miércoles, 12 de marzo de 2014

JOSUE ARTURO MOLINA SUAREZ, GENERACIONES DEL 28 AL 90, EL AGUIJÓN

     Venezuela vive tiempos difíciles, confusos; el acceso al poder se ha cerrado para unos y enquistado para otros, sembrando anarquía, abuso, odio, desesperanza, frustración, corrupción y confrontación. La lucha de las ideas en el ejercicio del gobierno desaparece para tratar de imponer el pensamiento único a la sociedad, en contraposición de la pluralidad y el derecho a disentir.
        
El modelo económico implementado por el actual gobierno evidencia el fracaso sostenido históricamente en los países aplicados; la estatización de la economía (control absoluto del sistema de producción y distribución en contraposición a la economía de mercado), ha generado el quiebre del aparato productivo, evidenciándose en la  escasez, desempleo, inflación, inseguridad, corrupción, burocracia; planificación sostenida por el oficialismo para llegar a la implementación del sistema de racionamiento, y el control de la población, a través del disfraz del socialismo del siglo XXI.
         La arbitrariedad y violación al Estado de Derecho consagrado en la Constitución Nacional, ha revelado el espíritu gregario de la masa estudiantil, irreverente por naturaleza, pero centrada en la lucha asumida, por la negación de oportunidades y la miseria aplicada a la población desde el gobierno; aplicación de métodos de lucha compartidos por unos, rechazados por otros, ha generado el despertar de la gente y el apoyo masivo a los estudiantes, evidentes en las concentraciones convocadas y en las comunidades.
         El gobierno ha respondido a la rebeldía con la muerte, el terror, el abuso y la tortura. Veinte (20) asesinatos se han cometido contra estudiantes y personas comunes durante las protestas; centenas de heridos de bala, perdigones, asfixias, golpes; torturas aplicadas a detenidos, tanto físicas como verbales y validadas por la defensora del pueblo; censura a los medios de comunicación para evitar que la información baje a las comunidades; largas cadenas para ocultar la verdad; llamados a la paz generando la guerra; colectivos armados (paramilitares) atentando contra la vida de los ciudadanos, cuya arma es el pito, la cacerola, y su voz; disparo de perdigones y gas lacrimógeno a granel, no han mermado el reclamo, la gente sigue en la calle y la protesta se profundiza.
         El pueblo sigue esperando del gobierno la lista de empresas a las que les otorgaron los más de treinta mil millones de dólares, y que le han querido endosar a la sociedad; los responsables de los veintiocho kilómetros de alimentos podridos en el puerto de Puerto Cabello; la detención de los asesinos  de trescientos mil venezolanos acaecidos en la llamada revolución; la salida de la injerencia cubana en los asuntos internos y el manejo de organismos de información civil y militar; la libertad de los presos políticos y los detenidos en la protesta, por nombrar algunos. La generación del 90 ha marcado la ruta, tal como lo hiciera la del 28 en su momento; ayer, hubo un antes, ahora, hay un después.
Josue Arturo Molina Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1

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