

Mi cuerpo físico corrió con mejor suerte que nuestro “cuerpo social país”, en mi caso el tumor no era maligno. El espécimen que nos invade se disfraza de supuesta democracia llamada “Estado soy yo”. Los que estamos intentando hacer cirugía de reconstrucción, produciendo en positivo por y para Venezuela, nos valernos del poder de nuestras ideas que se mantendrán LIBRES, apoyados por la voluntad de servicio y el amor auténtico a nuestra tierra, basado en nuestra fuerza moral, personal, familiar, empresarial y social para encontrar sanidad sin que el cuerpo país  termine  de enfermar, se desintegre y muera. MAA 2008

Hoy en el año 2014, yo me mantengo sana pero mi Patria está enferma y se me muestra más desfigurada que hace seis años casi con visión de cadáver, y olor a pólvora, azufre, torturas y cárcel. Se necesita atrevimiento y cordura para interpretar los eventos y ejecutar una cirugía con láser, se juegan las entrañas de los venezolanos.

¿Harán la intervención los ciudadanos formados y preparados para ello? Se necesita academia, praxis política y económica, sensibilidad social, alma y “pulso, mucho pulso y precisión para no seccionar nuestros principios y tradiciones más profundas.

El espacio pre operatorio lo han montado exitosa y valientemente los estudiantes, los conductos sanguíneos se están disgregando en las calles, es necesario evitar más desangramiento.

El anticuerpo llamado LIBERTAD está activo para evitar la septicemia. La operación debe ejecutarse sin demora, la distracción en guiones de justificación de lado y lado, están produciendo escalofrío de muerte. Se nos va la Patria y ni siquiera ha entrado en la mesa de operación.

¿Qué recordaré dentro de 5 años como lección aprendida?

Tengo escalofríos, a una semana de operada, pienso que puede ser producto todavía de la anestesia, o de la movilización interna que sufrió mi cuerpo, o pensándolo bien, no es un escalofrío normal, lo siento como escalofrío de PATRIA enferma, de Patria que se despide de sus funciones vitales, de Patria invadida, de Patria convulsionada.

Necesito cobijo, las mandíbulas me tiemblan, me ofrecen una cobija pero no me calienta, entonces pido mi bandera más grande, mi bandera de Venezuela y recuerdo una frase que escribí en el año 2003: …
”Si todo me fuere quitado, ruego a Dios que me permita conservar mi bandera más grande para arropar a mis hijos, a mis  nietos y a mi LIBERTAD”……….

En pie de lucha por una Venezuela libre y sana…

María Antonieta Angarita Sergent
antonieta05@gmail.com


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