miércoles, 26 de marzo de 2014

DANIEL CHALBAUD LANGE, RELÁFICA EN EL PELADERO: Y SE JUÉ, CON EL RABO ENTRE LAS PIERNAS…


--Mamá, por allá viene el viejo Fico, que dice que él es mi padrino.
--Métase pal cuarto
--Buenos días, mi querida comadre. Antes que me conteste y me dé un pocillo e’café recién colao, dígame, por donde janda mi querida aijá y cómo está la guarandinga por aquí.
--Oiga, Sr. Fico, pa´empezá, café no hay desde jace dos semanas, María del Pilar por fin va hoy a la escuela, si no jay reunión de maestras y lo que usted mienta guarandinga, asegún las radios, porque aquí no llega la señar de la televisión, está mejor que nunca, hasta tenemos patria dice er locutor  a ca’momento y empieza a discursiá,  y siempre la misma cosa.
--Comadre, lo que pasa es que justé no sale. Vaya pal pueblo, en la plaza pusieron un televisor más grande que un corchón de esos que mientan Kin, o sea, como tres corchones pegaos, pero más gruesos. Por ahí se ve to’ lo que está  pasando en Caracas y en toas las ciudades de Venezuela, hasta en una que llaman San Cristóbar, que dicen que queda pegaíta de Colombia. Eso es bien lejos, hacia allá, muy detrás del cerro aquer, pero más lejos entoavía. Aunque me dijeron que no lo dijera, se lo voy a decí a justé, mi comadrita, hay unos cuantos alborotados que como que quieren quitar er gobierno en la Capitar y vorverse a poner ellos otra vez. Esa vaina no va.
--Sr. Fico, y por qué quieren quitar ar presidente si está nuevecito, si casi  no se ha estrenao.
-- Gueno, por que dicen y que no hay jarina pan de la guena, aceite, azúca, el paper que usan los ricos pa limpiase er rabo, que si un par de botas de goma y que cuestan un ojo e’ la cara, la carne y que está carísima y no la consiguen, puer pollo se han armao unas zafarranchos en los mercados que hasta heríos javido, los muchachitos esos que dicen que son estudiantes se la pasan colocando un corotero en las esquinas y al finar de la calles pa’trancá er tráfico y tienen a muchas ciudades como en una trampajaula.
-- Don Fico, si eso es por allá, imagínese como está la cosa por aquí, adonde justé viene cada mes, únicamente a firmarle la boleta a varias necesitás que tiene aquí en El Peladero. Menos mal que yo tengo quien me firme la mía todas las semanas y siempre saco 20 puntos, pol que yo si se jacé mi tarea y si me la manda a repetí, con gusto la guelgo a jacé. Por aquí ya janduvieron barios de la comuna pa proponeme a quemar cauchos usados, gamelote con bosta é vaca, y colocá a la entrada y salida der pueblo, unas rastras viejas, bolsa con botellas vacías, pepas de mangos y aguacates, y entre todos empujá lo que quedó de la ambulancia que regaló el señor arcarde y que se quemó hace tres años y entoavía no la jan quitado der frente de lo que era la Medicatura, y colocala pa’impedí el paso pa’la Arcardía. Ya estamos cansados de tantas promesas y mentiras, tres meses sin agua, a la luz la ponen y cortan hasta cinco veces ar día, las calles son un solo jueco desde aquí hasta más allá de la salida; no hay cluacas. Le digo una cosa, Sr. Fico, yo no seré rica, pero en los años que tengo nunca jabía tenío que usar paper periódico para limpiame lo que juste muy respetuosamente llama los países bajos. Y lo pior, aunque a mí me importaría un pito esa jodía, dicen que er presidente y que no es de aquí, y que nació en Colombia, caramba eso si lo veo mar, porque es iguar a que un peruano, ecuatoriano, árabe o colombiano de los muchos que jan llegado ar Peladero, lo pusieran de Jefe Civir.  Ahí si es verdá que la gata se subió en la batea. No se polque no averiguan primero antes de poné a un hombre a goberná. Le voy a decí otra cosa, yo no viajaré tanto como justé, pero le puedo asegurá que por ahí andan muchas mujeres que pueden goberná mejor que ustedes los hombres. Véngase a goberná una semana en esta casa pa’ ve si lo aguanta. Yo ya llevo cincuenta años en esto, sin descanso, sin reemplazo y sin un viejo muleto a quien arrecostame. Gracias a Dios y a María Santísima que me dieron juerza pa aguantá y pa’criá los cinco hijos que parí en mi propia casa y que hoy, dos varones y una jembra, están bien estudiaos y están trabajando en Calabozo, Maracay y Valencia; er menor se metió a militar y ya es teniente. Aquí me queda, María del Pilar, la bordona, quien si Dios quiere ya va pa bachillerato.
