jueves, 6 de febrero de 2014

ALEXIS MÁRQUEZ RODRÍGUEZ, LA AGRESIVIDAD DEL PRESIDENTE

A veces –casi nunca– no se entiende la supuesta campaña contra la violencia anunciada por Maduro y gente de su gobierno. Hacen tediosos discursos, dicen muchas cosas, presuntamente realizan determinadas actividades en favor de la paz y la convivencia, y paralelamente hablan un lenguaje notoriamente  violento.
El hampa sigue desatada. Los venezolanos de todas las clases sociales, de todos los oficios, de todas las tendencias religiosas o políticas viven aterrados, sin atreverse a salir de sus casas a ciertas  horas, por temor a ser asaltados y a perder la vida. Y aun en las mismas casas nadie puede sentirse seguro, porque no es raro que haya gente asaltada y asesinada en sus propios hogares.
Lugares tradicionalmente respetados por el hampa, como las escuelas y las iglesias, ahora son atacados sin distinción, y la gente asaltada y asesinada en su interior. En las universidades ya no es solo en los pasillos y zonas libres que profesores, estudiantes, empleados y obreros son víctimas del hampa, pues en las  mismas aulas es ya frecuente que los maleantes cometan sus fechorías. Y en los templos no solo las personas son víctimas de asaltos y agresiones, sino los propios  objetos del culto suelen ser robados y maltratados.
El hampa no tiene límites, y por más campañas que real o supuestamente  se hayan realizado contra los más diversos delitos, la inseguridad ha crecido y sigue creciendo con asombrosa rapidez.
Ante tan tremenda realidad el gobierno no hace nada, y se refugia en   necedades como achacar la violencia a las telenovelas, que al parecer más que de recreación sirven de ejemplo de malos  comportamientos.
Lo más grave es que, mientras el presidente y demás funcionarios anuncian una  fementida campaña contra la violencia, el señor Maduro se dirige cada rato a la nación con un lenguaje por sobre todo violento. Parece no haber modo de que este señor entienda que ese lenguaje escatológico y pendenciero es impropio de un jefe  de estado y de gobierno.
¿Cómo hacerle entender a Maduro que el lenguaje agresivo le está vedado al  presidente de la República?. Ni siquiera para defenderse de los ataques que inevitablemente reciba, justificadamente o no, el presidente puede utilizar ese lenguaje. Es más, el presidente no tiene que defenderse de los ataques de sus enemigos naturales. Para eso están los ministros y demás funcionarios, y sobre todo los dirigentes y voceros del o los partidos que lo apoyan. Ese lenguaje violento del presidente hace más daño que la supuesta violencia de las telenovelas.
Alexis Márquez Rodríguez
grealemar@cantv.net

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