jueves, 6 de febrero de 2014

ZENAIR BRITO CABALLERO, ¿POR QUÉ SE TIENE MIEDO A CRITICAR AL GOBIERNO?


En Venezuela donde el que critica es un perturbador del estado de complacencia general, resulta suicida ejercer la función intelectual organizada de pensar en contra, como definía la crítica  el filósofo español Ortega y Gasset

El crítico venezolano, es para muchos, un resentido social, tiene intereses particulares, o simplemente no está en la rosca. Se confunde la conciliación, término de moda, con la prudencia, por encima de la sensatez alcanzada a través de la opinión crítica. De esta forma, la crítica se desvirtúa sin necesidad de argumentar y todo termina en la transacción que evidentemente no genera evolución.

La apología de la crítica la han hecho antes muchos autores. Mi padre, gran intelectual e historiador decía que le tienen pavor a la suavidad intelectual y que el rigor implacable de las mentes es la principal virtud de la vida pública, la más añorada en Venezuela y la que más nos falta en estos tiempos difíciles.

Estamos acostumbrados a matizar con delicadezas las cosas directas para que no parezcan duras, cambiando en el estilo la verdad de lo afirmado. Con ello caemos en la tolerancia exagerada, extremada y recargada basada en la simpatía general, lo cual es simplemente complicidad. Estamos negociando vulgarmente la crítica y creemos que es política hacerlo, como parte de la descomposición moral y ética que nos aqueja.

Nos gusta el unanimismo, el adocenamiento, el orden de las cosas que permite que los que están influyendo en la cosa pública, tengan razón siempre sin tener que ejercer una función intelectual de calidad. Convertimos en víctimas a los equivocados y así terminamos eligiendo ministros, viceministros, gobernadores, alcaldes y de pronto hasta un  presidente iletrado y malhablado.

Por el contrario las democracias occidentales evolucionadas, no toleran los estados de quietud y tienen el hábito de contrariar las convicciones simples, convencidas que la crítica no frena el desarrollo sino que lo estimula, y que su ausencia es un grave signo de decadencia.

Pero claro, ¿quién se arriesga a contradecir al cacicazgo, a la mafia, a la caterva, a criticar un ordenamiento que nunca existió pero que se ha institucionalizado como piñata en rebatiña de la cual, en proporciones diferentes, todos retiran su parte?

Sin embargo, para ejercer la función intelectual de pensar, (Pienso luego existo), la inteligencia debe ser libre y no dependiente. Mientras exista temor de criticar habrá dependencia y la pasividad contemplativa dejó de ser hace mucho tiempo una virtud de los prudentes para convertirse en un signo de incapacidad intelectual.  ¡QUÉ TRISTEZA!   

britozenair@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.