En
lo que pareciera ser los estertores de una situación insostenible y a punto de
implosionar política y socialmente, este pasado miércoles 4F, “día de la dignidad” según lo dicho allí,
retumbaron los cohetes en el antiguo
Museo Militar para celebrar los 15 años de un país en bancarrota fiscal, vale
decir, quebrado, y azotado por el crimen
y la corrupción; celebraron allí el inmenso desastre en que está envuelto el país
y en donde Maduro y los celebrantes
y algunos de los “muchachos del 4F” presentes, no
todos, en el show, condecorados por
supuesto, quisieron ocultar la tragedia
con ese jolgorio que allí montaron en
medio de discursos de blá, blá tal como lo hacía la oprobiosa y represiva dictadura de Cipriano Castro por el 1904.
Pareciera que ellos no se dan por
enterados de la explosiva situación en que el difunto, Merentes, Giordani y
Ramírez metieron este país,
tragedia que tienen entre manos y no
encuentran salida, y ellos no la tienen porque ellos son el problema, ellos son
los responsables de la tragedia.
Después qué malbarataron la más grande fortuna que
país alguno en el mundo haya tenido (1 billón 450 mil millones de dólares
americanos), endeudaron el Estado a niveles insostenibles, (185 mil millones de
dólares americanos ), quebraron y
desmantelaron a PDVSA y las Empresas de
Guayana y quebraron fiscalmente las arcas nacionales, se corrompieron sin
parangón, desmoralizaron la administración pública, impusieron el odio, el
desorden social y la impunidad y el
crimen como forma de sostenimiento en el
poder y allí están los resultados trágicos que cosecharon, y ellos celebran esa
tragedia.
Luego
de anunciar días atrás el protempore
Maduro que:” Duélale a quien le duela, las decisiones políticas
se toman en la Habana,” y lo más
perverso, es que en medio del jolgorio compararon en los discursos de ese día,
al 4F con el 19 de abril de 1810, una aberración histórica imperdonable. En
suma, todo lo que le han puesto la mano lo han destrozado, desmantelado y quebrado.
De igual manera en expresiones de
uniformados de la Fuerza Armada se
vocearon consignas en apoyo a la revolución y a la figura del difunto, mientras
se declararon “profundamente chavistas.” Ellos sabrán lo que están
haciendo y sabrán asumir las responsabilidades de lo que les
corresponde.
Y
lo más lamentable, trágico y doloroso en este transitorio e insólito escenario que era previsible, que es un drama digno de una novela de Leonardo Padrón
o de Cesar Miguel Rondón, y que complica
aún más la situación, es que en la
manada y fauna opositora no existe un
liderazgo honorable, creíble y con la auctoritas para salirle al paso a esto
y detener el desmantelamiento de la república, por el contrario, son
corresponsables y cohonestadores
históricamente de la tragedia.
Digo yo, no sé, pero la solución de este drama nuestro está en las
Catilinarias, que fueron los discursos dictados por Cicerón en el ejercicio del
Consulado en Roma del año 63 AC Léanselas por favor, allí están algunas de
las acciones que comparto, no
todas, que se tomaron contra Catilina
y sus seguidores. Alea jacta est
Jose
Eduardo Guzman Perez
guzmanperez@gmail.com
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