lunes, 10 de marzo de 2014

BRIAN FINCHELTUB, EL DISCURSO OFICIAL

El manejo del discurso en situaciones de crisis es clave al momento de bajar o subir los niveles de conflictividad social y política. Cuando usted tiene una responsabilidad de liderazgo modela conductas. En consecuencia, lo que dice o deja de decir influye directamente sobre sus seguidores. Lo que uno espera del liderazgo es un mínimo sentido de responsabilidad, mucho más cuando hablamos del jefe de Estado. Las palabras es imposible recogerlas, detener sus consecuencias aun más difícil.

Nadie puede apagar la “candelita” echándole gasolina, nadie puede llamar a la paz con un discurso incendiario. Las palabras de Nicolás Maduro esta semana ordenando a los llamados “colectivos” disolver barricadas representan un acto de enorme irresponsabilidad. Primero porque no compete a civiles el control de manifestaciones públicas y segundo porque enfrentar pueblo contra pueblo lo que trae es más violencia. Tal como quedó demostrado con los lamentables hechos de Los Ruices.

Un presidente debe evaluar muy bien el impacto que tienen sus palabras sobre la opinión pública. No puede una persona que ocupa la primera magistratura del país salir en cadena de radio y televisión dando mensajes que en nada tranquilizan a la población. No quiero pensar que sea algo premeditado, no quiero pensar que algunos estén interesados en llevarnos a un escenario de caos y muerte para sacarnos del foco sobre los verdaderos problemas de Venezuela: escasez, inflación, inseguridad, corrupción y desempleo.

Es contradictorio verlos un día en televisión con globos blancos llamando a la paz y al otro día rodeados de militares llamando a la confrontación. Nadie los entiende, así es imposible creer en un posible dialogo, sobre todo porque la calle te dice otra cosa: Siguen las detenciones y la represión. Ahora con el componente de los grupos paramilitares que a punta de pistola disuelven manifestación.

Es momento que desde el poder entiendan que la paz está en sus manos. No pueden borrar las demandas sociales de un amplio sector de la sociedad a punta de balas. Tampoco tratar de invisibilizar a más de 7 millones de venezolanos llamándolos fascistas. Mientras veamos al contrario como enemigo y no como adversario alimentamos la violencia. El país necesita un lenguaje de paz que les hable a todos sin dividir, sin odios, sin resentimientos. Pero para que haya paz debe haber justicia, que los nombres de los jóvenes asesinados en estos días no se sumen a las listas del olvido que ha generado la impunidad.

Brian Fincheltub
Brian@juventudsucre.com
@Brianfincheltub

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.