Gobierno y oposición están entrampados. Aunque el régimen y parte de la oposición piensen que tienen
suficientes fortalezas para salir sin la
ayuda del otro, esto no parece viable.
Desde el 12 de febrero Maduro
pierde aceleradamente la
popularidad heredada y su imagen internacional está deteriorada. Sin embargo, todavía cuenta con las poderosas
herramientas del poder. Por su parte la oposición no se ha doblegado pero no acuerda una
estrategia común. Los valientes estudiantes alborotaron el cotarro y lograron
apoyo de gran parte de los ciudadanos de a pie.
La percepción es que el gobierno todavía tiene oxígeno, aunque se le
está agotando, y que la oposición ha
adquirido más fuerza, pero quizá no la suficiente para imponer un cambio
drástico, salvo el imponderable de un cisne negro o verde oliva.
El gobierno tiene la fortaleza de contar con
los sumisos Poderes del Estado y, aparentemente, con apoyo de la Fuerza Armada.
Esto último puede ser controversial, pero hay que considerar que el Alto Mando le es incondicional, las nuevas promociones han
estado sometidas a un constante bombardeo ideológico, los anteriormente sargentos técnicos ahora son oficiales por lo
que deben estar agradecidos y los soldados no son los mismos ignorantes
muchachos del campo de antes, se les ha
sembrado la ideología revolucionaria y pueden tomar partido. Aunque nunca se sabe, por aquello de que ¨los
militares son leales hasta que se alzan¨. La debilidad del régimen es la situación económica, la cual terminará
produciendo un estallido social y, además,
que se enfrenta a una sociedad que no se doblega y a la heroica resistencia de los estudiantes.
La oposición tiene la fortaleza de ser
mayoría, aunque no aplastante. Además,
en quince años de lucha democrática no ha bajado la guardia y se ha enfrentado al régimen con todas las
herramientas a su disposición. Su debilidad es que la dirigencia está clara en
que hay que salir del régimen, pero difiere en el cómo y en el cuándo y que
todavía no le llega a los estratos D y E. Además, se perciben luchas por el liderazgo.
La amenaza es que aumente la violencia por
parte de paramilitares rojos que eventualmente se volverán incontrolables y que
se produzca un gran estallido social por la escasez, alto costo de la vida y la
inseguridad. Si los rojos sensatos, que debe haberlos, quieren sobrevivir
deberían pactar una transición. Para convencerlos la protesta en la calle debe
intensificarse, pero también una
negociación firme de parte nuestra. Los puntos que la MUD ha asomado están
todos dentro de la Constitución. El régimen debe sopesar si prefiere
derrumbarse a mediano plazo por un malestar generalizado o si le conviene
pactar una transición olvidándose de su idea de imponer un castrocomunismo. Esa
transición pasa por elegir poderes
públicos independientes, decretar una amnistía,
realizar elecciones acordando la no reelección y un programa mínimo de
gobierno. No será fácil, pero si queremos evitar la anarquía y salvar la
República no hay otro camino.
Como en botica: Felicitaciones a los
representantes de la MUD que expusieron
con contundencia las violaciones a la Constitución por parte del
régimen. Seguramente este no cederá en las peticiones fundamentales, pero
quedará mal parado. ¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!
Eddie
A. Ramírez S.,
eddiearamirez@hotmail.com
@acgdelp
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