lunes, 21 de abril de 2014

JOSE ERNESTO PONS B, ¿ENTONCES CUÁL ES EL CAMINO?

Venezuela no es la excepción en años recientes, diversas dictaduras de diferentes  orígenes sean de derecha, o izquierda han caído o se han tambaleado cuando se les ha enfrentado una población decidida, desafiante y movilizada. Básicamente porque son incapaces de soportar el desafío concertado del pueblo en lo político, lo económico y lo social. Yacen víctimas de sus propios techos gubernamentales (principio de Peter).

Los casos nos orientan que es cierta tal aseveración, Estonia, Latvia y  Lituania, Polonia, Alemania Oriental, Checoslovaquia y Eslovenia, Madagascar, Malí, Bolivia y las Filipinas. han hecho avanzar el movimiento por la democratización en Nepal, Zambia, Corea del Sur, Chile, Argentina, Haití, Brasil, Uruguay, Malawi, Tailandia, Bulgaria, Hungría, Zaire, Nigeria y en varias partes de la antigua Unión Soviética, como los países Árabes en estos últimos tiempos. Entonces es posible, para entender que decaer es el primer error.

La caída de estos regímenes entrópicos, de donde sean, ha dejado a un lado el sufrimiento de las víctimas de la opresión, y ha abierto el camino para la reconstrucción de esas sociedades con una mayor democracia política, más libertades personales y justicia social. Donde deberán ser los ciudadanos los custodios y participes en las soluciones de los problemas locales, regionales y nacionales.

Ese “botín” codiciado por las familias de la nación, es posible sin duda alguna. Aunque los derechos humanos y políticos básicos nos han sido negados desafortunadamente, las formas del  pasado aún está con nosotros y las estamos experimentado luego de 55 años de la última dictadura en Venezuela. He allí que etiquetar de “dictadura” cuando aparenta no serlo, es un gran paso para la conciencia social.  El problema de las nuevas formas mesiánicas de dictaduras es profundo y nos confunde en la consolidación nacional (Caso de Venezuela).

El manejo del gobierno, astuto y agudo ha logrado una  población atomizada (convertida en una masa de individuos aislados), incapaces de trabajar juntos para conseguir su libertad, de confiar los unos en los otros y hasta de hacer algo por su propia iniciativa. Esta debilidad puede ser fácilmente superada en base a organización, identificación, solidaridad y el logro de la visualización de aquellos que han pasado la línea de la complacencia a la traición de los valores republicanos.

El resultado aparente, esperado por el Estado y el G2 era ver una población débil, carente de confianza en sí misma e incapaz de ofrecer resistencia alguna. Los ciudadanos asustados como para compartir su rechazo al régimen y su afán de libertad para ellos, sus familias y las comunidades. En resumen, en el colmo de estar demasiados aterrorizados para pensar en serio en la resistencia popular. Graso error de los eruditos del cubanismo.

Finalmente, con diálogos o no, los derechos humanos profundamente lesionados, no solo los caídos en protestas, sino, en miles de asesinatos por la inseguridad, la corrupción, la ausencia de una real soberanía han logrado mellar la legitimidad; lo cual obliga a que del dialogo y  la acción constante en la calle lograremos sellar las libertades y la democracia en Venezuela. No hay otro camino.

Jose Ernesto Pons B
joseponschene@hotmail.com
@joseponsb

 EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.