ESTRUCTURA CASI VACÍA |
La
OEA, el organismo regional más antiguo del planeta, fue fundada con el objetivo
de lograr en sus estados miembros "un orden de paz y de justicia, fomentar
su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su
integridad territorial y su independencia".
Esta declaración tan simpática nos dice que la OEA es buena, es noble, es solidaria. La realidad nos indica que, hoy en día, tal declaración es una farsa, es letra muerta y la culpa no es de la OEA sino de la mayoría de las personas que, en representación de sus países, se burla en nuestras mismísimas narices de esos nobles preceptos. El actual desgobierno de Venezuela se ha ocupado, exitosamente, de destruir el sueño de Bolívar y de aquellos americanos que visualizaron un continente que hiciera realidad ese sueño.
La
historia y los pueblos se encargarán de juzgar, con honrosas excepciones, a
estos personajes. Los gobernantes de Panamá dieron un valiente paso al frente
al atreverse a solicitar que la OEA investigara el caso de Venezuela. La
respuesta fue brutal, desproporcionada. El gobierno de USA también ha sido
contundente pero ellos son inmunes a respuestas similares porque son quienes
financian, con sus compras de petróleo, las arcas de la revolución. Sólo
reciben insultos. El gobierno de Canadá también ha sido solidario.
En
la última sesión de la OEA, ocho países se sumaron a la tímida iniciativa de
pretender que los problemas de Venezuela se discutieran a la vista del mundo.
Por otro lado, 22 países decidieron que ese tema es secreto, es tabú, debe
tratarse a puertas cerradas. Vuelvo a leer la declaración que cito al inicio y
me vienen a la mente palabras antónimas a los hermosos conceptos de justicia, paz, solidaridad,
colaboración, soberanía, integridad territorial e independencia.
La
justicia en Venezuela ha “madurado” al extremo de que no necesita ni siquiera
investigar. Es un dogma que pensar
distinto es el peor delito. Los jueces están comprados, ideologizados o
aterrados y, supongo que lo sabrán, les llegará el momento de dar cuenta a una
justicia de verdad de sus fallos, sus omisiones y sus desafueros. La justicia
internacional, o bien es ciega, en algunos casos de forma voluntaria, o es tan
lenta que muchos venezolanos no tendremos tiempo de enterarnos de que existe.
La
paz se está convirtiendo en la paz de los sepulcros para muchos compatriotas
víctimas de la violencia que genera, promueve o permite el régimen. La paz del
régimen está siendo construida con las armas que gobernantes inescrupulosos están enviando a nuestro país para que nos
masacren. Los varios Presidentes actuales que fueron perseguidos, torturados y
encarcelados por regímenes dictatoriales, ¿no se han dado cuenta de que en
Venezuela está pasando lo mismo que les pasó a ellos?. ¿O es que con la
izquierda si se vale? ¿O será que los negocios son más importantes que los
principios? A veces pareciera que la
única condición para que un Presidente se dé cuenta de lo que pasa, es que ya
haya dejado de serlo, como lo han hecho tantos ex presidentes de nuestra América.
La
solidaridad y la colaboración están funcionando muy bien, porque los
gobernantes se solidarizan con sus
colegas y no con los pueblos. ¿Cómo es posible que la Presidenta chilena
afirme que no apoyará ningún movimiento que pretenda derrocar a un gobierno
electo por el pueblo?. Sin entrar en la legitimidad de esa elección, ¿no se ha
dado cuenta de que Capriles, Ledezma, y
tantos otros funcionarios electos por el pueblo son despojados de sus
competencias y de sus fuentes de ingreso?. ¿No ha observado la destitución
sumaria de diputados y alcaldes legítimamente electos por el pueblo? ¿Su
declaración sólo sirve para los Presidentes? ¿Es que acaso eso no amerita
aplicar la Carta Democrática?
Los
principios de soberanía, integridad territorial e independencia han sido
totalmente pisoteados por un régimen que le vendió su alma a los castro y que
permite que sean ellos quienes controlan nuestras Fuerzas Armadas y entrenen y
dirijan a los colectivos asesinos. Es un secreto a voces que muchos integrantes
de colectivos han sido entrenados en Cuba, junto con ex presidiarios y
paramilitares que actúan conjuntamente con las Fuerzas Armadas y las Policías
en las labores de represión y terror.
Lo
peor del caso es que TODOS los gobernantes de la OEA saben esto y se hacen la
vista gorda. Se convierten en cómplices y cada nuevo venezolano asesinado debe
pesar en sus conciencias.
Quiero
terminar citando en Artículo No. 1 de la Carta Democrática Interamericana, otro
documento que gente como el Sr. Chaderton debe usar cuando nos visita, a falta
de papel higiénico: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y
sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla.”
Si
los representantes de la OEA, comenzando con su insulso Secretario General no
son capaces de ver lo que está tan claro, deberían buscar otra manera de
ganarse la vida, porque en este momento sus honorarios y sus prebendas
constituyen una estafa a los pueblos que deberían representar. Dios y la Patria
os lo demandarán.
Gustavo
Yepes
gyepesp@gmail.com
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