-- La guervo a felicitá, mi querida comadrita, justé es una tronco e’mujer. Si no juera porque tengo compromisos irrenunciables que no puedo renunciar, yo le proponería que se viniera a viví conmigo pal Rastro, allá donde tengo mis querencias. Sin embargo, le voy a proponé argo que le va a quitá un gran peso dencima,… deme a mi aijá, que yo me la llevo pa’la ciudá, la pongo a estudiá en un buen colegio privao y dentro de poco le devorveré a su hija convertida en dotora, ¿qué le parece la proposición que le propongo? 
-- ¡Ay, Sr. Fico! Si yo no lo conociera. Ya me estrañó su visita y a jesta hora. Justé anda buscando lo que no se le ja perdío. Con mi niñita, por favor, no se meta, pa empezá ella no é su aijá, el agua de su bautizo se la puso el compadre Rosalino, quien en paz descanse. Ése si le traía, no venía a buscá. Muy bonito en su boca de justé todo lo que me propució, que si esto, que si aquello y que ar finar, que no se sabe cuándo, me la devorverá jecha una dotora. Ya la veo, apiándose de la buseta con cinco diplomas, dos agarrados de sus justanes, otro agarrao de una mano y er otro pegao de la teta y, a lo pior, una más que viene embarrigao.  Váyase con su camisón pa’otro lao y por favor déjeme la totuma ahí donde la encontró porque me da la pensadera de que justé colecciona totumas y totonas.
--Comadrita de mi arma, justé ha sido dura con este santo varón. Le juro que yo estoy cambiao, mire siempre llevo emborsillá la Santa Biblia pa’lee en el bus. Le juro que yo no tengo malas intenciones con la aijá de mi recordado Rosalino, lo que pasa es que ella es una niña muy durce y bien hablá, y le cae bien a toel mundo, en especial a mí. No tenga cuidado y jorvídese de lo que le dije, fueron sólo puras buenas intenciones. Lo que yo más que vine fue a ponerla en conocimiento de lo que está sucediendo por allá. La cosa está fea, esos a quienes mientan escuálidos están arzándose y quieren cogerse el coroto. Como yo ahora trabajo pal’gobierno como Inspector Fiscar Regional, y hasta carné tengo con foto y todo, me tengo que enterá y adelantame a lo que van a jacé esos muérganos, pa’dales un palo cochinero antes que se salgan del corral. Y mire que les jemos dado duro, como que son parecidos igualitos a los bachacos, que cuando va a llové salen por montones. Andan regaos por toa Venezuela y nosotros, los que mandamos, palo con ellos. Fíjese que me pasaron una película, de esas que salen en lo que llaman blaberri, le voy a enseñá el mío pa’que lo conozca, en la que una mujer que es gualdia nacionar der pueblo, con la valentía que justé misma me dijo que tienen las mujeres pa goberná, agarró por la mechas a una mujer alborotá, le jechó un buen templón y la tumbó ar suelo, y con su juerza propia se le sentó encima,  se quitó el casco de acero que usan para evitar los chinazos de los estudiantes alzaos y, con er mismo, le dio duro y más duro, más duro y más duro por la cabeza,  y la vieja llorando y pidiendo perdón; mire como gozamos y nos reímos los que vimos la película, pero más se reía un gualdia que estaba en el bululú y quien aprovechó pa’metele la punta de la bota por una nalga a la condená. Ar finar, se la llevaron y la metieron en un calabozo tres días a “pan y