Y
finalmente, en medio de un país política y económicamente tormentoso, Ella,
reapareció. Fue el martes 4 (2/2014), y por cadena nacional. No podía ser de
otra manera. Toda de blanco, nívea, alba, y muy enojada. El “look” no se
condecía con la bronca fenomenal que le brotaba contra todo.
Imposibilitada
de reconocer sus yerros, Ella está convencida que el error le es ajeno. No es
humana, es casi divina, y quizás debería sacar el “casi”, Ella se cree divina,
a nivel diosa mitológica. Imposible que se equivoque, Ella es dueña de la
verdad revelada, la que se equivoca es la realidad.
Y
como la realidad miente, es mala y es fea y la contradice, Ella decide que la
realidad no existe. Y convoca a su tropa, y nos esclarece sobre una realidad
que no somos capaces de ver, discursea tres veces (dentro del salón en la
Rosada y en los dos patios), para contarnos cómo, por ley, ANSES estafa a los
jubilados y el aumento de la asignación de la canasta escolar. Del resto, no
habla.
Y
cuando con ingenuidad esperanzada e imperdonable, contra toda lógica y
racionalidad, una esperaba de Ella una actitud positiva y dispuesta a
solucionar los múltiples problemas que
la demencial política populista de esta década nos ha causado, Ella siguió con
su habitual monserga. Enojo, crispación, acusaciones, la culpa es del otro y la
eterna teoría conspirativa.
Cayeron
en la boleada empresarios, sindicalistas propios y ajenos, ahorristas, medios
de comunicación, un clásico. El tono, la expresión corporal, los ojos, todo el
conjunto expresaba más que las palabras. Y conste que las palabras fueron
ofensivas hacia casi todo y todos.
En
cuanto a la teoría conspirativa y destituyente, hay que reconocer que si en
casi 11 años de poder K (desde el 25/5/2003) no ha conseguido resultados, el gobierno
es muy fuerte y los conspiradores muy débiles e ineficientes. De ser verdad, se agradece que así sea.
Ella
y su gente, DEBEN cumplir mandato hasta el 10/12/2015, ni un día menos. Que la
bomba neutrónica que armaron a lo largo de los años K, le explote por una vez,
a los que la armaron y no al desgraciado que los reemplace. Basta de soluciones
de emergencia que implican que el ajuste al desbarajuste, lo haga el que venga
y se extrañe al causante del desastre.
Ya nos ha sucedido, a ver si aprendemos. Y hablando de aprender, ¿qué hace el peronismo que no reacciona? Se supone que el FPV es una rama del PJ, y sabemos que Perón abominaba del comunismo. Esa es la razón por la cual Argentina no tiene trabajadores PC, salvo raras excepciones. ¿Por qué permiten un ministro de economía declaradamente marxista y una presidente embobada con Fidel? Difícil de comprender.
O
será como dice Jorge Asís que el PJ hoy “no tiene adentro”. Que el partido es
sólo una cáscara sin contenido. No siendo experta peronóloga, no puedo
contestar la pregunta, pero insisto. ¿Por qué el partido unido no le exige a la
presidente un cambio de rumbo económico, antes que nos estrellemos una vez más
contra la pared a 200km por hora?
Sin
el apoyo del PJ, Ella vería sensiblemente disminuido su poder. Y debería
cambiar, muy a pesar de Ella, sus políticas económicas y el país tendría un
respiro y la sensación indispensable de saber hacia dónde va. Porque ahora todo
es a prueba y error, basta escuchar por las mañanas al jefe de gabinete, que dice
una cosa hoy y al día siguiente la desmiente.
Y
terminar con las feroces internas dentro del gobierno, en particular entre
Kicillof, a la izquierda de Marx, y el lógico presidente del Banco Central. El
país parece Tupac Amarú a punto de ser desmembrado.
La
devaluación llegó, probablemente no alcance y habrá que esperar, temblando, la
próxima. La inflación se alimenta de la devaluación. Argentina no tiene precios
de referencia. Todo está en el aire. Y como la ley de la gravedad existe, a
pesar de Ella, todo lo que está en aire, baja. Esperemos un aterrizaje y no una
caída brusca, que es la más probable.
¡Ay,
qué pena! Ella volvió, habló, y siguió siendo Ella. Idéntica a sí misma,
inmutable a la realidad, en su nube propia y su país de cuento de hadas.
¡Ay,
qué pena! Ella no cambia, pero las circunstancias cambiaron. Hay gente a la que
no le alcanza para comer, y la inflación nos come a casi todos.
¡Ay,
qué pena! Ella no se entera de la inseguridad, y la inseguridad nos mata 30
personas por día entre CABA y el conurbano. ¡Treinta! Por día.
¡Ay,
qué pena! Entre la renovación deportiva de Fútbol para Todos con Tinelli y TC,
Ella opta por La Cámpora. ¡Eso se paga! Caro. No hay opción entre la
popularidad de Tinelli y la antipatía popular que despiertan “los chicos” de La
Cámpora. A Ella no le funciona el sensómetro. Grave.
¡Ay,
qué pena! Mientras ella nos miente o se miente y está convencida del país que
nos dibuja, este se nos escurre entre las manos como si fuera agua.
¡Ay,
qué pena Argentina! ¡Ay, qué pena!
maluki@fibertel.com.ar
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