En
agosto del año pasado le pedía a los distinguidos juristas que nos decían
machaconamente que una Constituyente solicitada en los términos estrictamente
constitucionales debía NECESARIAMENTE morir con este CNE y todos los poderes
constituidos penetrados por cubanos, que me dijeran que era lo que si se podía
hacer para poder salir pacíficamente de esta situación de destrucción
institucional a la que nos han sometido, con entrega a traición de nuestra
soberanía (ver Constituyente desde el Gobierno
http://ticsddhh.blogspot.com/2013/08/constituyente-desde-el-gobierno.html).
Y
ese es en realidad el fondo el problema. Si planteamos la convocatoria en
estricto cumplimento de los Artículos 347, 348 y 349, de acuerdo a los juristas
debemos llevarles las firmas a estos malandros electorales del CNE para que
“ellos” nos digan si estas son buenas y no “planas” o peor aún, que desconozcan
de lleno la soberanía popular, haciéndonos pasar por el calvario del Firmazo y
Reafirmazo del 2003-2004. Y aun aceptando nuestras firmas y corriendo los
riesgos de una nueva Lista de Tascón, pasar por las maquinitas SmartMatic de
Jorge Rodríguez y Tibisay Lucena, esperando ingenuamente un conteo justo de
votos Constituyentes. Así de verdad que terminamos de ponerle la ultima pala de
tierra a la fosa donde enterraremos a la democracia venezolana.
Cada
vez que me he sentado con algún abogado o profesional del derecho de cualquier
nivel, buscando las salidas a esto me topaba con la misma pared, deseando
oírles opinar-como lo indique en mi anterior nota y solo para variar-, como se
podía deshacer el entuerto que sus colegas de la antigua Corte Suprema de
Justicia crearon en 1999, que nos hiciera salir de esta situación sin matarnos
entre nosotros.
Desde
la Cátedra Pío Tamayo de la UCV salió por primera vez el término “Constituyente
de Calle” sin CNE, habida cuenta que la mayoría los venezolanos no confiamos en
esa institución entregada a los jerarcas de la Universidad de Ciencias
Informáticas de la Habana. Los venezolanos no podemos aceptar que nuestros
votos sean contados por un gobierno extranjero invasor que intenta perpetuar a
sus agentes en funciones de gobierno y menos aun que decidan nuestro destino
Constitucional.
Muchas
horas se han debatido en la Cátedra Pío Tamayo alrededor de este tema y siempre
se termina con la misma interpretación: el pueblo en la calle determinara el
destino de Venezuela y de allí el término “Constituyente de Calle”. Un
Movimiento de Movimientos capaz de movilizar a la gente y que requiere de una
organicidad para su ejecución. En el fondo es el pueblo venezolano decidiendo
su destino donde realmente se hace sentir: en las calles.
El
Proyecto País Venezuela vía Constituyente (ver Proyecto País Venezuela vía
Constituyente
https://drive.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDR29KUFBDQ0JPa2c/edit?usp=sharing)
a su vez tiene su propia interpretación, que explica en detalle un principio
fundamental: el Poder Originario está en supremacía de los Poderes
Constituidos, cuyos órganos están obligados constitucionalmente a acatar la
voluntad del pueblo, dando cabal cumplimiento a una convocatoria de acuerdo a
los términos que ese mismo pueblo defina en unas Bases Comiciales presentadas,
en conjunto con las manifestaciones de su voluntad.
Sin
embargo, este planteamiento tiene, de acuerdo a los juristas, una dificultad:
cualquier solicitud hecha con la normativa constitucional vigente debe seguir
sus reglas y no podemos alegar, de acuerdo a esto, salirnos de ella por más
Poder Originario que esgrimamos en su convocatoria. En otras palabras no
podemos alegar instituciones supra constitucionales, o formas que no existen en
la constitución, para hacer que el CNE se subrogue a la voluntad popular.
Vuelta al comienzo…
Pero
al parecer si existen salidas desde el fondo mismo del Derecho Constitucional y
van saliendo de la mano de los propios juristas. ¡Por fin! Lo que había estado
solicitando desde hace meses se empieza a descubrir. De acuerdo al criterio del
Dr. Jose Vicente Haro, Presidente de la Asociación Venezolana de Derecho
Constitucional, en entrevista en Toque de Queda en EUTv con Mingo (ver
Constituyente de Calle
http://eutv.net/toque-de-queda/jose_vicente_haro_0702s1,
http://eutv.net/toque-de-queda/jose_vicente_haro_0702s2,
http://eutv.net/toque-de-queda/jose_vicente_haro_0702s3) el Poder Constituyente de hoy no puede
condicionar el Poder Constituyente del mañana. O dicho de otra manera el Poder
Constituyente de 1999, no puede atar el Poder Constituyente de hoy.
De
acuerdo a la interpretación constitucional del Dr. Haro, los requisitos de la
Constitución de 1999 no tienen porque cumplirse si hacemos una Constituyente de
Calle, porque al final tenemos dos opciones (cosa nueva en esta discusión): O
hacemos una Constituyente con base a los procedimientos establecidos en la
Constitución de 1999 y pasamos obligatoriamente por todos los caminos
establecidos en ella (CNE, TSJ y demás Poderes invadidos) o hacemos una
Constituyente sin seguir ese camino, tal y cual se la dieron hace más de 200
años el pueblo francés y el pueblo norteamericano cuando fundaron a sus
respectivas naciones. Esto es, convocando el pueblo a la calle a deliberar y
reconstruirse, preguntándole por ejemplo, si el modelo de desarrollo que quiere
es el de los hermanos Castro. En otras palabras, una “Constituyente de Calle”.
No estábamos tan pelados en la Cátedra Pío Tamayo.
Este
planteamiento es por decir lo menos, sumamente revolucionario para un país en
el Siglo XXI, pero que se ajusta perfectamente a los conceptos más profundos y
clásicos del constitucionalismo histórico. Algunos podrán estar o no de acuerdo
con el planteamiento pero nadie puede dudar que sería una salida muy posible al
hueco en donde nos encontramos, ajustando adecuadamente una opinión jurídica al
problema: Reunir al pueblo en la calle constituido en Asamblea y consultarle si
quiere o no un modelo comunista para su desarrollo, y ante la mayoritaria
negativa que bien conocemos, establecer una Constitución ajustada a la
Democracia y al Estado de Derecho, refundando a la Nación con un nuevo modelo
de país. El cómo se haga eso es un asunto de organización y de procedimiento.
Nadie puede obligar a un pueblo a seguir una senda que no quiere o a condenarlo
a una pobreza segura solo porque una minoría ideologizada así lo ha decretado.
No al Bravo Pueblo de Venezuela…
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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