agua” como debe ser, para que no ande en la calle guarimbeando como dicen ellos. Su caso pasó a los tribunales por arteración der orden público y resistencia a la debida autoridad. En verdad que esa se envainó, le salen unos cuantos años en chirona. Otra película, y aquí en mi blaberri la tengo guardada, es la de otra niña bien, que parece que no tenía oficio y se fue de safrisca a meterse en una marcha de los escuálidos de la oposición al gobierno nacionar, y recibió como treinta peldigones en la cara, parecidos a esos que usamos en er campo pa’cazá chiguires, muchos de los cuales se le metieron por los ojos  y por los juecos de la nariz y se le fueron pal cerebro; por supuesto, se tuvo que morir, ella misma se lo buscó, después pagan con la guardia nacionar, hombres venezolanos que acompañados por militares cubanos, de Cuba, que vinieron a ayudarnos pues tienen más experiencia en eso de sofocá incendios. Ahí no termina er cuento Comadrita, ya van, hasta er día de hoy, más de 30 muertos de los alzaos y, lo bichos siguen saliendo únicamente buscando que jaigan más muertos. Pero nosotros, los servidores y cuidadores de la Patria tenemos olden de que: “candelita que se prenda, candelita que apagamos”, si esto sigue así, pronto me verá con mi uniforme de capitán de Bomberos, a su olden pa apagale la candelita si siente un vaporón. Gueno, con estos pequeños detalles, yo me despido de justé y de mi querida ex-aijá. Saludos a su manada de muchachos y que Dios los proteja. Azúcal…..
-- Epa, Sr. Fisco. Me da la impresión que justé lo que vino jue a fisgoneá, pa’ve o pa’guelé, si por aquí se estuviera prendiendo un fogón. Se lo voy a decí en su cara y delante de justé, yo no tengo el aparato ese que justé llama blaberri, sólo un pequeño radio de pila, porque como le dije, casi nunca tenemos luz: esté por aseguro que aquí pronto se va a formá un berenjenal, una polvazón y una quemazón que la van ver desde donde justé vive. Ya estamos cansaos de tanta mentira y de tanto odio. Sí, mucho odio y pleitos entre vecinos y familias, porque unos se dicen son der PUS y otros de la OPOCIÓN, por favor, todos somos venezolanos.  Dios mío, y acuérdese que su Dios y el mío era er mismo, por lo que no puedo entender cuando me dice que se ríe y goza un puyero viendo como maltratan a una señora indefensa y como asesinan, al igual que a un chigüire a una joven que ha podido ser la que justé llama su aijá. No tengo celular ni televisión, pero casi todos los días mis hijos, lejos de aquí, me llaman por teléfono a la casa de la comadre Justina y me cuentan lo que ellos ven con sus propios ojos que yo les di, y ninguno goza ni se ríe de las atrocidades que se están cometiendo. Tengo miedo, si, mucho miedo, de que cuando me digan que me llama Luís, Óscar, Aníbal o Asunción, es para decirme que un grupo de hombres malos como los que usted conoce, mataron a uno de ellos, por simplemente no estar de acuerdo como los quieren gobernar y el negro futuro que ven bien cerquita. Así, que por favor, váyase a chismiá con su música pa’ otra parte……..     Y se jué, con el rabo entre las piernas…..

Daniel Chalbaud Lange
vonlange1939@gmail.com
@danielchalbaudl

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