“Así como de la noche sale el claro día, de la opresión nace la libertad”. Benito Pérez Galdós (1843-1920), novelista, dramaturgo y cronista español.
El miércoles 23 de abril, el Ministerio del
Poder Popular para la Educación iniciará en los 29.000 planteles públicos y
privados la Consulta Nacional por la Calidad Educativa, un cuestionario que
preguntará a los niños y jóvenes desde educación inicial hasta el último año de
bachillerato, su opinión sobre el sistema educativo que quieren en un futuro.
Esto sería muy bueno si no tuviéramos esa
feroz desconfianza hacia los métodos castro comunistas que aplica el gobierno
para adoctrinar a nuestros menores hijos. Y esta consulta no es más que un paso
oficioso para aplicar de lleno aquel decreto 058 que el finado suspendió ante
la protesta de los padres, con la excusa de que “Bueno, está bien, lo
suspendemos porque no hemos consultado con ustedes”. No la había consultado
nada menos que con los padres responsables de esos menores de edad a los que
aplicarían el mismo sistema que a los “pioneritos” cubanos, adoradores de Fidel
y robots de la revolución.
Ahora, en esta ofensiva de los pupilos fidelistas contra Venezuela, están dando el paso de la consulta, para que no digan. Pero la consulta no es a los padres, sino a los niños. Ni siquiera los maestros y profesores saben a estas alturas qué contiene ese cuestionario, pero ya los padres se han organizado para ejercer los derechos de su patria potestad y prohibir a los planteles mediante comunicación escrita, que hagan ninguna encuesta a sus menores hijos sin su presencia.
En realidad éste es un paso más en la
avanzada ideologizante que lleva un gobierno que utiliza abiertamente a niños
en actos proselitistas. El finado adoraba que los niños le hicieran loas,
mediante poesías escritas por jaletis que podían ser sus maestros o hasta los
irresponsables padres. Se retrataba con ellos en pose amorosa, donde solo
faltaban violines y las alitas de ángel. El actual y sus acólitos no han tenido
ni el menor escrúpulo en la descarada utilización de menores de edad en
campañas donde los niños aparecen uniformados de militares, disfrazados del
finado y hasta con los bigotes del heredero.
Una
campaña profusamente difundida en la red de televisión pública y privada,
muestra niños que testimonian seguir el ejemplo del finado y rematan con una
declaración de amor al comandante muerto. Niños que ni siquiera deben saber la
dirección de su casa por su corta edad, son usados para promover posiciones
políticas. La LOPNA, tan activa en acusar a los medios de perturbar la mente de
los jóvenes con escenas de la violencia que ven todos los días en las calles de
Venezuela, ha guardado silencio absoluto ante esta manipulación de la mente y
la imagen de los niños venezolanos.
Con
los festejos de “Un año de la siembra” del comandante semilla, se permitieron
ordenar a los niños en sus aulas que hiciesen composiciones sobre la “vida y
obra” del finado; hubo concursos de dibujo con la imagen del golpista el día 4
de febrero y hasta tuvieron que hacer carteleras conmemorativas. Muchos padres,
no por opositores, sino por responsables de la salud mental y emocional de sus
hijos, se negaron a que cumplieran con esas tareas. Y muchos maestros, a
quienes queda inmenso ese título, castigaron y calificaron con ceros a los
niños que no hicieron lo encomendado.
Y
es que, igual que el elefante a la hormiguita, los revolucionarios castro
comunistas han venido metiendo sus garras en la educación de los niños. Hace
menos de un año denunciábamos la edición de una constitución infantil, donde
las ilustraciones mostraban al finado de tú a tú con Simón Bolívar, como si
fuese un prócer. A las ilustraciones igualadas y anti históricas, se sumó la
distribución del himno nacional cantado por el finado, que es el que se está
escuchando actualmente en los planteles públicos, seguido por el “Patria querida”.
Por si fuera poco, la llamada “colección Bicentenaria” que son los libros gratuitos que se dan desde el primero hasta el último año de educación, tiene contenidos que atentan contra la verdad histórica, omisiones imperdonables y planteamientos que ubican la mentalidad infantil en el contexto revolucionario como criterio único.
Tarde
se han dado cuenta muchos padres, que deben revisar uno a uno los contenidos de
esta colección, lo que están estudiando sus hijos. Personajes históricos como
Cristóbal Colón han desaparecido, así como la actuación de presidentes
democráticos, que aparecen en pocas líneas mientras que el difunto comandante
tiene páginas y páginas de “gesta heroica”. El golpe del 4F es glorioso y
justificado. El de abril de 2002 es fascista y antipatriótico. El caracazo, un
logro del pueblo revolucionario. Y Rómulo Betancourt, un don nadie.
Esto es lo que aprenden nuestros niños. O lo que pretenden que aprendan. Por eso es que Fidel Castro tiene 55 años tiranizando a Cuba: los cubanos han sido ideologizados desde su más temprana edad en las aulas. Allí está el secreto de la revolución.
Robar
la mente y la voluntad de niños y jóvenes es monstruoso. No sabemos si
calificar de suicidas, temerarios o idiotas a quienes, en su momento de mayor
debilidad de argumentos ante el país y el mundo, se lanzan a meterse con los
hijos de quienes protestan furiosos unas condiciones de vida ya inaguantables.
El 058 es una razón más para dar un parao a esta locura.
Charito
Rojas
Charitorojas2010@hotmail.com
@charitorojas
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