viernes, 3 de enero de 2014

MERCEDES PULIDO, LO QUE NO QUEREMOS PARA EL 2014

El tiempo cronológico permite establecer los momentos en que ocurren determinados hechos cortos y más largos, y todas sus mediciones se basan en el movimiento del cambio material de un objeto. Por ello, tanto la terminación como el inicio de un nuevo año, son momentos de comparación, evaluación, y propuestas ante lo efímero de muchas metas y el reconocimiento de la aspiración trascendente de un nuevo movimiento de vida.

Evaluar nuestra realidad es dramática. 568 muertes en el mes de diciembre, a pesar de la negación de la información, se convierte en el más violento del año, cuando se supone que son tiempos de fraternidad.

Doce años después del deslave terrible de 1999 se mantienen los refugios y las invasiones con cientos de sin techo, pero con hechos violentos que limitan la convivencia.

Después de los inmensos ingresos petroleros incalculables por el sinfín de fondos diversificados y regalos clientelares, nos encontramos altamente endeudados, sin poder enseñar una verdadera solución que sirviera de norte al sin fin de problemas de alimentación, electricidad, agua, educación y salud, amén del creciente armamentismo convertido en el instrumento de poder sin límites.

El Tribunal Supremo de Justicia, con once magistrados suplentes que si aspiran ser permanentes, no pueden ser autónomos.

Y para completar el cuatro dantesco, al no haberse establecido nunca la Comisión de la Verdad propuesta con acuerdo nacional, la única Verdad que existe es el cinismo de inventar ya no un delito común, sino delitos de lesa humanidad contra el Comisario Simonovis y los presos que lo acompañan en este trágico camino.

Detenidamente he leído "El Prisionero Rojo", redactado desde la fragilidad de una vida que se esfuma, pero con la entereza de ser testimonio de lo trascendente de la justicia divina y del amor a la vida. Nuevamente nos trae a la memoria de siempre a Franklin Brito y tantos otros. Testimonios de años de mediocridad y perversidad.

Dicho esto, más que una lista de buenos deseos para el 2014, nace hacerla diciendo lo que no queremos para nuestro país.

No queremos una educación  maltratada por la ignorancia y el fanatismo que cierra la visión crítica para el futuro.

No queremos más médicos sin reconocimiento en su profesión, hospitales sin insumos, ni servicios que no den posibilidades de vida. 

No queremos productos importados que dejan sin empleo a nuestros productores. 

No queremos seguir regalando la gasolina y debemos pagarla a su precio justo invirtiendo en nuestra infraestructura y en nuestras escuelas, viviendas, espacios públicos y transporte.

No queremos declaraciones de un "mundo feliz" o de entrada en la vida celestial cuando la mentira es la bandera que se exhibe. 

No queremos vivir entre rejas, sino construyendo encuentros en libertad.

Es difícil saber lo que se quiere en estas circunstancias, pero si es posible saber lo que no se quiere.

Desde el fondo del alma, para todos un buen año 2014.

Mercedes Pulido
mercedes.pulido@gmail.com

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