viernes, 14 de marzo de 2014

ZENAIR BRITO CABALLERO, “EN LA VENEZUELA COMUNISTA CADA DIA AUMENTA LA VIOLENCIA”

No es que unos seres humanos valgan más que otros. Las muertes todas son igualmente dolorosas, pero la de los caídos por la violencia y la confrontación en su mayoría duelen mas, porque generalmente las víctimas son jóvenes  promesas del futuro, que en su mayoría poseen una visión optimista de la sociedad en la que conviven y quieren demostrarlo como estudiantes universitarios o jóvenes trabajadores, pese a las dificultades que enfrentan y a las restringidas posibilidades que la sociedad venezolana y el régimen socialista-comunista que gobierna a Venezuela, hoy les ofrece.
Por eso es la oportunidad para de nuevo alzar mi voz de impotencia. La violencia, venga de donde viniere, se lleva lo más preciado: seres humanos valiosos; encuentran la muerte tras la vuelta de la esquina, apenas salen de la casa, tan pronto saludan el nuevo día, pese a la bendición que enseñan sobre sus cuerpos. Los matan por la insignificancia de un celular, de una tableta, de un portátil, por unos pocos bolívares, y hasta por el pan y la leche que llevan para el desayuno.
Esta maligna  y perversa violencia se ha ensañado en nuestro país, se lleva a los hijos más queridos. Los cementerios están llenos de lápidas con fechas prematuras de apenas adolescentes y jóvenes, quienes vierten su sangre en nuestras calles en forma miserable, por culpa de seres que han perdido todo valor, todo escrúpulo.
Nuestras calles, avenidas y caminos están salpicados de tanta sangre, de tanta inconsciencia, de tanto delito sin castigo. Y echamos la culpa a tanta prevención intangible. Y los delitos siguen, las muertes de las personas que más apreciamos siguen sucediendo. ¡A diario!
Podemos decir que nuestras autoridades gozan de una laxitud impresionante frente al delito. Que nuestra policía carece de instrumentos de prevención. Que nuestros investigadores se pasan el tiempo en conjeturas banales. No se dan cuenta que el delito tiene un origen, la sociedad no ataca ese origen.
Aquí se pueden violar los códigos morales y éticos sin que pase nada. Por donde comienza el camino delictivo del delincuente, la contravención, carece de correctivo. La drogadicción pública, la venta de drogas callejera, el escándalo público, el alcoholismo, el hurto menor, las lesiones personales no son sancionados; el irrespeto a la autoridad, el insulto a las personas, la discriminación de todo tipo ni siquiera son tomados como delitos. El camino por donde inician los futuros delincuentes carece de prontos correctivos.
Las cárceles, a pesar del hacinamiento, son hoteles  baratos. Los delincuentes manifiestan que allí están seguros, que gozan de alimentación, servicios de salud, un sitio para dormir conque afuera no cuentan.
Las cárceles venezolanas no atemorizan a nadie. Los grandes delincuentes o Pranes sobornan, compran servicios, la cárcel se convierte en un hotel de cinco estrellas con la anuencia de la autoridad carcelaria. En esos sitios sí circula la droga y las armas en forma prominente.
Y nuestros legisladores, ciegos, sordos y mudos como dice la canción de Shakira, no se dan cuenta del origen, de la forma ni de  los propósitos del delincuente, nuestras calles son corolario de delitos a la vista de todos que nadie sanciona, son un medio salvaje donde aventurarse es el mayor riego que alma humana puede correr.
Zenair Brito Caballero
britozenair@gmail.com
@zenairbrito

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.