domingo, 16 de marzo de 2014

JORGE RAMOS GUERRA, ¡ESTUDIANTE! DEL CUARTEL DEL CUÑO A LAS TORTURAS DE LA DEFENSORÍA DEL PUEBLO

…a los estudiantes de derecho de la Universidad Fermín Toro

Una anécdota de una generación de jóvenes de 1928 y una justificación de tortura con impunidad, revelan la decisión de los primeros en preservar la democracia y  del chavismo, no en proteger, lo que en principio pudo ser una revolución, sino al peor antro de corrupción y narcotráfico, del que puedan dar cuenta civiles y militares, para cuyos fines, nada les interesa, que se gobierne al país desde Cuba, para asegurar sus botines, con  la gran beneficiaria de la debacle moral de la Venezuela republicana, para lo cual, vale recordar aquella expresión del Che Guevara a Fidel Castro, conociendo del temple cubano, de que, la: "revolución había que hacerla con pachanga" que a la realidad actual, vendría hacer el  mantenimiento de la dictadura cubana, en base a  nuestro petróleo y conocido por Cuba de las debilidades de los revolucionarios chavista y mucho de sus generales, es de necesidad darle irrestricto  apoyo parafraseando al Che que  a la "revolución chavista hay que hacerla con corrupción ". 

Esa es en verdad el planteamiento del pleito venezolano, donde no está ausente la complicidad de algunos opositores. Amanuenses de los corruptos de la llamada cuarta república, contra quienes han insurgido los jóvenes venezolanos por su cuenta y riesgo y sin dejarse manosear, por los opositores colaboracionistas del delatado "gobierno forajido", del presunto venezolano  Nicolás Maduro.

En el marco de aquella realidad, iniciada el pasado 12 de febrero de este año 2014, es admirable la rebelión juvenil, por la fortaleza moral de sus actores que nos remiten a la anécdota y al entusiasmo de los universitarios de 1928, contra el déspota de Juan Vicente Gómez, cuya ignorancia, solo es equiparable a la de Maduro, porque justo es reconocer de que tenía las bolas que le faltan al otro. Así fue entonces, como aquellos muchachos fueron a parar al Cuartel de “El Cuño”, una de las  cárceles del dictador  donde la tortura, con pesados grillos de la época de la inquisición, atados a las esqueléticas piernas de los detenidos, intimarían a los estudiantes, quienes dándose ánimos a si mismo, ante la pregunta de uno de sus compañeros -- ¿qué somos nosotros aquí? -- !hermanos! Responderían al unísono. -- -- No, somos cuñados, porque estamos en el Cuartel de “El Cuño” y somos hermanos políticos –

Y aquella hermandad hizo historia. 86 años después, una banda de civiles y militares han asaltado el poder, con el apoyo de la Cuba comunista de los hermanos Castros y ante la indignación nacional, una vez más, sus jóvenes aportan con sangre, el rescate de la democracia, para lo cual, el mercenario de Nicolás Maduro, ha leído lo que le mandaron a decir desde la Habana: que su gobierno...” va más allá de la legitimidad política, electoral, constitucional, pues es “una legitimidad abarcante, de varias dimensiones”. 

Por supuesto, que Maduro no supo lo que dijo, pero el más modesto estudiante de derecho, al interpretar el mandado cubano a Maduro, comprenderá  lo que delata, el desconocimiento al Estado de Derecho y la más vil y forajida disposición, para amedrentar a un pueblo y preservar sus corruptelas,  fortaleciéndose la presencia de los jóvenes en las calles de Venezuela y soportando la peor represión militar de todos los tiempos por la Guardia Nacional Bolivariana lo que resulta una  afrenta para Bolívar, quien maldijera al soldado que disparara contra el  pueblo) con el agravante que, por boca de quien ejerce la noble institución de la “Defensoría del Pueblo” haya justificado, no solo la represión, sino la tortura, antiguo y condenable delito de "Lesa Humanidad" y que deberá ser inscrito en el expediente que la patria ya, le  tiene abierto, ante la historia y la justicia nacional e internacional. Para la ciudadana Gabriel Ramírez: “La tortura tiene un sentido, por eso tenemos que ser muy rigurosos con el uso de los términos. Con la tortura se emplea sufrimiento físico a una persona para obtener confesión y tenemos que diferenciarlo de trato excesivo o uso excesivo de la fuerza” (El Universal 08.03.14) para terminar diciendo que eso no fue, lo que quiso decir y pegar una carrera a la Conferencia de los Derechos Humanos en Ginebra, a un costo mil millonario y más evacuada que Chávez, en el Museo Militar.

Como se podrá apreciar, en los discursos de Maduro y Gabriela Ramírez, son la antítesis de la Constitución venezolana vendida al mundo como la mejor y encuadran en la conocida “deshumanización de la política”, con la  que es identificada en las democracias del mundo, el chavismo o socialismo corrompido y narcotraficante del siglo XXI, que debe dar una respuesta política y ética a Venezuela y no de paños tibios o a lo Inzulsa, por aquella frase de Oriana Fallaci en su libro “La rabia y el orgullo”:

…"Hay momentos, en la vida. En los que callar se convierte en culpa y hablar en una obligación. Un deber civil. Un desafío moral. Un imperativo categórico del uno no se puede evadir" 

¡Jóvenes, háganla de ustedes!

Jorge Ramos Guerra 

ardive@gmail.com
@pikpedrero

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