EUGENIO MONTORO, FASCISTA SERÁ TU ABUELO

Con ya aburrida frecuencia los personeros del régimen tildan a la oposición democrática de fascistas. Dado y entendido que este escribidor no simpatiza con Maduro me siento en la obligación de responderle a tal insulto genérico utilizando para él y todos sus compinches el título de estas letras.

El fascismo lo inventó Mussolini en Italia fomentando el nacionalismo y la recuperación de la gloria  Romana.  Pues tuvo mucho éxito y se convirtió en producto de exportación a la Alemania Nazi, a España con el nombre de Falange y a muchos países europeos. En todos fue el símbolo del combate frontal a los comunistas y es posible que al tildar de fascistas a sus opositores los virulentos rojos venezolanos solo confirman su marxismo y su sumisión al régimen cubano.

Muy fácil es, con el Internet, informarse bien de que es el fascismo y el régimen venezolano pareciera que si lo es. Siguen copias sobre fascismo.

1-El Estado debe ser todopoderoso y controlar todos los aspectos de la vida  y el individuo debe estar sometido y subordinado a las directrices del Estado. Se da, por tanto, más importancia a la colectividad, encarnada por el Estado, que a los derechos del individuo.

2- El Estado totalitario, al recibir todos los poderes, puede actuar libremente para eliminar a los disidentes y para encuadrar a los ciudadanos en organizaciones sometidas a ese Estado. El Estado  fomenta el militarismo y la disciplina.

3-Al líder se le rinde un culto casi religioso y la propaganda se encarga de que su fotografía esté por todos los rincones del país y presida los actos más importantes, tanto públicos como privados. A veces se le representa como el salvador de la patria y  el padre de la nación. Ese culto a la personalidad del líder va a ser obsesivo, incluso a la hora de saludar se saluda con el nombre del líder.

         Es posible que de tanta historia y cuentos de los combates entre el comunismo y el fascismo se quiera simplificar el asunto a pocas palabras para nuestra actual situación política, social y económica. Pero los adjetivos y descalificaciones del contario no ponen un litro de aceite, ni un paquete de harina de maíz, ni un kilo de azúcar en un estante. La descalificación verbal no disminuye el número de homicidios ni baja la inflación.

         Podría ser (sorpresa) que nadie es fascista sino un régimen que no da pié con bola y dictatorial dominador de todos los poderes  y unos demócratas que protestan porque quieren tener un país decente.

         Cada quién con su verdad, pero lo que no es ocultable es que hay que buscar rápidamente una solución. Venezuela no se merece este desastre. No se merece vivir con la vergüenza de ser una Nación de las más corruptas del mundo, una economía de puerto y unos hospitales y una infraestructura de vías deplorable.

         Venezuela está condenada a ser grande y por ello valga el dicho japonés, “Peces grandes no viven en charcos pequeños”.

 Hay que salir de este charco.

Eugenio Montoro

montoroe@yahoo.es

@yugemoto67

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